Y FUERON FELICES

Según un estudio, después de la separación las mujeres se vuelven optimistas y alegres mientras <BR>que los hombres se desmoralizan y deprimen. ¿Qué hay de cierto?

22 de noviembre de 1999


SI ALGUIEN TUVIERA QUE PREDECIR cuál será el destino de una pareja de casados que está a punto de
firmar la sentencia de divorcio sin duda respondería que el hombre saldrá como Pedro por su casa mientras
que a la mujer le irá como a los perros en misa. Probablemente agregaría que al ex esposo ya le espera una
mujer más joven que le hará olvidar en segundos los sinsabores de la ruptura. La divorciada, por el contrario,
tendrá que asumir una vida de sacrificios y debatirse entre la responsabilidad del trabajo, los hijos y la casa.
Esto, claro está, sin poder soñar con un nuevo hombre, pues la cultura que estigmatiza a las separadas y las
cifras del mercado de hombres disponibles están en su contra.
Pero lo anterior parece ser una observación a priori que nada tiene que ver con la realidad. Un estudio
realizado por el sicólogo norteamericano Paul Costa reveló que a los hombres el divorcio les sienta muy mal.
No sólo se deprimen y neurotizan sino que dejan de tener logros y objetivos en el futuro. A las mujeres, por el
contrario, no les podría ir mejor con su nuevo estado civil. Se vuelven más extrovertidas y asertivas, cálidas y
amigables.
Para el trabajo Costa reclutó 1.700 hombres y 700 mujeres originalmente en sus 40. Al cabo de 10 años
encontró que el grupo no había tenido cambios objetivos significativos pese a que había sufrido dos o más
eventos durante ese tiempo. No obstante, en las apreciaciones subjetivas de algunos encuestados sí hubo
cambios.
Al indagar más se dio cuenta que había diferencias sustanciales entre las mujeres que se casaron en esos 10
años y las que se separaron. "Las divorciadas incrementaron sus relaciones interpersonales, se volvieron más
extrovertidas, cálidas, más propensas a salir, a ser descomplicadas, seguras y a tener emociones positivas",
comentó Costa a SEMANA. Además estaban más abiertas a nuevas experiencias, a confiar, a tener nuevas
ilusiones y a lanzarse a la acción. Al comparar estos resultados con los de las mujeres que se casaron
encontró que todos esos aspectos positivos anteriores habían disminuido.
Pero lo más sorprendente sara Costa fue observar que si bien el divorcio para ellas parece ser un antídoto
liberador de muchos males en los separados tiene el efecto de un veneno. Los que se divorciaron mostraron
una disminución en sus relaciones interpersonales, en su asertividad y confianza y perdieron la capacidad de
proyectarse al futuro. "En general los divorciados estaban más deprimidos y tenían menos capacidad para
lograr objetivos", afirma. Por el contrario, quienes se casaron redujeron su neurosis y sus niveles de estrés
emocional.
Aunque su investigación no establece el porqué, Costa se atreve a especular que estos resultados podrían
tener relación con quién inició el proceso de divorcio y quién se queda con qué después de la ruptura. "Las
mujeres siguen viviendo con los hidos, en la misma casa y además continúan recibiendo una mensualidad de
sus ex maridos, por lo cual aumentan su ingreso mensual", dice. El hombre, agrega, tiene muchas más
pérdidas pues cede la posibilidad de ver a los niños diariamente, ya no tiene quién lo cuide y dehe asumir el rol
de, ama de casa para el cual no está preparado.
Para Rosaura Rodríguez, autora del libro Bienvenidas al club, "los hombres son más felices en el matrimonio y
las mujeres se deprimen. En cambio, ¿quién ha visto una viuda triste? Cuando una mujer se separa, se libera
de muchas cosas. Entre ellas, la obligación de hacer feliz a su pareja".
Los resultados del trabajo de Costa no sólo han suscitado sorpresa sino que también han despertado cierta
incredulidad. Y aun que otros expertos opinan que su investigación puede mostrar una tendencia real, lo cierto
es que en este tema no se puede generalizar. Para Norma Rubiano, coautora del más grande estudio sobre
matrimonio y divorcio en Colombia, la idea de que a la mujer le va mal y al hombre le va bien después del
divorcio es una mera percepción que cambia dependiendo del sustrato de la persona y las condiciones
culturales en que vive. "Si alguien es depresivo y se separa de pronto se le agudiza el lío. Ahora bien, una
separación en la Costa no significa mayor cosa mientras que en la región andina es el dramonón".
También cuentan los papeles que asume cada sexo y sus competencias naturales. Tradicionalmente la mujer
ha desarrollado más capacidad para manejar lo doméstico. El homhre por el contrario tiene menos destreza
para lo cotidiano. "Pero es un problema de entrenamiento de roles y el caos que viven se supera cuando; lo
aprenden", dice Rubiano. De igual forma, los expertos creen que incide el hecho de que las mujeres buscan
apoyo en su familia y en amigos y los hombres tienden a guardar sus sentimientos.
Quién toma la decisión parece ser un factor importante en la manera como se asuma la separación. Según la
sicoterapeuta Nelly Rojas de González, cuando la mujer se va o pide el divorcio el hombre sufre un golpe
grande en su autoestima. Lo anterior va ligado con la elaboración de la pérdida. "En el divorcio hay muchos
duelos, dice. Se pierden el amante, el compañero, el hogar, los hijos, la familia extensa". El dinero no es la
excepción. Si a todo esto se suma que el capital del marido puede verse diezmado por cuenta de la división
de bienes y la cuota de alimentos, es probable que no haya vida después de la separación sino purgatorio. Y
no es un secreto que en Colombia las mujeres hoy son más agresivas para reclamar la parte del pastel que les
corresponde y no permiten que se les vulneren sus derechos económicos en el proceso de separación.
Costa afirma que la mujer puede sentirse optimista y feliz si el matrimonio era una carga en su vida. Pero la
verdad es que todo esto cae en el terreno de la especulación y para salir de dudas la única solución es seguir
investigando. De hecho, ya se prepara para hacer un seguimiento a estas parejas en el cual una de las
preguntas cruciales será si esos cambios son permanentes o, como toda felicidad en la vida, fueron flor de un
día.
Las razones
En materia de divorcio no se puede generalizar. Pero Nelly Rojas de González enumera una se rie
defactoresque podrían incidiren que a las mujeres les vaya mejor que a los hombres en su nueva soltería

A UNA MUJER LE SIENTA EL DIVORCIO...

1. Cuando hace el duelo (es decir, asume la pérdida) antes de separarse
2. Cuando termina una relación adictiva que la maltrataba y no la dejaba superarse
3. Cuando ya no quiere a su pareja
4. Cuando tiene cierta comodidad económica
5. Cuando se queda con los hijos

EL HOMBRE SE DEPRIME CUANDO...

1. Abandona el hogar por otra mujer y al cabo de un tiempo se da cuenta que era sólo una ilusión. Por lo
general trata de volver a establecer el vinculo con su ex esposa pero muchas veces es demasiado tarde
2. Cuando es la mujer la que toma la decisión del divorcio
3. Cuando no hacen duelo y saltan de un hogar a otro sin tomarse un tiempo para reflexionar sobre la pérdida
4. Cuando no asumen la nueva vida de manera amable, es decir, en una casa bonita y arreglada. Es el
sindrome que Rojas de González denomina como ani las flores en el florero ni las alcachofas en la nevera
5. Cuando su situación económica se deteriora
6. Cuando tienen limitaciones para ver a sus hijos