ATRAPADOS EN LA RED

Una amplia investigación encontró que la adicción a la red es real y que hay 11 millones de <BR>navegantes afectados en el mundo.

27 de septiembre de 1999

Desde 1994, cuando los sicólogos empezaron a analizar el impacto de Internet en el
comportamiento de las personas, se estableció que había un riesgo de quedar atrapado en esta nueva
tecnología. Algunos tenían sus du-das e incluso no se atrevían a hablar de algo tan drástico como una
adicción a la red. Pero la semana pasada quedó confirmado que este fenómeno es real y afecta a por
lo menos 6 por ciento de los navegantes de Internet en el mundo. Esta cifra fue suministrada por el
sicólogo David Greenfield después de dirigir el más vasto estudio hecho hasta el momento sobre el
tema. Mediante encuestas que fueron llenadas y enviadas a través del web site de ABC News y
utilizando preguntas basadas en los mismos criterios para detectar otras adicciones, Greenfield logró
recolectar 17.251 testimonios de usuarios de la red mundial. El especialista encontró que 5,7 por
ciento de ellos concuerdan con el criterio de adicción al juego, lo cual indica que habría un estimado
de 11,4 millones de adictos entre los 200 millones de navegantes en el mundo.
Su investigación se conoció la semana pasada en el marco de la reunión anual de la American
Psychological Association. El experto explicó a SEMANA que este tipo de adicción es muy similar a la
de aquellos que apuestan compulsivamente y aclaró que el tiempo de uso no es el signo de riesgo más
importante sino la alteración en forma negativa de la vida diaria de la persona, la negación de
importantes obligaciones por estar on line y el deterioro de sus relaciones personales y de trabajo. "Si
se conecta y no puede parar, si Internet interfiere en su vida diaria, si lo mantiene en secreto, si se
aísla, las posibilidades de que tenga problemas con la red son más grandes", dice Greenfield.

Escape de la realidad
La mayoría de los participantes en el estudio admitió que la principal motivación para estar en
Internet es escapar de la realidad. Pero Greenfield, quien acaba de publica el libro Virtual Addiction,
opina que el verdadero poder adictivo de este medio radica en que ofrece una sensación de intimidad
que no se logra en relaciones interpersonales reales. Además quita la sensación de tiempo y desinhibe
hasta al más tímido.
Otro concepto novedoso que aportó el estudio es que la adicción a Internet no es una sola sino que
puede ser clasificada en varias categorías. En este mar cibernético se pueden encontrar desde
adictos al cibersexo, compradores compulsivos, apostadores, 'chateadores' empedernidos hasta
aquellos que encuentran placer en el simple hecho de ir abriendo mundos con solo hacer click en su
computador.
Pero sin duda de todas las anteriores la experiencia más frecuente entre los usuarios, según
Greenfield, es coquetear en la red con extraños, por lo cual 'chatear' y recibir y enviar e-mails es una
de las actividades en las que más gastan su tiempo estos adictos. "Es un medio seductor _dice
Greenfield_. "Leer un e-mail o chatear es como recibir cartas de amor pero cuando el mensaje se lee
en una pantalla la persona puede experimentar una especie de trance disociativo, como un efecto
hipnótico". Por lo general ese flirteo continúa después en la vida real y, sin importar las barreras
geográficas, las parejas deciden encontrarse en cualquier lugar del mundo para ver si las cosas
funcionan tan bien en la realidad como en el ciberespacio. Claudia, una bogotana que se declara
profundamente enamorada de su novio, no puede pasar un día sin escribirse con un amigo
canadiense que conoció en Internet. "Tengo una relación preciosa con él. Siento que es mi alma
gemela y que mis sentimientos por él son profundos", dice. Ella y su amigo cibernético ya se vieron
una vez en San Andrés pero admite que fue un error. "Fue tan bueno que nos generó una gran
ansiedad saber que no podíamos estar juntos por más tiempo". Y como la red da la posibilidad de
mentir _cerca de 50 por ciento de los encuestados dijeron que lo hacían sobre su edad, apariencia,
peso y estado civil_ las infidelidades en línea se han puesto de moda. Kimberly Young, una de las
pioneras en el estudio de este tema, piensa que la infidelidad es el primer problema que conlleva el
exceso de uso de Internet. Actualmente realiza una investigación sobre cómo la red está
aumentando las cifras de divorcio en el mundo.

El riesgo es para todos
Según Greenfield, cualquiera está en riesgo de quedar atrapado en la red. Sin embargo son más
susceptibles los jóvenes y quienes han admitido tener otra adicción o compulsión.
El experto piensa que el problema podría aumentar en la medida en que la tecnología para
conectarse sea más rápida. Incluso cree que podría bajar la productividad en las oficinas debido a
que la mayoría gasta entre 20 y 40 horas a la semana de su trabajo navegando.
En Colombia, donde el uso de Internet aún es restringido, los expertos no conocen de casos
extremos de adicción aunque "sí hay personas que pasan mucho tiempo en Internet, sobre todo
adolescentes", según confirmó Javier Marroquín, ingeniero de Cablenet. Expertos piensan que desde
ya se deben generar campañas preventivas en las casas y colegios para establecer límites en el uso de
Internet y así evitar problemas futuros. Pero lo cierto es que el tema empieza a generar controversia.
Aunque con esta investigación Greenfield no pretende juzgar a nadie sino entender más acerca de la
extraña atracción que ejerce este medio sobre los millones de usuarios. Pero lo anterior no es
suficiente para los dogmáticos, quienes piensan que prevenir es curar y ante el riesgo lo mejor es
soltar el mouse, desconectarse y correr a donde un especialista.

Adicto al cibersexo, soltero, 28 años
"Cuando ya no hay nada más que hacer en el trabajo me conecto a Internet a los chat rooms. Puedo
durar hasta siete horas. Me gustan los chats latinos y aunque hay muchas categorías los más
interesantes son los de sexo. Es más divertido que útil. Yo lo hago por tomarle el pelo a los demás.
Como existe la posibilidad de ocultar la identidad entonces todo lo que digo son cosas depravadas y
sucias. Se hacen amistades pero sólo por un rato, aunque hay la posibilidad de intercambiar
direcciones para establecer relaciones más serias. Uno encuentra gente que sí se lo toma en serio.
Hay hombres que sólo quieren buscar placer para ellos pero cuando uno les dice que esto es
recíproco salen con pendejadas. Uno puede tener sexo o pretender que lo tiene. No importa, igual todo
es fingido e imaginado en Internet. Uno se vuelve adicto ahí mismo. Es mágico que uno escriba una
frase y alguien en Australia le conteste. Pero pienso que es sólo una salida de escape para cuando
uno esta muy solo y aburrido".

¿Enredado?
¿Como saber cuando se cruza la línea entre la fascinación por Internet y la adicción? La doctora
Kimberly Young sugiere responder a estas ocho preguntas para salir de dudas.
1. ¿Se siente procupado con Internet? ¿Piensa acerca de la pasada sesión en línea o se anticipa a
la próxima?
2. ¿Siente necesidad de usar Internet cada vez por más tiempo para estar a gusto?
3. ¿Ha hecho esfuerzos infructuosos para controlar, reducir o parar el uso de Internet?
4. ¿Se siente agotado, deprimido o irritable cuando tiene que desconectarse?
5. ¿Se queda en línea más tiempo del que originalmente había previsto?
6. ¿Ha puesto en riesgo relaciones importantes, el trabajo o el estudio por el uso de Internet?
7. ¿Le ha dicho mentiras a sus familiares o a su terapista sobre su relación con la red?
8. ¿Usa Internet como una vía de escape de problemas o para aliviarse de sentimientos de culpa,
ansiedad o depresión?
Si contesta afirmativamente a cinco o más de estas preguntas usted puede sufrir de adicción a
Internet.

TIPOS DE ADICCION
1. Cibersexual: adicción a chat rooms de adultos o a sitios que ofrecen ciberpornografía.
2. Relaciones ciberespaciales: adicción a tener amistades en línea a través de chat rooms, o
newsgroups que reemplazan a amigos reales y a familiares. Esta categoría también incluye los affairs
en la red.
3. Compulsiones: compulsión al juego en línea, a compras y a otro tipo de actividades relacionadas
con gastar dinero en la red.
4. Información: compulsión por navegar la red en busca de datos e información de todo tipo.
5. Computadores: obsesión por juegos, programas y otros aspectos de los computadores. Una
debilidad de hombres, niños y jóvenes.

Informadicta. 49 años. casada, madre de dos hijas
"Yo creo que encajo en la definición de adicta de ciertas escuelas sicológicas rígidas que ven Internet
como un problema. Yo paso horas buceando por la red buscando información que necesito, al punto
que a veces me dan las 12 del día y no he hecho nada más. No sé qué hormona se dispara pero
pienso que es un deseo muy grande de conocer, un interés infinito de entrar en otras dimensiones y de
viajar por el mundo con solo presionar una tecla. A veces me siento triste porque después de estar en
España y Francia averiguando sobre un tema me doy cuenta que gasté todo el domingo en frente del
computador y el resultado de la búsqueda no fue el esperado. Pero pienso que eso sucede porque el
sistema no es tan rápido aún. A pesar de lo que digan los sicólogos no lo veo como un problema sino
como una tecnología que ofrece muchas ventajas y que encaja perfecto con el concepto de
globalización".

Adicta a las relaciones ciberespaciales. soltera, 28 años "Mi adicción a Internet comenzó por una
noche que no tenía nada que hacer y decidí ponerme a cacharrear con mi computador. Empecé a
las 10 de la noche y terminé a las 7 de la mañana del otro día. Al principio la seducción fue total y
llegaba al trabajo y lo primero que hacía era conectarme a la red. Un día llegue y dije: '¡no más!' porque
me estaban dando las seis de la tarde y no había hecho nada en el trabajo. Decidí ponerme límites y
ahora sólo navego después de haber cumplido con mis obligaciones. Hoy no podría navegar en el día
porque sé que no puedo parar. Lo más rico de ir a la oficina los lunes es revisar mi dirección de correo
y ver los e- mails. Internet es siempre mi primera opción para buscar información, para mandar
mensajes, para todo. Quiero tener un computador en mi casa sólo para conectarme a Internet. No creo
que sea malo. Por el contrario, un día una amiga me dijo que ella nunca había navegado y yo no lo
podía creer. No podía imaginarme cómo sería la vida sin Internet".