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El pacto por Colombia

Con el triunfo de Iván Duque, Colombia tendrá la oportunidad de ser gobernada por una generación que privilegia el diálogo social.

Miguel Ceballos Arévalo, Miguel Ceballos Arévalo
22 de junio de 2018

Seis días después de la elección del nuevo presidente de Colombia, el país ha empezado a ser testigo de una manera nueva de gobernar. Iván Duque Márquez no ha tenido una actitud arrogante ni triunfalista, todo lo contrario, desde el momento mismo en que pronunció su discurso minutos después de conocidos los resultados del pasado domingo, comenzó a reflejar en sus palabras y actitudes un talante propio los jóvenes de su generación, el cual antes que ahondar en odios y divisiones, privilegia el respeto por el otro, el encuentro de la diversidad en el diálogo y la toma de conciencia de que “cuando se construye y no se destruye, el futuro es de todos.”

Desde el momento mismo en el cual Duque ganó la consulta interpartidista convirtiéndose  en el candidato del Centro Democrático, no dejó de insistir en cada uno de sus discursos sobre su propósito de propiciar una gran “pacto por Colombia”, para  unir a los colombianos en una “agenda de país de largo plazo”, que incorpore las reformas fiscal, de salud, educación, pensiones y justicia, con la participación de sectores políticos, sociales y económicos  cuya prioridad sea el futuro del país.

En ese espíritu, Duque logró ganar la primera vuelta, y en una votación sin precedentes en la historia del país, de manera contundente también ganó la segunda. En su discurso del 17 de junio, volvió sobre la idea del gran pacto nacional pronunciando palabras que oxigenan el polarizado ambiente político que imperó durante las campañas: “nosotros no vamos a despojar a nadie de los derechos que han conseguido en nuestro país, nosotros vamos a tener siempre una actitud constructiva en el Gobierno, deliberante pero motivada por consolidar esta idea del ‘Pacto por Colombia’, donde saquemos adelante esa agenda de reformas que ponga a este país a crecer, a derrotar la pobreza, a expandir la clase media, a irrigar esperanza de nuevo en cada rincón del territorio.”

El miércoles pasado, cuando el presidente electo comenzó a estructurar su estrategia de empalme con el gobierno saliente, en una reunión con personas que apoyarán dicho proceso,  volvió sobre la idea del pacto nacional, pero esta vez fue claro y contundente en afirmar que el fruto de dicho gran acuerdo será la justicia social, la cual solamente se logrará a partir del diálogo nacional como instrumento fundamental para el encuentro de las ideas y el trámite de las diferencias.

Este ideal de diálogo social  ha sido y será permanentemente respaldado y promovido por Marta Lucía Ramírez, primera mujer en ser elegida como vicepresidenta de la república,  60 años después de que la mujer colombiana votara por primera vez en nuestro país. Marta Lucia, con su talante sereno, maduro y firme, de la mano del presidente Duque,  será una gran articuladora de la construcción de los necesarios consensos que demanda el país.

Sin ahondar en el contrastante discurso pronunciado por Gustavo Petro, quien no fue precisamente constructivo  al invitar a una movilización social permanente como expresión de oposición al gobierno entrante, valdría la pena que la Colombia Humana reflexionara sobre las palabras de Iván Duque y Marta Lucia Ramírez, pues todos los colombianos, incluido el petrismo, somos responsables de construir el futuro de Colombia. Es de esperar que por el bien del país la desafiante movilización social permanentemente  anunciada por Petro, no esté destinada a dividir, ni a destruir los consensos que se logren construir a partir del genuino y ben intencionado diálogo social que liderará el nuevo gobierno.

@ceballosarevalo

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