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MERCADO DE TRIANGULOS AMOROSOS

La explotación del triángulo amoroso en esta telenovela es algo que supera la ficción

Semana
22 de julio de 1985

Cuando parecía que "Los ricos también lloran" se acercaba al punto final (anunciado inicialmente para el mes de septiembre) Jota Mario Valencia desde su divertida "Telesemana" nos viene con la chiva de que la mencionada serie se ha prolongado hasta noviembre de este año. Uno entonces se pregunta: ¿en virtud de qué artificio se hará la prolongación sabiendo como se sabe que esta es una telenovela ya terminada? seguramente recurriendo al truco de moda "escenas del capítulo anterior" (al comenzar) y "escenas del próximo capítulo" (al terminar). Tendremos, pues, a los ricos en escena enredándose en toda clase de triángulos amorosos hasta finalizar el año.
Primero fueron los triángulos de amor representados en Mariana, Luis Alberto y Ester (o cualquier otro sujeto --hombre o mujer-- que se opusiera a la felicidad de los protagonistas). Luego vinieron los triángulos de infidelidad representados de nuevo en Mariana, Luis Alberto y Sara (o cualquier otro sujeto --hombre o mujer-- que tratara de desbaratar el matrimonio de los protagonistas) y en la tercera etapa tenemos los triángulos filiales representados en Mariana, Luis Alberto y Beto o María Isabel quienes en su calidad de hijos adoptivos o legítimos pueden hacer tambalear la felicidad de los protagonistas.
Tal como se ve la naturaleza de los triángulos es diferente en todos los casos, lo que resulta de verdad insoportable es que se hayan manejado recurriendo a los mismos códigos, a las mismas acciones, a las mismas reacciones y comportamientos. Veamos: Luis Alberto se casa con Ester (triángulo amoroso de la primera etapa) pero ella para conseguirlo tuvo que recurrir al chantaje. Años más tarde es Sara (la protagonista del triángulo segunda etapa) quien pretende chantajearlo exigiéndole una cuantiosa suma de dinero para no descubrir a María Isabel su verdadera identidad. Este es sólo un ejemplo de cómo la relación falta-castigo se aplica de igual forma en todas las circunstancias y cómo dos personajes (Ester y Sara) se manejan de manera tan idéntica que uno Parece la prolongación del otro. Ester no ha muerto. Fue reencarnada en una nueva actriz a la que se le dio el nombre de Sara. De paso el concepto de "mujer mala" quedó sintetizado en las características de ellas dos, de tal suerte que si en la serie apareciera otra mujer bonita (belleza agresiva no ingenua) insinuante y sagaz, el televidente podría concluir sin temor a equívocarse que viene a reforzar el grupo de "las malas".
Este es sólo un caso del simplismo con que se aplican las fórmulas en "Los ricos" pero quizás el más evidente sea la forma como se manejó la relación de Mariana con su hijo adolescente.
Resumamos: ella perdió a su hijo cuando era un niño y lo volvió a encontrar hecho un hombre. El encuentro tuvo todas las caractrísticas del "flechazo" o "amor primera vista" tan utilizado en las telenovelas para marcar esta clase de relación. (Miradas inquietantes primero, tímidas sonrisas después, encuentros casuales más adelante...) Beto (así se llama el muchacho) pienso continuamente en la "señora rica" que se preocupa por él y lo saca de la cárcel. Mariana adquiere todos los comportamientos de la amante preocupada por el bienestar de su joven gigolo (le compra apartamento, utiliza plata del esposo para dársela a él, lo ve a escondidas...) y esta conducta la disfraza con frases maternales "no permitiré que a mi hijo le falte nada, seguiré vendiendo mis joyas, haré lo que sea para darle lo que necesite"...¿Por qué si su generosidad es tan legítima se presenta dentro de este marco de confusiones y malos entendidos insinuando una relación edípica y solapada? Sencillamente por que esta es la fórmula que vende la situación de triangulo reconocida por muchos, el lenguaje morboso y elemental a que nos tiene acostumbrados el drama de la telenovela tradicional.
Al llegar a este punto del comentario tropecé el lunes 17 de junio con una columna de Antonio Caballero (El Espectador) que pareció escrita para facilitarme una conclusión. Dice el famoso y polémico periodista al hacer un análisis de las "frases hechas" tan de moda en el país que hay "divorcio entre una realidad complicada y difícil y viva, y una lengua muerta, petrificada en fórmulas inanes..." algo de eso pasa en cierta dramaturgia hecha para televisión, es una dramaturgia muerta sin ninguna referencia a la realidad, vacía de sentido y de contenidos pero que es devorada con avidez por seres vivos, que quizás, como en las frases hechas que se dicen en el país, buscan olvidar, disimular o alejar su verdadera realidad.--

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