Las máquinas serán inteligentes, ¿y nosotros?

EE.UU. y China se encuentran en una feroz competencia por la supremacía tecnológica mundial. Como lo contamos en nuestra columna anterior, la inteligencia artificial es uno de estos avances,  que ambas potencias necesitan para ponerse a la cabeza de esta carrera. 

Sin embargo, la confrontación entre estas dos competencias nos aleja de un punto necesario: cómo los seres humanos nos actualizaremos para enfrentar este reto. Sí, las naciones del mundo tendrán que adoptar la inteligencia artificial, pero ¿qué ocurre con nosotros?¿podremos estar a la altura de la oportunidad que representa esta nueva inteligencia?

En su libro ‘Ultralearning’,  Scott H. Young responde estas preguntas a través de métodos desarrollados por personas que han logrado acelerar y consolidar su aprendizaje. Young establece un flujo de trabajo enfocado en aprender lo que realmente se quiere saber de cada materia, trabajo y oficio deseado. De hecho, fue de este modo que culminó un programa del MIT diseñado para 4 años en tan solo uno. 

Sí, en ‘Ultralearning’ encontraremos casos que nos parecerán milagrosos, como el de Benny Lewis, quien ha dominado una gran cantidad de idiomas, a través de la inmersión de sí mismo en diversos países. Sin embargo, más allá del efectismo que esto puede producir, lo interesante de este libro es que sí dibuja una serie de esquemas, que cualquiera de nosotros puede aplicar. 

Young establece 9 esquemas útiles para aprender y formarse en nuestro mundo digital, de los cuales explicaré 3, el resto lo encontrarán en nuestro blog, Macrowise Substack 

Reeducar nuestra máquina

¿Cuántos conceptos útiles se aprendieron y ahora son olvidados? Hago la pregunta porque el primer paso para lograr ser efectivos en tiempos de inteligencia artificial es revisar nuestros métodos de aprendizaje y saber en qué fallamos.

Por lo tanto, es ideal establecer metas para entender cómo funciona nuestro aprendizaje, que como sabemos no es estándar en todos los seres humanos, como sí puede serlo en una máquina. 

Scott H. Young establece tres pasos para tenerlo más claro.

1. Concepto: la idea a aprender
2. Hechos que merezcan ser memorizados.
3. Hechos que deben ser practicados para no ser olvidados. 

Esto último es importante. En efecto, la falta de atención y el olvido son dos retos de nuestro aprendizaje. 

En un mundo repleto de notificaciones y de fácil contacto, la concentración se torna difícil. Yung aconseja anular la fuente de distracción y aplicar herramientas diarias, como la meditación, para poder mantenerse concentrado durante las tareas complejas.

Por otro lado, ¿qué hacer con la falta de retentiva? Una distracción puede cambiar un dato minúsculo, lo que cambia toda la ecuación. Sin duda el diablo está en los detalles y nunca como antes estos son tan notorios. 

Para evitar que esto ocurra, Young recomienda, ejecutar, aprender y luego revisitar el tema. Este un proceso que solo adquiere relevancia en nuestro cerebro a fuerza de costumbre y repetición. El periodista canadiense Malcolm Gladwell menciona en su libro ‘Outliers’, un detalle tremendo sobre la práctica y por qué esta hace al maestro: 10.000 horas son necesarias para destacarse por encima de la media de quienes están aprendiendo esta misma área. 

En este sentido, la práctica más allá de la perfección y la memoria mnemónica -basada en relacionar imágenes con ideas o conceptos- facilita llegar a este punto.

En un mundo en el que la tecnología nos brinda la ilusión de que todo está hecho, pensar en retarse con artes, oficios o procesos nuevos es un ejercicio que pocos practican. No obstante, con la inteligencia artificial y la descentralización de las sociedades en ciernes es cuando más debemos cuestionarnos. 

¿Cómo y qué estamos aprendiendo para el futuro?