Home

Opinión

Artículo

MARIA ANDREA NIETO Columna Semana

Opinión

Las contradicciones del líder de la galaxia

Petro tiene una encrucijada en su alma entre el respeto por la democracia y el deleite por las dictaduras comunistas.

María Andrea Nieto
8 de diciembre de 2023

En su viaje número 33, Petro se fue a Dubái a participar en la COP28. Desde allí anunció a toda la galaxia que en Colombia se dejó de explorar y explotar petróleo con el objetivo, según él, de salvar el planeta de la extinción y parar el cambio climático.

Ya es imposible saber cuándo el presidente dice la verdad. En noviembre, volvió a visitar a su admirado narcodictador Nicolás Maduro y anunció la posible creación de una sociedad entre Ecopetroly PDVSA con fines de exploración. El presidente, al ser cuestionado por el senador David Luna, por estimular la industria petrolera en Venezuela en detrimento de la colombiana, le contestó así al congresista el pasado 21 de noviembre: “No hemos parado la exploración de petróleo y gas en Colombia”.

¿Cuál Petro dice la verdad? ¿Quién da razón en este despelote de gobierno? ¿Qué está pasando con la exploración y explotación petrolera en el país? ¿Ya se acabó, como dijo en Dubái, o todavía no, como le contestó al senador Luna? Lo grave es que el presidente o le está diciendo mentiras al mundo o a los colombianos.

En Dubái, el mandatario de los colombianos posó de salvador del planeta a costa de la quiebra del país que gobierna. Dejar de producir petróleo y gas significa quitar más del 40 por ciento de los ingresos del país. Sin embargo, sí está dispuesto a financiar y estimular la explotación petrolera en Venezuela. ¿Por qué el petróleo y el gas de la dictadura chavista no contamina, ni perjudica el cambio climático, pero los de Colombia sí? ¿Cuándo le va a explicar Petro esa contradicción al país? ¿Es ético hacer negocios con una dictadura responsable de más de siete millones de desplazados y que liquidó la democracia, la libertad de prensa, de opinión y a la oposición?

Además, si el país va a dejar de producir petróleo, ¿cuál es la economía de reemplazo que va a usar para sustituir la que piensa destruir, sin que recurra al endeudamiento? ¿Cuál es el plan de la potencia mundial de la vida? ¿El turismo amedrentado por las bandas narcotraficantes y los homicidios y extorsiones en todo el territorio nacional?

En medio del discurso desde Dubái de la lucha en contra del cambio climático, Petro aprovechó para recriminar al Estado de Israel, negar el holocausto nazi y afirmar que Hitler estaba de nuevo en la cultura de Occidente. Esta posición retadora y ridícula, por decir lo menos, valió para que la mismísima Cancillería de la República Federal de Alemania y la de Israel le llamaran la atención por su ignorancia histórica, negacionismo y “ceguera moral”. Una vergüenza total con el pueblo alemán e israelí.

Curiosamente, al mismo tiempo que apuntaba con su dedo acusador contra Israel para justificar a los terroristas de Hamás, guardaba cómplice silencio con el referendo que hizo Nicolás Maduro con el objetivo de legitimar su ilegal invasión a Guyana.

Según el narcodictador, votaron en esa consulta 10 millones de venezolanos a favor de su guerra. Votos que, por supuesto, están en duda porque en el registro de las redes sociales se evidenció que nadie salió a votar. Sin embargo, Maduro ordenó en el transcurso de la semana que el ejército se preparara para invadir, e incluso ordenó de manera violenta habilitar las licencias de exploración y explotación petrolera en el futuro país invadido.

Petro tampoco dijo nada. Y el silencio fue aún mayor frente a las órdenes de captura y el secuestro de la dictadura chavista en contra del equipo más cercano de María Corina Machado, la líder de la oposición que tiene todas las credenciales para derrotar la dictadura. ¿Hasta cuándo Petro le va a lavar los crímenes a Maduro?¿Cómo es posible que el líder de la galaxia no se manifieste en contra de la invasión que pretende hacer Venezuela a un país extranjero, además, motivado por la explotación de petróleo? Esta contradicción revela que Petro tiene una encrucijada en su alma entre el respeto por la democracia y el deleite por las dictaduras comunistas. Y pues todo parece indicar que le gusta más la segunda opción por los amigos de extrema izquierda que tiene en América Latina.

Petro posa de líder mundial, aunque tiene grandes dificultades para gobernar su propio país. Las masacres llegaron a 90 en lo que va corrido de 2023, el asesinato de líderes ambientales no cesa, la economía va por el despeñadero, pero al mandatario nada de esto parece preocuparlo. Muchos le siguen reclamando por los planes de acción para lograr la construcción de progreso y de crecimiento. Quizás aún no se han dado cuenta de que este Gobierno no se trata de progreso, ni desarrollo, ni oportunidades. Al contrario, es un plan de destrucción masiva y vengativa de todo lo que funcione o no, pero sobre todo que no le guste al líder galáctico. Y pues, la verdad, es que la implementación del “plan destrucción” va superbién. Si no, vayan a hacer mercado, a echarle gasolina al carro o salgan de paseo para que “disfruten” de los secuestros (digo, retención) de las Farc, el ELN y todos los criminales que Petro sueña con premiar.

Noticias Destacadas