Home

Expertos

Artículo

LA EXPLOSION DE LAS TENDENCIAS O LA FRAGMENTACION DEL POLO

Semana
13 de agosto de 2012

OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA ¿HASTA CUANDO?

 

Y es una lastima, pues constituye el último gran intento posible hasta ahora, por construir una alternativa de izquierda con eco en el movimiento social y en la opinión publica. La anterior fue la Alianza Democrática M19 en épocas de la constituyente; y  ambas frustraciones tienen como telón de fondo, los liderazgos con intereses particulares por encima de los intereses colectivos; una  izquierda sin consistencia ideológica, sin capacidad para unirse y organizarse y mucho menos en esas condiciones, para incidir de manera decisiva en el pueblo y la opinión pública.

 

La falta de consistencia ideológica, política y organizativa no le permitió al  POLO constituirse como un partido serio, con unos intereses estratégicos claros y una propuesta programática  que le permitieran saber que es y que no es, quienes son sus militantes y quienes sus aliados; quienes sus amigos y quienes sus enemigos . Quiso ser de todo y termino siendo un mercado persa, sin identidad, sin unidad, sin organización, sin autoridad, sin orden, sin prioridades.

Con grandes personalidades pero sin capacidad colectiva.

 

La propuesta impuesta por los lideres con intereses propios, de partido de tendencias, no le permitió organizativamente saber que era; si un partido, si un frente político; si era una unidad o una alianza; si su propuesta era de izquierda o centro-derecha, o solamente de oposición. Se lo comió el postmodernismo.

 

El POLO surgió básicamente desde sectores políticos y sindicales que querían hacer política, como una alianza electoral con propósitos de unidad, pero no pudieron pasar de lo primero, que quisieron llamarse partido sin poder serlo, por lo menos desde una perspectiva de izquierda; pero además por su inconsistencia ideológica y organizativa se convirtió a nivel nacional en el escampadero y desde todas las vertientes políticas, de todo el que quería hacer carrera política y no encontraba espacio por otros lados. Por eso el desfile a nombre de la izquierda de personajes como Javier Cáceres,  los Moreno Rojas, los Daniel García Peña, etc.

 

 No pudo ser partido porque estaba compuesto de partidos de vanguardia que a pesar se su compromiso inicial se negaron a disolverse, como el partido Comunista, el Moir, que lo que buscaban además de aliados para la participación electoral, era posicionarse y ganar adeptos para su propia causa; y de lideres como Garzón, Petro, Navarro y los Moreno Rojas, que eran vanguardia ellos mismos y como tales no aceptaban ninguna autoridad colectiva y por eso terminaron en los cargos públicos a los que llegaron con los votos del POLO,  haciendo una representación y una gestión de gobierno a titulo personal, sin ninguna incidencia del POLO como organización.

 

Crear un partido de tendencias para una izquierda tradicionalmente proclive a los personalismos, a los intereses particulares y la división como la colombiana, era crear un espacio al oportunismo y al divisionismo, como en efecto lo ha sido.

 

A nombre del espíritu de las tendencias, cada cual hace lo que quiere, las alianzas que quiere, con quien quiere, sin ningún principio ni coherencia política y programática, mas allá de los intereses electorales y asi hemos visto sectores que dicen ser del POLO, aliados a sectores de derecha y a otros de dudosa reputación. Y cuando las contradicciones se agudizan o no se hace lo que cada cual quiere, sencillamente se hace rancho aparte, el uno pega para los verdes, los otros para la Marcha Patriótica o se forma su propio movimiento, y asi lo seguirán haciendo.

 

La doble militancia siempre ha existido en el POLO, sin que la del POLO sea la  principal; y la existencia de tendencias, con estructuras organizativas y plataformas políticas propias, asi lo confirman. Pedir disciplina de partido a tendencias con organización y posiciones políticas independientes  es pues una absoluta contradicción.

 

Mientras el POLO no cambie su concepción organizativa y pueda definir con toda claridad y de manera consecuente si es un partido, o es un frente o es una simple alianza electoral,  seguirá dando palos de ciego y autodestruyéndose.

 

Solo cuando el POLO pueda definir quien es, sabrá quienes son del POLO y quienes son sus aliados, pues en el contexto actual todo el mundo tiene razón y nadie sabrá a que atenerse.