Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Homosexualidad y suicidio

La discriminación que sufren los jóvenes homosexuales se traduce en un bullying que aumenta el riesgo de hacerlos terminar con sus vidas prematuramente.

José Fernando Flórez
15 de abril de 2013

El aporte fundador de Émile Durkheim, padre de la sociología moderna, a la comprensión del suicidio consistió en señalar que aunque la muerte voluntaria puede considerarse el efecto de estímulos “extra sociales” como los estados psicopáticos, también puede estudiarse en relación con otros factores propiamente sociales como el género, la edad, el estado civil, la nacionalidad, la profesión y la riqueza con miras a entender mejor la sociedad concernida. En otras palabras, en resaltar que no es la sociedad la que explica el suicidio sino al revés, en el sentido de que puede considerársele un fenómeno sintomático de otras problemáticas sociales subyacentes.

A los parámetros demográficos tradicionalmente utilizados para indagar por las causas sociales del suicidio hoy cabe agregar la orientación sexual. Según un estudio de la Universidad de Zúrich publicado en agosto de 2012, el 20% de los homosexuales y bisexuales en Suiza (una de cada cinco personas) han intentado suicidarse. La mitad de estas tentativas se produce antes de los 20 años, en especial durante el proceso de “salida del clóset”, cuando la presión social de la discriminación se hace más fuerte e insoportable para las víctimas debido a la debilidad psicológica. En suma, el riesgo de suicidio entre jóvenes suizos homosexuales y bisexuales menores de veinte años es entre dos y cinco veces más alto que entre los heterosexuales. Este trabajo confirma un patrón verificado por encuestas anteriores en Estados Unidos, Canadá y Australia.

A pesar de los matices locales, en términos sociológicos el suicidio puede entenderse como el resultado de la tensión grave entre las exigencias sociales del colectivo y la trayectoria individual. El componente psicológico, subjetivo, desde luego que tiene una influencia capital. Problemas psiquiátricos, antecedentes familiares y personales de suicidio o tentativa, así como la impulsividad que facilita el paso de la intención al acto, son predisposiciones que contribuyen a la muerte voluntaria. Sin embargo, los estímulos sociales operan como poderosos detonantes de estas condiciones.  

El proceso global de normalización cultural de las relaciones entre personas del mismo sexo al que asistimos se ve reflejado en el nivel institucional por conquistas paulatinas que empiezan a convertirse en tendencia del derecho comparado: la aceptación del matrimonio igualitario, el reconocimiento de su derecho a adoptar y la tolerancia cero frente a prácticas discriminatorias, incluso mediante su penalización, son todos avances que sin duda contribuirán a reducir la tasa de suicidio entre los jóvenes homosexuales.

Quienes piensan que las luchas reivindicatorias de los derechos de los homosexuales son apenas temas de discusión sobre dogmas religiosos se equivocan. La discriminación de que son objeto estas personas se traduce en un bullying diario que aumenta sustancialmente el riesgo de hacerlos terminar con sus vidas prematuramente. ¿Hasta cuándo nos permitiremos la vergüenza de seguir empujando minorías al precipicio “en nombre de Dios”?

@florezjose en Twitter

Noticias Destacadas