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Nayib Bukele se mostró crítico ante el gobierno de Estados Unidos por la decisión tomada contra Donald Trump
Nayib Bukele se mostró crítico ante el gobierno de Estados Unidos por la decisión tomada contra Donald Trump | Foto: Getty Images

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¿Cuáles son las claves de la nueva derecha y por qué toma fuerza?

SEMANA conversó con expertos sobre este fenómeno político, sus alcances en la región y las posibilidades de que se expanda en Colombia.

25 de mayo de 2023

En medio de la desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos tradicionales, los políticos de siempre y las instituciones, en el debate público viene tomando fuerza una corriente que muchos se han atrevido a llamar como la “nueva derecha”. Se caracteriza por contradecir tanto a la izquierda como a la derecha tradicional y, a través de las redes y el populismo, sus líderes están expandiendo su ideología.

SEMANA conversó con expertos para dimensionar los alcances de esta nueva tendencia en la región y en Colombia. Eduardo Gamarra es un conocedor de la política latinoamericana. Profesor de ciencias sociales en FIU (Florida International University), se ha desempeñado también como consultor para el Gobierno estadounidense y es analista en medios como CNN, BBC, ABC y Fox News.

Gamarra afirma que uno de los motivos que ha dado paso al surgimiento de este nuevo movimiento de derecha ha sido que la gente ya no cree en los partidos ni en las instituciones ni en los políticos de siempre. “La gente no cree en el populismo de izquierda, pero tampoco en la derecha tradicional, no cree en los partidos ni en los políticos que vienen reciclándose durante años. Ahí es donde surge la nueva derecha”, explica Gamarra.

Múltiples factores han llevado a que la gente no crea en la política tradicional y lo que representa. Ello se ha traducido en una sociedad que no cree en el sistema y a un descontento total que invita al cambio. Un estudio de la firma Edelman revela que la confianza en las instituciones viene cayendo dramáticamente. En el 2020, dicha credibilidad rondaba el 65 por ciento y hoy está a nivel global por el 52 por ciento. En el caso de América Latina, según la misma encuestadora, tan solo el 33 por ciento cree en los gobiernos actualmente.

Asimismo, hay una polarización marcada y un nacionalismo renaciente. Todo esto aleja a los electores de lo tradicional e impulsa a que adquieran protagonismo nuevos lideres y una forma distinta de hacer política.

Nayib Bukele ha sido uno de los abanderados de esta nueva derecha. El presidente de El Salvador ha defendido mantener un Estado limitado, una economía liberal y se ha mantenido alejado de los partidos desde que llegó al poder. Todas esas son características que representan a este nuevo movimiento.

Contundente anuncio del presidente salvadoreño, Nayib Bukele.
Contundente anuncio del presidente salvadoreño, Nayib Bukele. | Foto: Getty Images / SOPA Images / Colaborador

“Bukele era del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), un partido de izquierda, pero se independizó y llegó a la presidencia sin un partido político. Esa es otra característica de la nueva derecha, sus líderes no tienen partidos, tienen son movimientos”, afirma Gamarra.

Bukele ha logrado reducir la violencia. Su implacable guerra contra las pandillas ha llevado a que el país centroamericano complete más de un año sin un solo homicidio. Tan solo en el 2018 fueron 3.346. La mejora de la seguridad ha disparado su popularidad a niveles sin precedentes no solo en su país sino en la región.

“Mucha gente habla del modelo Bukele, a raíz de la violencia, y dice: resolvamos el problema como él. Pero ¿cómo se sostiene eso a largo plazo? ¿Vas a poder tener a 63.000 personas presas para que no vuelvan a las calles a matar? Muy difícil”, advierte Gamarra.

El Salvador, además de haber erradicado la violencia, ha tenido un auge económico. “Está creciendo y esto se da también gracias al orden social que ha traído la seguridad. Bukele ha respondido a lo que la gente quería y llegó como un político de afuera con métodos no tradicionales”, agrega Gamarra.

Para el experto, las redes sociales se han convertido en una plataforma para hablar con los otros políticos y para gobernar, no tanto para comunicarse con el “pueblo”, como afirman muchos.

Hoy, quizá, el principal medio de influencia en política es Twitter. Bukele y el presidente Gustavo Petro son el claro ejemplo de cómo manejar esa red social como un parlante de poder y controversia.

Ambos han sido protagonistas de enfrentamientos a través de las redes y usan Twitter, principalmente, como un canal para gobernar. Eso contrasta con otra política más pausada que obliga a pensar antes de hablar o a buscar consensos. Por el contrario, en Twitter, predomina un tono impulsivo y poco reflexivo.

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En el caso de Bukele, su estrategia, al menos en términos de popularidad, funciona. Hoy tiene una imagen favorable del 91% y buscará la reelección. Restableciendo la seguridad y el orden, Bukele ha sido un modelo para muchos. Pero, al mismo tiempo, es duramente criticado por organismos internacionales defensores de los derechos humanos por las presuntas violaciones a las garantías procesales de los detenidos.

El caso Trump

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump también es considerado por muchos como un ejemplo de la nueva derecha. Llegó a la Casa Blanca apelando al populismo y el nacionalismo y generando una fuerte polarización.

Donald Trump
FILE PHOTO: U.S. President Donald Trump reacts as he returns to the White House after U.S. Attorney General William Barr reported to congressional leaders on the submission of the report of Special Counsel Robert Mueller in Washington, U.S., March 24, 2019. REUTERS/Carlos Barria/File Photo | Foto: REUTERS

“El gran error de la nueva derecha es que se han dejado guiar demasiado por corrientes mundiales, particularmente impulsadas por Trump y Viktor Orbán en Hungría. Son imitaciones de Trump”, señala Gamarra.

La principal arma de Trump, durante su campaña, fue evocar un nuevo nacionalismo en el pueblo estadounidense y postularse como la solución para el resurgimiento de la nación. Su conocida frase de batalla make america great again (hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande) sintetiza esta estrategia.

Un ejemplo de ese nacionalismo polémico trumpista fue su política en contra de los inmigrantes. Así lo dejó ver durante su campaña con la promesa de construir un “muro” en la frontera con México. “Lo expresa a través de una alianza multiclase, definiendo la nación como los trabajadores y las clases medias desplazadas, mientras afirma que los antinación son los oligarcas y sus aliados internacionales”, afirma Gamarra.

Trump se exhibió como la encarnación del antiestablecimiento. “Ataca a Washington, habla del pantano de Washington y la necesidad de limpiarlo de los políticos malos y corruptos”, complementa el experto. Es innegable la influencia de Trump en América Latina, especialmente en relación con los presidentes Nayib Bukele y Jair Bolsonaro en Brasil. El primero de ellos lo apoyó públicamente para su reelección en 2020. Tras la victoria de Joe Biden, eso deterioró inmensamente la relación entre la Casa Blanca y El Salvador. En el caso de Bolsonaro, el mismo Trump “envío a Steve Bannon, uno de sus asesores, para que asesorara a Bolsonaro”, analiza Gamarra.

“Si pasamos a segunda vuelta, no hay ninguna duda de que yo voy a ser el próximo presidente argentino”, dice Javier Milei.
“Si pasamos a segunda vuelta, no hay ninguna duda de que yo voy a ser el próximo presidente argentino”, dice Javier Milei. | Foto: juan carlos sierra-semanA

El último ejemplo de esta nueva derecha ha sido la candidatura de Javier Milei a la presidencia de Argentina. Él surge como opción cuando la inflación en ese país supera el 100%, y la inseguridad y el descontento tienen al país sumido en una profunda crisis.

Milei se muestra como un candidato alejado de los partidos y promete un cambio radical frente a los gobiernos kirchneristas. Hoy tiene una intención de voto cercana al 25 por ciento en las encuestas. Para Gamarra, esta no es una sorpresa, dado “el contexto de crisis total de las instituciones”.

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El desafío más grande de Milei es poder contar con mayorías en el Congreso para gobernar en caso de ganar las presidenciales de octubre próximo. “Cuando llegan y se ven sin instituciones, están ante un problema. Gobernar por decreto es aún más difícil”, dice Gamarra.

Las encuestas revelan que la principal fuerza electoral de Milei son los jóvenes, que lo ven como un candidato diferente a la casta política tradicional y que ni en la imagen ni en la ideología se parece a los políticos tradicionales.

En el mundo los líderes de este nuevo movimiento están en cabeza de políticos como Santiago Abascal, quien es el presidente del partido VOX de España, que tras ha logrado posicionarse como la tercera fuerza política. En Francia, Marine Le Pen es la cuota de la nueva derecha, como jefa del partido Reagrupamiento Nacional (RN). Le Pen ha posicionado a su partido como la tercera fuerza política francesa y perdió las elecciones galas del año pasado frente a Emmanuel Macron. Por su parte, en Italia, el panorama parece mostrar una ratificación de esta nueva derecha, con Giorgia Meloni a la cabeza del Gobierno Italiano, como primera ministra. A estas figuras se suma Viktor Orbán, presidente de Hungría y ejemplo de esta derecha que se expande por el mundo.

¿Y en Colombia?

En Colombia, por ahora, no parece surgir ningún líder que cumpla con los requisitos para representar a esa nueva derecha populista antiestablecimiento. Es probable que en las elecciones de octubre algunos candidatos, ante el rumbo del Gobierno Petro, se muestren partidarios de esas tesis. Para muchos, la senadora María Fernanda Cabal podría encajar en ese perfil de representante de una nueva derecha.

SEMANA consultó a Luis Guillermo Vélez, exviceministro de Defensa, exsuperintendente de Sociedades y exsecretario general de la Presidencia. Él asegura que, en medio de las dificultades del Gobierno Petro, y el aumento de la inseguridad, las personas empiezan a observar a estos líderes de la nueva derecha. “La gente ve el ejemplo de Bukele o de Kast en Chile, con una campaña de mano dura, entonces es muy probable que en Colombia veamos algún tipo de reacción”, señala.

Cabal es seguramente la política más afín con la ideología de este nuevo movimiento de derecha, tal y como lo afirma Vélez. “Creo que esa línea es su inspiración”, y así lo ha dejado ver por su cercanía con el partido VOX de España.

SEMANA conversó al respecto con Paloma Valencia y Miguel Uribe, ambos senadores del Centro Democrático. La senadora Valencia considera que el mundo vive el fenómeno del populismo en todas las orillas políticas. “Es una simplificación terriblemente mala para el mundo porque crea unas expectativas que difícilmente pueden cumplir los mandatarios”, sostiene.

Por su parte, el senador Miguel Uribe considera que el populismo “siempre es malo, sin importar de qué sector provenga. Implica incumplirles a los ciudadanos y siempre pone en riesgo la democracia”.

Los dos senadores piensan que la denominación de derecha e izquierda es una distinción que no trae beneficios y que “es una forma simple de entender el debate político”, según Valencia.

Lo que necesita Colombia, a juicio de ambos, son políticos alejados de la polarización entre izquierda y derecha, y que representen un nuevo liderazgo. “Yo me he declarado una político no binaria, creo que la izquierda y la derecha son unos moldes que tratan de simplificar una realidad compleja”, anota Valencia.

Uribe afirma que no se puede generalizar y espera el surgimiento “de un liderazgo moderno, conectado con la gente, firme con la democracia y la libertad, enfocado a solucionar los problemas de la gente”.

Hasta ahora, lo claro es que políticos tradicionales en el país no han demostrado ser la solución a los graves problemas y que ese es, justamente, un terreno fértil para ese tipo de líderes antisistema, liberales y populistas.