Descubren “células zombis” que crecen en el cerebro horas después de la muerte.

Ciencia

Descubren “células zombis” que crecen en el cerebro horas después de la muerte

La investigación, además, estableció que cerca del 80% de los genes se mantienen relativamente estables durante 24 horas, mientras que los asociados con neuronas se degradan en las primeras horas ‘post mortem’.

24 de marzo de 2021

Horas después de que una persona muere, ciertas células del cerebro humano siguen activas, incluso algunas aumentan su actividad y crecen a proporciones gigantescas, según una nueva investigación de la Universidad de Illinois en Chicago.

En un estudio recientemente publicado en la revista Scientific Reports, los investigadores de la UIC analizaron la expresión génica en tejido cerebral fresco, que se recogió durante la cirugía cerebral de rutina, en varias ocasiones después de la extracción para simular la muerte.

Los investigadores descubrieron que la expresión génica en algunas células aumentaba después de que falleciera la persona.

La investigación, además, estableció que cerca del 80% de los genes se mantienen relativamente estables durante 24 horas, mientras que los asociados con neuronas se degradan en las primeras horas post mortem.

De otro lado, los expertos encontraron un tipo específico de “genes zombis”, que aumentan su actividad tras la muerte, alcanzando los niveles máximos aproximadamente 12 horas después del deceso. Se asocian con las células gliales, que junto con las neuronas forman parte del tejido nervioso, donde tienen una función auxiliar.

Otro grupo de genes, que se sabe que están presentes en las neuronas y que se ha demostrado que están intrincadamente involucrados en la actividad del cerebro humano, como la memoria, el pensamiento y la actividad convulsiva, se degradaron rápidamente en las horas posteriores a la muerte. Estos genes son importantes para los investigadores que estudian trastornos como la esquizofrenia y la enfermedad de Alzheimer.

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Los expertos encontraron un tipo específico de “genes zombis”, que aumentan su actividad tras la muerte, alcanzando los niveles máximos aproximadamente 12 horas después del deceso. Se asocian con las células gliales, que junto con las neuronas forman parte del tejido nervioso, donde tienen una función auxiliar. | Foto: Getty Images

Vale mencionar que un creciente cuerpo de investigación revela que los hombres y las mujeres se ven afectados de manera diferente por enfermedades cerebrales, como el alzhéimer y el párkinson, por lo que los investigadores instan a sus colegas a recordar esas diferencias al investigar tratamientos y curas, según publican en la revista ‘APL Bioengineering’.

Los científicos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, destacan que ese creciente cuerpo de investigación sugiere que las diferencias sexuales juegan un papel en la forma en que los pacientes responden a las enfermedades cerebrales, así como a la esclerosis múltiple, la enfermedad de las neuronas motoras y otras dolencias cerebrales.

Entretanto, sobre las ‘células zombis’, el doctor Jeffrey Loeb, profesor John S. Garvin y director de neurología y rehabilitación en la Facultad de Medicina de la UIC y autor correspondiente del artículo, sostuvo que el hecho de que “las células gliales se agranden después de la muerte no es demasiado sorprendente dado que son inflamatorias y su trabajo es limpiar las cosas después de lesiones cerebrales como la falta de oxígeno o un derrame cerebral”.

Sin embargo, lo que sí es relevante, según el experto, son las implicaciones de este descubrimiento: la mayoría de los estudios de investigación que utilizan tejidos cerebrales humanos post mortem para encontrar tratamientos y curas potenciales para trastornos como el autismo, la esquizofrenia y la enfermedad de Alzheimer, no tienen en cuenta la expresión génica post mortem o actividad celular.

“La mayoría de los estudios asumen que todo en el cerebro se detiene cuando el corazón deja de latir, pero no es así”, dijo Loeb. Agregó que “estos hallazgos serán necesarios para interpretar la investigación sobre los tejidos del cerebro humano. Simplemente no hemos cuantificado estos cambios hasta ahora”.