ENTREVISTA

La adversidad ayuda a desarrollar estrategias para manejar el estrés

El psicólogo Ian Robertson asegura que ver esta emoción como un reto en vez de una amenaza podría llevar a la cima del éxito.

15 de junio de 2016

El psicólogo Ian Robertson, autor del libro ‘La Prueba del Estrés’, asegura que ver esta emoción como un reto en vez de una amenaza podría llevar a la cima del éxito. En entrevista con SEMANA  explicó cómo lograrlo

SEMANA: ¿Qué es el estrés?

Ian Robertson: Es esa necesidad que se siente de utilizar nuestras habilidades para lograr el éxito en algo.

SEMANA: ¿Es cierto que hay uno bueno y uno malo?

I.R.: Sí, pero es una percepción. Si mentalmente cambiáramos nuestra percepción del estrés y lo viéramos como un reto en vez de una amenaza, entonces podría llevarnos a la cima de la función cognitiva y realmente mejorar nuestras habilidades. De hecho, esto pasa generalmente en niños y adolescentes que tienen poco estrés en sus vidas.

SEMANA: ¿Por qué hay gente que se siente ansiosa ante cualquier situación y otra que se relaja en situaciones estresantes?

I.R.: Hay diferencias, en parte genéticas, pero si esto se vuelve un problema o no depende de las experiencias y las estrategias que la gente aprende en su vida para controlar la ansiedad. Lo más determinante para manejar el estrés o hundirse en él son los hábitos que aprendes que pueden ser de pensamiento, de comportamiento, incluso de poner atención.

SEMANA: ¿No hay factores biológicos?

I.R.: Creo que hay factores biológicos. Hay gente que es más propensa a ser más ansiosa que otros, pero creo que los factores más importantes son aprendidos, son hábitos.

SEMANA: ¿Cree que las mujeres sufren más de estrés que los hombres?

I.R.: Sí, las mujeres muestran mayores problemas de ansiedad que los hombres. Aún no es claro si estas diferencias son más biológicas o debidas al ambiente, o de orden psicológico. Sabemos que la sensación de sentirse bajo control en la vida afecta el nivel de ansiedad que se experimenta. En ese sentido, si las mujeres tienen menos control por razones culturales, van a ser más vulnerables. Nadie ha hecho el experimento de ver cómo serían las mujeres en una sociedad equitativa porque todavía no hay una sociedad así, en la que ellas tienen el mismo control que los hombres.

SEMANA: ¿Se puede aprender a manejar el estrés?

I.R.: Sí, podemos aprender. Nuestro cerebro es la entidad más complicada en el universo conocido. Nada es más complejo que el cerebro humano porque tiene la capacidad de reprogramarse y aprende o desaprender hábitos. Hay cientos de estrategias psicológicas y comportamientos efectivos con los que la gente se podría comprometer para controlar su estado emocional. Pero para hacerlo deben creer que pueden controlarlos y a veces la gente se siente fuera de control de sus emociones. Si no creen que tienen el control, entonces no harán la práctica necesaria para controlarlos.

SEMANA: Eso es más fácil decirlo que hacerlo...

I.R.: La forma como vemos las cosas está influida por los hábitos que aprendemos, de pensamiento, de comportamiento, de respuesta emocional. Para desaprender y aprender nuevos hábitos debemos trabajar en cientos de repeticiones para lograr reprogramar el cerebro y responder y pensar de una manera diferente. A veces puede ser desalentador porque tratan de tener control de las emociones y al no lograrlo, eso los hace sentir peores, tal vez los lleva a tomar medicamentos (antidepresivos) y eso confirma su creencia de que no tienen control sobre sus emociones. Requiere trabajo y práctica aprender a tener control.

SEMANA: Se dice que el estrés se da en forma de U. ¿Cómo es eso?

I.R.: Muchos de los neurotransmisores funcionan en forma de U invertida. La noradrenalina, también llamada norepinefrina en Estados Unidos, tiene una función de U invertida. Si nosotros tenemos bajos niveles de noradrenalina, lo que sucede en las madrugadas (4 o 5 de la mañana), nuestros cerebros no funcionan bien porque necesitan de este químico para que las diferentes partes del cerebro se conecten y todo pueda funcionar. Pero si tuviéramos mucha noradrenalina debido al estrés, por ejemplo, se bloquearía la comunicación de las diferentes partes del cerebro. Eso lleva a tener bajo rendimiento y dificultades para pensar.

SEMANA: Y ¿qué pasa cuando estos químicos están balanceados?

I.R.: Hay un punto medio que permite un rendimiento óptimo. Si se tiene la cantidad adecuada de noradrenalina, el cerebro funciona extremadamente bien, la persona puede concentrarse, la memoria es buena, se puede enfocar fácilmente en lo que está haciendo y controlar las emociones.

SEMANA: ¿Ese manejo se aprende de niños?

I.R.: Sí. Los niños y adolescentes que pasan por adversidades aprenden hábitos de control de emociones. También aprenden que las emociones negativas pasan eventualmente y que ellos pueden salir adelante y vivir en un mundo donde estas cosas pasan. La adversidad ayuda a construir  habilidades para superar el estrés en la vida.

SEMANA: Y si el estrés puede ser un motor para prolongar la vida, ¿qué pasa cuando el individuo se jubila?

I.R.: Es un gran problema potencialmente. Algunos pensamos que todo lo que demanda un trabajo es demasiado. Sin embargo, estas demandas y esos problemas que la gente que trabaja debe resolver a diario son los que causan que nuestro cerebro produzca noradrenalina, un químico que tiene efectos positivos en nuestro cerebro, siempre y cuando no se produzca en niveles muy altos. Entonces, una cantidad saludable de estrés realmente puede ayudar al cerebro a producir dicho químico. Si nos retiramos y no trabajamos más, y no tenemos más retos ni demandas sobre nosotros, el riesgo es que nuestro cerebro empiece a sufrir por la falta del químico nutriente. Así terminamos perdiendo parte de nuestra confianza, las habilidades cognitivas y nos volvemos más propensos a la depresión y a perder la capacidad de funcionar del cerebro.

SEMANA: ¿Qué recomienda para la gente que se jubila?

I.R.: Si alguien debe renunciar al trabajo, que sea porque no lo está disfrutando. Pero la gente siempre debe buscar otra actividad que sea mentalmente estimulante. Para algunos puede ser ayudar a cuidar a sus nietos, para otros puede ser participar en actividades comunitarias, o actividades de caridad, o aprender una nueva habilidad, o aprender a tocar un instrumento musical. Es muy importante que cuando la gente tenga 60 años cuente con una actividad que la saque un poco de su zona de confort y que la lleve a aprender y a retarse, no demasiado necesariamente. Porque al ser demasiado puede ser riesgoso.