NEUROLOGÍA

El porno enferma

Un estudio reciente reveló que consumir material triple X en exceso puede dañar el cerebro, afectar el rendimiento sexual y generar depresión en los hombres.

6 de junio de 2014

Antes del auge de internet, la pornografía era material exclusivo para los adultos. A veces a las manos de los adolescentes curiosos llegaba una que otra revista o película que atesoraban durante todo un año y que obviamente miraban a escondidas. Ahora millones de usuarios de todas las edades lo consumen a diario con solo hacer un clic desde sus computadores, celulares o tabletas. Aunque mirar porno ayuda a encender la libido, varios estudios científicos han alertado que hacerlo en exceso puede traer consecuencias negativas para la salud. La semana pasada una investigación publicada en la revista JAMA Psychiatry, alborotó aún más el avispero al revelar que los hombres que pasan muchas horas viendo material triple X pueden sufrir un deterioro en el cerebro y una reducción en su tamaño.

Este hallazgo es, según los autores, la primera evidencia de que ver pornografía puede reducir el tamaño y las funciones del cerebro e inhibir su respuesta frente a los estímulos sexuales. El resultado es relevante si se tiene en cuenta que cerca del 80 por ciento de los adolescentes ha entrado alguna vez a este tipo de páginas y muchos las usan como principal medio de estimulación sexual. Esto quiere decir que adicionalmente a deformar su visión sobre la sexualidad, el porno digital estaría estropeando su cerebro, aún en formación.

Para el estudio, expertos del Instituto Max Planck de Desarrollo Humano en Berlín reclutaron a 64 hombres entre los 21 y 45 años y analizaron sus hábitos de consumo de pornografía. El promedio general del grupo fue más de cuatro horas semanales. Luego les mostraron 60 imágenes de sexo explícito e igual número de fotografías sin contenido sexual para observar cómo reaccionaban sus cerebros. “Encontramos que el volumen de una región que está involucrada con el sistema de motivación y placer es más pequeña en los participantes que consumen más porno. Además, otra región vinculada a los estímulos sexuales mostró menor actividad”, señaló a SEMANA Simone Kühn, quien lideró el trabajo.

El problema con el porno de hoy está en la facilidad de acceso a sus contenidos. Los expertos explican que el de antaño no ofrecía la cantidad abrumadora de prácticas y fantasías sexuales que hoy se ven en la red. “Al tener diez o más ventanas abiertas al mismo tiempo y observar una y otra vez la parte que les gusta de cada una, quienes consumen mucho material triple X sienten que nunca es suficiente. Sus cerebros buscan más y nuevos estímulos para obtener placer”, señaló a esta revista Gary Wilson, fundador de la página web yourbrainonporn.com.

El efecto es mayor en los hombres porque “a ellas la pornografía no les genera tanto interés y por lo general ven este tipo de material cuando su pareja se los pide”, señaló a esta revista Heather Wood, consultora y psicoterapeuta de la Clínica Portman, en el Reino Unido.

Investigaciones anteriores han encontrado una similitud entre la dependencia por este material con la adicción a las drogas, el alcohol o el cigarrillo. Quienes caen en esta red sufren dificultades en sus relaciones sociales, su trabajo, su salud e inclusive en sus finanzas personales. “Algunos lo usan para liberarse de la ansiedad y la depresión o como escape porque tienen baja autoestima y dificultad para relacionarse con los demás”, explicó Wood. Como si esto fuera poco, el porno en exceso les crea estereotipos e ideales de la sexualidad que no encuentran en la vida real lo cual les produce frustración.

Los expertos señalan que quienes pasan más de 11 horas semanales frente a sus pantallas viendo material triple X pueden ser más propensos a sufrir desequilibrios en sus vidas. La clave está en consumir este tipo de contenidos moderadamente, como en los tiempos anteriores a la era digital. Por ese motivo deberían establecerse leyes que eviten el acceso fácil de menores de edad a estos sitios.