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En la mesa de la Unidad tienen asiento la U, el Partido Conservador, el partido Liberal y Cambio Radical. Al parecer las sillas tienen diversa comodidad. | Foto: Archivo - SEMANA

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¿Están cómodos los partidos en la Unidad Nacional?

Los pulsos internos en la coalición de Gobierno prueban que el espíritu de unidad no significa unanimismo. Hay partidos que se sienten mejor que otros. La armonía de la coalición es un reto para el Presidente.

Rodrigo Urrego, periodista de Semana.com
10 de septiembre de 2010

El Gobierno de Juan Manuel Santos completa su cuarta semana, y más allá de deambular por el camino del unanimismo que presagiaba el propósito de la ‘Unidad Nacional’, ha tenido que soportar numerosos pulsos políticos entre los socios de su coalición.
 
Un par de meses atrás, todo apuntaba a que Santos tendría un “cheque en blanco” para impulsar sus ambiciosas reformas, porque el Partido de la U, el Conservador, el liberal y Cambio Radical consolidan más del 80 por ciento del Legislativo.
 
La preocupación en analistas políticos se concentraba en lo diezmada que quedaba el papel de la oposición y sus reales garantías. Pero para el Gobierno, la oposición no ha sido el dolor de cabeza en el Congreso.

Con lo que no contaba Santos era que, paradójicamente, su abrumadora coalición parece ser el verdadero dolor de cabeza, especialmente para el Ministro del Interior, el encargado de mantener la armonía.

Los cuatro partidos de la coalición, aunque coinciden en el respaldo al Gobierno, tienen intereses diferentes y se han visto inmersos en polémicas políticas que no estaban en las cuentas del propio Santos.

Los liberales, tras cuatro años de oposición, han reivindicado su nuevo lugar señalando que las reformas prioritarias del Gobierno están inspiradas en el proyecto que le propusieron al país.

La U insiste en que es el partido de Gobierno y que abrió “con generosidad” sus puertas a la unidad nacional.

Cambio Radical también reclama derechos de autor sobre algunas de las propuestas y se siente cómodo con que su jefe natural, Germán Vargas Lleras, sea el encargado de impulsar en el Congreso las grandes reformas.

Y los conservadores, que saborearon las mieles del poder durante doce años, hoy parecen menos cómodos que en los ocho años del Gobierno anterior, del que fueron los principales socios.

Semana.com habló con los jefes de los cuatro partidos de la coalición y confesaron “sentirse cómodos” en la Unidad Nacional, aunque en el trasfondo de sus palabras pueden advertirse algunos matices de esa “comodidad”. Es probable que los liberales y Cambio Radical se estén moviendo con mayor comodidad que la U y el Partido Conservador.

¿Cuál es el partido que gobierna?

Quizás sea esta la primera “incomodidad” de la U, que reclama una jerarquía especial por ser el partido que avaló el proyecto del presidente Juan Manuel Santos.

El senador Juan Lozano, presidente de esta colectividad, dijo que su partido ha concurrido “generosamente” a la Unidad Nacional. “Compartimos y nos gusta el espíritu de la unidad”, pero que esa “generosidad” no debe confundirse con “señales de debilidad”, aseguró.

Lozano insiste en que para garantizar el éxito del Gobierno le corresponde a su partido la mayor carga de responsabilidad, porque más allá de la Unidad Nacional el Presidente está avalado por el partido de la U.

El mensaje puede tener un blanco directo: el Partido Liberal, que ha tenido una gran receptividad por parte del presidente Juan Manuel Santos.

Rafael Pardo, jefe del liberalismo, le dijo a Semana.com que está “muy satisfecho” por el proceso de conformación de la Unidad Nacional, porque a su juicio ha permitido la participación “digna y equitativa” entre todos los partidos que la conforman. Pardo dijo que la coalición la lidera el Presidente, y son cuatro los partidos que lo apoyan.

Un senador de la U, que pidió la reserva de su nombre, le dijo a Semana.com que el Partido Liberal “pretende asumir un liderazgo que no le corresponde”, y una prueba de ello fue la carta que Pardo le envió a la Corte Suprema de Justicia para que le pidiera al Presidente una nueva terna de candidatos para destrabar la elección de fiscal. La U respondió con un respaldo a la terna enviada por Álvaro Uribe.

El Partido Conservador sostiene la tesis de que no hay jerarquías dentro de la coalición. Fernando Araújo, presidente del Directorio Nacional, dice que lo que hay en la mesa de la Unidad Nacional es una agenda que se construyó “gracias al consenso entre los cuatro partidos”.

Uno de los jefes de Cambio Radical, el representante Germán Varón, también advierte que en la coalición no hay unanimismo, y que no imperan posturas de un partido frente a las de los otros. “La mesa de la Unidad Nacional ha sido un mecanismo válido y allí el partido se siente cómodo porque tenemos espacio de participar de igual a igual en la concertación”.

¿Hay pleno respaldo a los ministros?

Cuando Juan Lozano subraya que la “generosidad” de su partido no debe confundirse con “señales de debilidad”, dice que no significa que la U pierda su carácter crítico frente los funcionarios del gabinete de Santos.

“El Partido tiene que ser particularmente exigente con los funcionarios públicos para que le cumplan a Colombia, porque los funcionarios están desarrollando su tarea en un Gobierno del Partido de la U”, dijo Lozano a Semana.com al insistir en que al partido “le gusta el gabinete”.

Sin embargo, han sido los parlamentarios de la U quienes han liderado una ofensiva contra el gabinete, en el que el principal objetivo ha sido el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras.

Al funcionario le han cuestionado la demora en la radicación de los proyectos, la concertación de los mismos por fuera del Congreso y hasta su designación como delegatario durante la gira del presidente Santos en Brasil.

Armando Bendetti, incluso, promovió una moción de observación contra Vargas Lleras, a la que también agregó a los ministros Rodrigo Rivera y María Ángela Holguín, la cual tuvo que ser controlada por el propio Presidente de la República.

Los conservadores, que tienen una importante cuota dentro del gabinete han asumido la postura institucional del respaldo. Aunque voces individuales, especialmente en la Cámara de Representantes, han advertido, especialmente a Vargas Lleras, que “no sueñe” con que el Congreso le otorgue plenas facultades ni que sus proyectos serán aprobados a simple pupitrazo.

El presidente de la Cámara, el conservador Carlos Alberto Zuluaga, le ha exigido al ministro Vargas mejorar la relación con los ponentes, e incluso ha criticado la ley de primer empleo, reto del ministro de Protección Mauricio Santamaría.

Los liberales, aunque no cuentan con explícita representación en el gabinete, no ocultan su comodidad con los ministros, especialmente con Vargas Lleras. Semana.com supo que el senador Juan Fernando Cristo será el hombre de confianza del ministro del Interior y principal ponente de las reformas de iniciativa gubernamental. En el proyecto de eliminación de la Comisión Nacional de Televisión respondió a la confianza al presentar su ponencia con ninguna voz en contra.

Cambio Radical también está cómodo. Germán Varón dice que a pesar que el Ministro del Interior fue el jefe y candidato presidencial del partido, no actuarán como defensores de oficio. Pero la bancada en el Senado se expresó en contra de la moción de observación liderada por la U.

¿Las reformas tienen dueño?

Y frente a las reformas que impulsa el Gobierno en el Congreso también hay tensión entre la coalición. El Partido Liberal, en público y en privado, ha reclamado ‘derechos de autor’ frente a las prioridades que ha marcado Santos.

Rafael Pardo dice que la agenda legislativa tiene marcado tinte liberal. Señala que la ley de tierras, la ley de víctimas, la ley de primer empleo y la reforma pensional, han sido sus banderas, aunque en la de empleo admite una conjunción con la iniciativa del Partido de la U.

Germán Varón también reclama el reconocimiento del programa construido por Cambio Radical en temas como el reconocimiento de los beneficios del pago de parafiscales a las empresas que generen empleo, los mecanismos de extinción de dominio que contempla la ley de tierras, y el cuerpo central de la reforma a la justicia.

Los conservadores, que en el pasado Gobierno vieron cómo dos de sus banderas fueron eje de la política social de Álvaro Uribe (familias en Acción y Agro Ingreso Seguro), ahora parecen relegados al acompañamiento y la crítica frente a la actual agenda.

Sin embargo, Fernando Araújo le dijo a Semana.com que, a la larga, los temas que se están discutiendo son en los que hubo pleno consenso entre todos los partidos de la coalición.

Araújo controvierte algunas de las prioridades que han sido definidas por el Gobierno. La postura del Partido Conservador es que las prioridades deben ser las reformas que tienen que ver con el ciudadano del común. Allí incluye iniciativas como la reforma a la salud, la ley de tierras, y la reforma al régimen de regalías.

Los conservadores han sido muy críticos frente a la ley de víctimas, y puede advertirse como un triunfo político en la coalición que hayan conseguido que el Gobierno incluyera en la ley de tierras el capítulo de la restitución.

“Hay otras reformas que admitimos importantes pero no tienen la misma prioridad, por ejemplo la reforma política y la reforma a la justicia, que tienen que ver con el funcionamiento del Estado, o con los intereses de algunos sectores del Estado”, dijo Araújo.

El presidente de la U, Juan Lozano dice que el Gobierno no ha “redondeado la faena” de priorizar la agenda, pero aclara que lo que la U considera como prioridad, puede no serlo para los otros partidos.

Lozano dice que para la U las prioridades son los proyectos sociales y anuncia que exigirán celeridad, a la vez que la radicación de un conjunto de proyectos en esta área.

Lozano exigió al Gobierno que envíe el mensaje de urgencia frente a la reforma a la salud. En ese sentido, puede admitirse como un triunfo político la respuesta afirmativa del Ejecutivo.

A pesar de esta radiografía, los presidentes de los partidos insisten en manifestarse cómodos, pero será el Gobierno el encargado de que esa comodidad se traduzca en pleno respaldo. “Tenemos entre manos un momento único para sacar adelante iniciativas que tendrán gran legitimidad con el apoyo de todos los partidos”, sentenció Juan Lozano.