EL HOROSCOPO NUESTRO DE CADA DIA
Sin saberlo, los "astrólogos" controlan una buena parte de la opinión pública a través de sus columnas periodísticas.
Nadie puede negar cierta inclinación a la lectura de su horóscopo, así se trate de una breve y esporádica lectura casi incrédula o compasiva, o imbuida --por el contrario-- de la más auténtica fe.
Realmente, las profecías del horóscopo son variadas y muy prácticas. Un estudio realizado durante los meses de marzo y abril, ofrece las siguientes muestras del horóscopo: "Florece el amor", "En materia de crédito, siga intentándolo", "No esté melancólico en presencia de los invitados", "Podría tener mal caracter y tratar mal a los demás", "Si compra de prisa, podría tener que devolver algo", "Alguien se podría aprovechar fácilmente de usted", "Sea útil en el hogar..., no sea perezoso", "Si insiste en ir en contra de la corriente, estará propenso a fracasar", "Ejercítese", "Un día de concesiones mutuas puede crearle un estado de genuina fatiga ".
En la revista "Cromos" se señala a cada signo un "día positivo" y un "día regular". La misma revista le concede una diagramación relevante a las páginas de su horóscopo. Y su astrólogo empieza a desplazar cada vaticinio hablando de las finanzas, después sugiere algo acerca de la salud, y termina con una frase que lleva siempre un idéntico principio: En su vida amorosa... De modo que en la revista "Cromos" del 26 de abril se le señala al nativo de Aries que "en su vida amorosa una serie de gasticos, atenciones, incidirán sobre su economía", y lo mismo se le profetiza al nativo de signo Escorpión: "Sus romances pueden causarle desajustes económicos". Seguramente por esos mismos desajustes económicos que se profetizan en "Cromos", los nativos de Escorpión, --según la revista "Magazín Al Día"--, "se sentirán muy irritables y neviosos, y deberán tratar de calmarse y no complicarse la vida". Y esta irritabilidad y nerviosismo del nativo de Escorpión, con mucha seguridad tiene que ver con otro frustrante vaticinio aparecido el 25 de abril en el periódico "Occidente": "Usted quisiera visitar muchos amigos hoy, pero es mejor que sólo se concentre en unos cuantos, ya que sería imposible verlos a todos". En este mismo periódico, y en la misma fecha, le aconsejan al nacido bajo el signo de Aries: "Siga cualquier tratamiento de salud que le hayan ordenado, es por su bien. En la noche, tómelo con calma". Pero en el periódico "El Mundo" del 25 de abril, Aries no es propiamente la persona sometida a un tratamiento; por el contrario, le sugieren: "Sea paciente con alguien que sufre de tensión nerviosa, y deje que la alegría de los demás se le contagie ".
Los columnistas del horóscopo modifican, sabiéndolo o sin saberlo, una respetable parte del ánimo público, precisamente de ese público ingente y desconocido --pero siempre socialmente determinante-- en un país y, a menor escala, en una comunidad. Por eso un buen horóscopo, con intenciones sicológicas determinadas, podría incidir sobre esta franja social tanto como lo hace una editorial sobre otros estamentos. Modificaría un gran sector de la Opinión Pública.
Hay cientos de seguidores del horóscopo que emprenden la rutina estigmatizados por la premonición de sus horóscopos. Otros, que no son tan fervientes, guardan los augurios en algún lugar remoto del inconsciente. Y así caminan por la calle. Más de una muchacha duda de la fidelidad de su consorte, instigada por una breve sugerencia, sagaz y desleal, deslizada entre su horóscopo. Hay quienes prefieren no abandonar la seguridad de su casa después de una lectura de su horóscopo fatídico. Y hay otro caso, bastante original: se trata de un muchacho, redactor de un prestigioso diario bogotano. La mujer de sus sueños era muy adicta a la lectura del horóscopo. Seguía fielmente las premoniciones y sugerencias que cada mañana encontraba en su horóscopo. El muchacho sabiéndolo, decidió arreglárselas para modificar --a su manera-- cada profecía del horóscopo. Y así logró que ella aceptara una invitación al cine: "Si alguien te invita a un cine, no lo dudes, acepta". Y poco a poco, al pasar de los días, fue logrando que el horóscopo se convirtiera en el más poderoso y fervoroso aliado de su causa. No tardó en presentarse, entonces, el último y definitivo presagio: "Hoy tendrán, los nativos de este signo, proposiciones muy positivas e importantes que cambiarán el rumbo de su vida. Matrimonio. Conviene aceptar, los astros auguran perdurable felicidad". Desde luego, ese mismo día la pareja se comprometió, y así llegaron al matrimonio.
Los recursivos columnistas del futuro nunca dudan en respaldar estratégicamente cada uno de sus dictámenes: A los que nacieron el 27 de marzo del 83, en el periódico "El Tiempo" se les anticipa que son "personas muy interesadas en los sucesos mundiales". Además, les informan que son tranquilos, determinados, y, a veces, fijos en sus opiniones. Que triunfarán en la vida pública, que les atrae el campo creativo y tendrán éxito como actores, músicos, escritores o pintores. Y, sin embargo, el prudentísimo astrólogo no demora en agregar, por si las moscas, que los nacidos en marzo 27 poseen otras vocaciones: las finanzas, las leyes, las ciencias y la enseñanza. Con lo que nos percatamos de que los nacidos ese día no solo tienen pasmosas aptitudes artísticas, sino también habilidades matemáticas. Es decir, según este astrólogo tan benevolente, si usted nació el 27 de marzo es un hombre orquesta, o un gran polifacético, al estilo de Leonardo, si se quiere. Puede triunfar en todo, puede serlo todo, menos un obrero mal remunerado, con siete hijos y cuatro caries sin posibilidad de dentista.
Pero existen también horóscopos tremendamente ingenuos como aquel que, entre los muchos que se le han hecho a nuestro Nobel García Marquez, le atribuye al escritor "una gran imaginación y mucho talento con las letras, y muchos éxitos relacionados con papeles". Para llegar a estas conclusiones no habríamos necesitado echar mano de los astros. Sólo falta que aparezca diariamente un Horóscopo para Difuntos. De ese modo la viuda tendrá ocasión de averiguar qué se le profetiza a su difunto esposo allá en el otro mundo, donde, es de presumirse, a nadie le interesa averiguar detalles sobre su futuro.
TRAFICANTES DE DESTINOS
Los resultados de una investigación realizada por SEMANA seguramente desilusionarían a los cotidianos lectores de horóscopos; pudo establecerse que casi todas las secciones dedicadas a este tema en los distintos medios de comunicación provienen de servicios contratados con agencias internacionales, que envían sus vaticinios en gruesos sobres en los que remiten simultáneamente recetas de cocina, tiras cómicas y uno que otro pasatiempo.
Pero los devotos de los astros se sorprenderían aún más al enterarse de que en varias revistas y periódicos la sección de horóscopos se la turnan entre los diversos periodistas de planta, que se divierten especulando con vaticinios arrancados directamente del reducto de su imaginación; de esta forma auguran buena suerte económica a los acuarianos, rupturas matrimoniales a los tauro problemas circulatorios a los escorpión e interesantes oportunidades laborales a los aries.
Solamente se pudo establecer la identidad de un "astrólogo", el responsable de la columna del horóscopo en "El Espacio", con quien SEMANA logró establecer un interesante diálogo.
Su nombre es Víctor Gartner, de profesión periodista. Preguntado sobre la forma como llegó a encargarse de tan peculiar actividad, respondió: "Comencé a escribir horóscopos por puro accidente. Después de casi veinte años de ejercicio periodístico radial y escrito, de afrontar las más variadas circunstancias y de atender todos los frentes de información, se aprende a manejar desde una grabadora hasta una consola. En el periódico uno es cronista, reportero, diagramador, armador, etc. En el caso de "El Espacio" me ha correspondido en un año, no sólo ser redactor político, sino también judicial económico, de farándula, laboral y finalmente atender consejos sentimentales y hasta esto de horóscopos, en sus secciones habituales.
finalmente atender consejos sentimentales, y hasta esto de horóscopos, en sus secciones habituales.
SEMANA: ¿Qué libros consulta para la elaboración de los horóscopos?
GARTNER: En cuanto a libros consultados debo decir que soy un lector insaciable y que a pesar de mantener ocupadas veinte de las 24 horas del día, casi por una manía debo leer antes de conciliar las pocas horas que me restan para el sueño. En estas lecturas, prefiero las que tratan de las relaciones humanas el comportamiento de las personas, las reacciones naturales, y trato de aplicarlas a la vida real. Un periodista es una persona que trata diariamente con el más encumbrado personaje y con el más humilde obrero, con el triunfador orgulloso o con el derrotado delincuente y de sus actitudes hay siempre algo que aprender para luego tratar de verterlas en pequeños pensamientos o píldoras de optimismo.
S.: Cree usted en los horóscopos?
V.G.: Escribir horóscopos es una actitud quizás optimista frente a cada circunstancia de la vida y una forma de transmitir ese optimismo a las personas que ingenua o firmemente creen en ellos así no se tenga una guía astrológica cierta. Creo que cuando un pesimista lee en la mañana en los diarios su horóscopo que le habla de una jornada prometedora, de grandes realizaciones y de gran sensibilidad amorosa, desde ese mismo momento está predispuesto para ello y estará todo el día receptivo para todo lo que cree coincide con el pronóstico de su signo. Es en síntesis una manera de acondicionar al lector a las situaciones varias de un día de trabajo y quizás de angustia...