LOS CINCO ASES DE DIEGO

Diego Carrizosa tiene ya cinco ases para colocar sobre la mesa cuando le pidan sus cartas de presentación. Son videos que resumen la obra de Gianarandi (al que me referí en otra ocasión), Zalamea, Manzur, Guerrero y Ma. Paz Jaramillo, transmitidos en el espacio Un dia en la vida de... que maneja Audiovisuales. Quizás el televidente desprevenido no ubique fácilmente su trabajo porque los programas se han presentado separados con saltos en la cartelera, pero la obra de Carrizosa merece destacarse por su rigurosa investigación, la planificación técnica y el detallado trabajo de puesta en escena.
Lo Primero que se debe anotar es la forma como el director logra establecer relación entre la vida cotidiana del artista y su universo creativo. No por casualidad Manzur se presenta en el pico de una colina, Guerrero trotando con sus mascotas compañeras, Zalamea rodeado de ciudad y Ma. Paz comparando texturas en un exclusivo centro comercial.
Esta relación va cobrando fuerza a medida que los programas avanzan y tiene como mérito fundamental superar el nivel descriptivo (éste es... fulanito de tal... ha pintado series sobre...) para explotar un mundo más complejo, el de los sentimientos, las motivaciones, reacciones y fantasmas del artista. En otras Palabras lo que Diego logra presentar en sus video-reportajes no es la obra de un maestro sino el espíritu que la anima extrayéndo lo del personaje y su quehacer cotidiano.
Por eso a Gustavo Zalamea, enamorado del espacio (como arquitecto que es), se le ve recorrer sus rincones preferidos (sala, chimenea, cuarto....) mientras la cámara lo hala hacia la Plaza de Bolívar. No es preciso ser erudito en cuestiones de arte para saber el significado que las plazas tienen en la obra de Zalamea y sus implicaciones políticas. Quizás por eso Diego empieza a relacionar la arquitectura del lugar con los famosos obispos torres, los demagogos capitolios, las ballenas y los monstruos que invaden la obra de Zalamea hasta forrar incluso las paredes de su casa.
Con David Manzur sucede algo similar. Quien observe con atención su Monalisa salpicada de moscas, sus santas en éxtasis o sus caballos plateados,descubre de inmediato un cierto halo místico que ésta presenta también en la decoración del estudio cargado de imágenes sacras, sillones repujados y candelabros de cinco brazos. El programa de T.V anota esta característica en la imagen pero no se queda ahí, además trabaja la luz y el sonido con el mismo propósito, por eso el aleluya sobre el rostro de Manzur bañado por flashes azules, como quiera que en su obra, la luz tiene tan profundo significado.
El video de Alfredo Guerrero también delata cuidadoso estudio del personaje. Prueba de esto es que desde el primer momento se descubre su genio extrovertido de costeño alegre marcado en la relación con los vecinos, los dueños de marqueterías y almacenes. Parece entonces evidente su preferencia por dibujar rostros Y desnudos tan cercanos a la realidad que parecen retratos retocados con precision maravillosa.

Ma. Paz Jaramillo pone el toque femenino de la serie. Desde el momento mismo en que la artista aparece en el almacén de Constanza Pignalosa hay algo que delata una deliciosa frivolidad. Es la frivolidad superada de la niña bien que pudo convertir el mundo de lo superficial en un arte de parejas en conflicto, de mujeres cantantes, prostitutas maltratadas y proceres enamorados. Quizá por eso el video de Ma. Paz fascina. Aun en medio de los complicados procesos en que la artísta muestra cómo trabaja sus serigrafías, la imagen de T.V sugiere un olorcito a perfume francés que en cierta forma explica la maravilla de sus oleos rematados con mil primorosos detalles de lentejuelas y encajes. Es casi un homenaje al espíritu femenino. Aparecío de nuevo la palabra: Espíritu. Ahí esta el secreto en la obra de Diego Carrizosa quien parece haber elaborado estos videos con la paciencia del artesano, buscando lo que logró... ir más allá de la obra del artísta.
No quiero pensar hoy en problemas de audiencia, ni en resultados de Nielsen para no correr el riesgo de malograr un valioso experimento: "el de los 5 ases de Diego"