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Los dolores por hambre no solo se dan por no comer, sino que también responden a otras causas. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida Moderna

¿Por qué se pueden dar los dolores por hambre luego de haber comido?

Si bien la razón principal es no alimentarse, esta condición responde también a otras causas.

1 de mayo de 2023

Los dolores por hambre suelen ser una respuesta a no comer. Pueden manifestarse como una sensación extraña en la boca del estómago, un sonido que sale del abdomen o hasta cólicos. Sin embargo, también responde a otras razones, inclusive cuando el cuerpo ya se alimentó.

Esta condición ocurre cuando se presenta la liberación de la hormona ghrelina, una situación que responde ante varios detonantes. La mejor forma de controlarla es cuidando la alimentación.

El portal Mejor con Salud explica que luego de pasar varias horas sin comer, se produce la liberación de esta sustancia por parte del estómago, para prepararse para la llegada de la comida. En decir, se estimula al cerebro para aumentar la sensación de hambre y sentirse más satisfecho a la hora de consumir los alimentos.

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Los dolores por hambre también pueden producirse luego de comer. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Además del factor hormonal, hay que considerar que el estómago, al ser un órgano muscular, puede estirarse y contraerse. Después de comer o tomar líquido, se estira y da una sensación de llenura o plenitud. Sin embargo, cuando está vacío, se contrae.

Ante la ausencia de ingesta, no se produce la neutralización de los ácidos gástricos que están dentro del estómago. Por lo tanto, se produce irritación de la mucosa. Sumado a ello, las paredes del órgano se contraen y generan una sensación de molestia.

Los dolores por hambre pueden manifestarse como sensación de vacío, de cólicos o de contracciones estomacales. También podría haber gruñidos o ruidos en el abdomen.

Otros síntomas asociados a esta condición son los siguientes:

  • Antojos por ciertos alimentos.
  • Sensación de hambre voraz.
  • Ardor estomacal.
  • Irritabilidad.
  • Mareos.

Esta condición responde a otras causas. Si bien la principal es la abstinencia a comer, también se presenta bajo circunstancias diferentes a esta.

A partir del cuarto trimestre de este año la farmacéutica también reducirá en 70% el precio de Humalog, su insulina recetada con mayor frecuencia, así como de la Humulin.
La interacción entre la insulina y la hormona ghrelina puede detonar en los dolores por hambre. | Foto: Getty Images / Peter Dazeley

La ghrelina y la insulina interactúan. Cuando esta última desciende, se produce liberación de ghrelina y activación de la sensación de hambre. Por su parte, la hormona estimula la secreción de la insulina en el páncreas, lo cual conlleva a que los niveles adecuados de la misma se consideran protectores frente a las enfermedades metabólicas.

Es por ello que, si se consumen solo azúcares refinadas y carbohidratos simples, se genera un incremento abrupto de los niveles de insulina con la posterior caída rápida también. De manera que la ghrelina incrementa su concentración, produciendo dolores por hambre.

El estudio Sleep Restriction Enhances the Daily Rhythm of Circulating Levels of Endocannabinoid 2- Arachidonoylglycerol de Oxford Academy demostró que la deprivación del sueño produce aumento de hormonas que estimulan el apetito. Por ende, se incrementa la necesidad de comer azúcares refinadas, más sodio y grasas saturadas en un contexto de mal descanso nocturno.

Además, el sueño también se asocia con la regulación de la ghrelina y la leptina, que se vincula con la saciedad. Asimismo, la deprivación produce altos niveles de cortisol que conllevan a más hambre.

El estrés laboral se convierte también en una afectación económica para los trabajadores, ya que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que los accidentes laborales y el estrés generan pérdidas anuales equivalentes a 4% del (PIB) global.
El estrés y lesiones físicas pueden conllevar a experimentar dolores por hambre. | Foto: Pexels

Los dolores por hambre pueden producirse en respuesta a olores o imágenes de comida que estimulan el apetito sin haber comido aún. Se produce la misma respuesta a que si el estómago estuviese vacío.

Es común que en situaciones de estrés o de alta carga emocional se produzcan los dolores por hambre. Para diferenciarlos de una auténtica necesidad de comer hay que considerar el ruido asociado. Ante las situaciones estresantes no suele presentarse el clásico gruñido del estómago.

Cabe mencionar también la interacción entre dolor físico y hambre. Cuando hay un dolor crónico que genera estrés, es posible que el cuerpo desarrolle hambre como método para contrarrestar la sensación molesta.