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El Alzheimer puede aparecer desde una edad muy temprana, pero que puede ser difícil de detectar. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida moderna

¿A qué edad empieza el Alzheimer?

Esta enfermedad puede provocar que el cerebro se atrofie y que las neuronas cerebrales con el paso del tiempo mueran.

3 de agosto de 2022

El Alzheimer es una de las enfermedades más comunes de deterioro cognitivo en la humanidad, debido a que es neurodegenerativa, irreversible y progresiva. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 60 % y 70 % de la población padece de esta demencia en el mundo.

Este trastorno destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar, y puede desbordar en problemas para realizar tareas sencillas. En la mayoría de personas los síntomas de esta enfermedad no suelen aparecer sino hasta los últimos momentos de la vida.

Sin embargo, el Alzheimer se puede presentar a una edad muy temprana, alrededor de los 40 o 50 años, no obstante para detectar esta enfermedad a esa edad puede ser bastante complicado ya que los síntomas pueden atribuirse al estrés. Asimismo, los médicos pueden llegar a generar diagnósticos opuestos por los diferentes síntomas que puede presentar el Alzheimer.

No obstante, las personas que sufran de esta enfermedad a temprana edad se puede encontrar en cualquier etapa de la demencia , es decir temprana, media o avanzada.

Según varios estudios, una de las razones que pueden generar síntomas de esta enfermedad degenerativa a los 30, 40 y 50 años se puede dar por la genética y es llamada “enfermedad de Alzheimer hereditaria”.

Estos son algunos de los síntomas que podrían indicar una propensión al Alzheimer, según el portal especializado Mejor con Salud:

  • Problemas en la memoria cotidiana
  • Dificultad para resolver problemas
  • Desorientación
  • Dificultad para comprender imágenes
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Ejercicios para prevenir el Alzheimer

Leer la prensa: esta simple rutina conlleva numerosos beneficios, ya que permite estar atento en qué momento temporal se encuentra y a memorizar en la mente futuros eventos y acontecimientos nacionales e internacionales. Es por eso que con este método se logra mantener la mente despierta.

Jugar al abecedario: todos los días es importante entrenar el cerebro con un simple juego con las letras del abecedario. Comenzando por la A, la idea es señalar a un papel todas las palabras que inicien por esa letra y seguir así con el resto en orden alfabético.

Seguir el calendario: es recomendable saber en qué día se encuentra, esto permitirá a organizar y a planificar las actividades de la semana con el propósito de no perder la noción del tiempo.

Mantener conversaciones: charlar por teléfono, salir con amigos, estar con otras personas con gente conocida a diario, permite que el cerebro esté activo y sano.

Jugar ajedrez: esta actividad es perfecta para conseguir mayor agilidad mental, y lograr así potenciar el razonamiento. En ese sentido, con el ajedrez se practica los movimientos de cada pieza y se aprende a reaccionar a las acciones del contrario más rápido.

Alimentación equilibrada: llevar una dieta saludable permite que se compone de carbohidratos, proteínas y grasas. Todo ello en proporciones adecuadas, para lograr así la energía necesaria al cerebro.

Eliminar el cigarrillo y el alcohol: según la OMS, el consumo de tabaco puede estar detrás del 14 % de los casos de Alzhéimer en el mundo, por eso se recomienda evitar el consumo de esta sustancia nociva. El alcohol también afecta significativamente los procesos cognitivos, debido a que las células nerviosas se pueden atrofiar.

Por otra parte, existen frutas y nutrientes para prevenir el Alzheimer ya que el portal Hogar Salud, entre la familia de las frutas, algunas se destacan por sus beneficios para el cerebro y las funciones que cumple este órgano vital, tales como el kiwi, la mora, los arándanos y las fresas, esto gracias a su acción antioxidante.

Finalmente, Para prevenir el alzhéimer es clave ingerir vitaminas del grupo B, asegura la Confederación Española de Alzheimer. En este grupo se encuentra el folato (B9) y la vitamina B12, cuyo déficit puede provocar síntomas semejantes a la demencia.