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Julio Londoño Paredes

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Triunfo inesperado en Bolivia

No obstante las prevenciones ante el triunfo del partido de Evo Morales, las perspectivas para el futuro de ese país parecen favorables.

Juliana Londoño
23 de octubre de 2020

Sorpresivamente Luis Arce el candidato del partido MAS, del expresidente Evo Morales, ha sido elegido en la primera vuelta de las elecciones en Bolivia, como nuevo presidente en un proceso sin incidentes y con una alta participación popular.

No se han presentado acusaciones sobre irregularidades, que fue lo que disparó la crisis hace un año, cuando las elecciones fueron cuestionadas por graves anomalías y obligaron a Evo Morales a asilarse en Argentina.

Arce con muy buen juicio, estableció una sutil línea de separación con Evo Morales y advirtió que el eventual regreso al país del expresidente no será asunto de él, sino de la competencia de los tribunales bolivianos.

Bolivia durante muchos años fue de los países más pobres e inestables del continente, en el que los golpes militares eran de común ocurrencia. Evo Morales, se las arregló para que la estabilidad llegara a la nación y por intermedio de su ministro de economía, Luis Arce Cotacora, el actual presidente electo, logró que de la situación de postración económica en que se encontraba el país, pasara a colocarse a la cabeza en el crecimiento de los estados latinoamericanos. Arce debió renunciar en su momento al ministerio, afectado por un cáncer en el riñón que superó exitosamente.

En un país en el que cerca del 70 por ciento de la población es auténticamente indígena y en el que el 30 por ciento habla quechua y el 25 por ciento aymara, Evo se considera sucesor de los dioses del antiguo imperio aymara.

Nació en la provincia de Chipare, donde se encuentra el fuerte de la producción de coca del país y se concentra buena parte de sus partidarios. Los llamados que hizo en su momento su vicepresidente Andrónico Rodríguez, a los productores de coca, para que se levantaran para exigir el retorno de Evo, no tuvieron resultado.

Naturalmente que tanto Luis Arce, como su vicepresidente electo, David Choquehuanca hablan quechua y aymara. Choquehuanca, que fue el canciller durante la presidencia de Evo Morales, es además descendiente de los grandes incas Huáscar y Atahualpa.

Algunos sectores han calificado el triunfo del MAS como un paso hacia el socialismo del siglo XXI. La verdad es que Arce fue el generador del “milagro boliviano” en el que, no obstante las expresiones de Evo y la posición independiente frente a temas como el de Venezuela y la tutela de los Estados Unidos sobre la producción de coca, las medidas que adoptó internamente en nada se parecen a las que algunos activistas proclaman en otros países.

Mientras que algunos afilan las críticas contra el nuevo gobierno, los Estados Unidos, fueron de los primeros en felicitar a Mera, no obstante que durante el pasado gobierno del MAS se retiraron embajadores. ¿Pragmatismo o estrategia electoral?

(*) Decano de la Facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario

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