Prueba de vida

3 de septiembre de 2001

El experto infectólogo Guillermo Prada explica porqué es crucial fomentar la prueba del VIH entre las personas sexualmente activas.



¿Por qué la gente no se hace la prueba del sida?

"Por múltiples razones, pero fundamentalmente por miedo. El miedo de cada cual es profundamente respetable pero se debe manejar con información, con el fin de tomar la decisión más apropiada. Todos debemos saber que ahora la infección por VIH/sida es una situación tratable y que mientras más temprano se haga el diagnóstico y se comience el tratamiento, mejor. Además todos tenemos responsabilidad ética con la persona con quien tenemos relaciones sexuales. Lo que vemos hoy, es que cuando la persona se da cuenta que está infectada ya ha infectado a muchos más".



Y cómo se enteran?

"Usualmente la gente se hace la prueba sólo cuando está enferma y cuando la enfermedad ha producido profundos estragos en el organismo; a veces irreversibles. En la actualidad no hay derecho a que la gente se enferme de sida. Una prueba hecha a tiempo y un buen tratamiento evitan complicaciones dolorosas o incapacitantes y en muchos casos la muerte. En el caso del VIH, la persona dura entre siete y 10 años entre el momento que adquiere el virus y el momento en que se enferma. El hecho de que una persona se sienta sana, vigorosa, no descarta que no esté infectada y que siga contagiando a los demás. Esto incluye esposa(o), hijos que vengan en camino".



¿Pero una persona que usa condón y es cuidadosa por qué habría de hacerse una prueba?

"Toda persona que use el preservativo debe saber que es un mecanismo muy útil de prevención, pero no constituye riesgo cero. El preservativo tiene riesgos: se puede romper, se puede salir, puede ser de mala calidad o puede estar mal puesto; además mucha gente lo usa sólo para el momento de la penetración (todos los líquidos de la fase inicial excitatoria pueden contener altas concentraciones de virus); muchos olvidan además que debe usarse para el sexo oral. Pienso que hay que seguirlo usando, pero teniendo en cuenta que el condón no da garantía absoluta. Es importante resaltar que mucha gente no lo usa: un estudio reciente mostró que en personas que tenían relaciones indiscriminadas con múltiples parejas, sólo la tercera parte lo usaba y de estas sólo algunas lo usaban en todas sus relaciones".



¿Entonces todos estamos en riesgo?

"Toda persona que tenga relaciones sexuales se expone. Obviamente el riesgo es mayor para todas aquellas que tienen relaciones con múltiples parejas; aquellos individuos que tienen una pareja estable deben preguntarse si tuvieron relaciones antes de la relación que tienen o antes de casarse. Además muchos se sienten "seguros" porque sus relaciones actuales o pasadas son o fueron con la amiga(o) del colegio, de la universidad, de la oficina, etc. Todos ellos pudieron haberse expuesto anteriormente al virus, porque ellos a su vez tuvieron relaciones con otros y estos con otros, y así sucesivamente. De tal manera que, en ocasiones, cuando tenemos relaciones sexuales con una persona, en realidad estamos teniendo relaciones con 100 personas al mismo tiempo, si tenemos en cuenta las múltiples interacciones que han tenido esa persona y sus contactos sexuales previos".



¿Usted cree que hay grupos especiales de riesgo?

"Todos estamos en riesgo. Pero sí pienso que la comunidad homosexual continúa sometida a un riesgo mucho mayor. En la actualidad se estima, que al menos en Bogotá, uno de cada cinco es portador del VIH. Es increíble que muchos de ellos continúen negándose el altísimo riesgo al que se exponen y que siguen teniendo relaciones indiscriminadas, la gran mayoría de ellas sin protección. En este sector de la comunidad debieran realizarse campañas intensivas para la detección temprana del VIH".



¿Pero entonces cuál es la alternativa? ¿Qué significa cuidarse en tiempos del sida?

"Definitivamente hay que cambiar el comportamiento hacia una vida estable, en pareja, con fidelidad y sin trampitas. Es obvio que este es un objetivo difícil de lograr, pero debería trabajarse a largo plazo. Si la persona no puede, debe entonces saber que está tomando un riesgo y si lo está tomando debe protegerse".



¿Cómo más podría protegerse?

"Curiosamente, una de las mejores formas de protegerse, es haciéndose una prueba de sida. Por ejemplo, toda persona que vaya a tener una relación estable con alguien, que vaya a casarse, que vaya a tener un hijo, y desde luego la mujer que esté embarazada, todos, deberán hacerse una prueba para el VIH. Esta debería acompañarse además de otras como hepatitis B y hepatitis C. Es bueno tener en cuenta la ventana inmunológica: ésta significa que el organismo se demora tres meses en producir las defensas contra el virus que se miden en la prueba de Elisa, de tal manera, que cuando una prueba sale negativa, ésta es válida hasta tres meses antes de la prueba; si la persona ha tenido una relación que lo haya infectado en los últimos tres meses, la prueba puede salir negativa. Aquel que se realice la prueba debiera exigir siempre que le informen el resultado el mismo día; esto reduce tensiones y estimula a que más personas se la practiquen".



¿A qué se debe que no se hagan campañas para promover la prueba?

"En Europa y en Estados Unidos hay campañas permanentes para que la gente se haga la prueba. Aquí sucede al revés. El gobierno nacional cree de manera tristemente errónea, que mientras menos personas tengan acceso a la prueba, menos enfermos tendremos. La verdad es que resulta mucho más económico detectar y tratar tempranamente al infectado, que esperar a que se enferme y muera. Se calcula que en la actualidad hay 250.000 personas infectadas con VIH en el país, y tarde o temprano estas personas van a enfermar y morir, con unos costos humanos y económicos incalculables para el sistema nacional de salud. Mientras tanto, estos individuos habrán infectado un millón más. Ignorar una realidad tan dramática, es tapar el sol con las manos. De esos 250.000 sólo tienen acceso al tratamiento en la actualidad unos 7.000. Los 5.000 pacientes que trata el Seguro Social le cuestan más de 100.000 millones de pesos al año. ¿Qué le va a pasar a esta entidad cuando le toque tratar 30.000?".



¿Es cierto que el listado de medicamentos para el sida es restringido?

"La Comisión Revisora de Medicamentos y el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud han creído que restringiendo el número de medicamentos reducen costos. Nada más erróneo. En la medida en que se restrinjan las drogas, los pacientes van a tener menos alternativas terapéuticas, mayor número de complicaciones, mayor número de recaídas y desde luego mayores costos (¿quién mide los costos del dolor humano y de las muertes causadas por decisiones irresponsables?). Por tanto, es imperativo que todos los medicamentos estén disponibles en el POS. Sería bueno además, que tanto la comisión como el consejo se asesoren de expertos, idealmente de especialistas en enfermedades infecciosas".



¿Qué hay de nuevo en los tratamientos?

"Los nuevos tratamientos cada vez son más sencillos de tomar y más efectivos. Además tienen menos efectos adversos para el paciente. Un ejemplo es Trizivir que en una sola pastilla tiene tres drogas, dos antiguas y una nueva y se toma una cada 12 horas. Es buena para pacientes que van a iniciar el tratamiento. Otro ejemplo es Kaletra, que sirve para virus muy resistentes. Conbivir combinado con Stocrín reduce las pastillas a una cada 12 horas y tres al acostarse: un gran avance. Pero vienen en el futuro cercano una serie de nuevas drogas. Hasta ahora las disponibles atacan el virus en dos sitios diferentes del proceso de multiplicación: uno al comienzo, es decir, antes de que entre al DNA (inhibidores de la transcriptasa) y otro al final, en el ensamblaje final del virus (inhibidores de proteasa). Hoy están en fase adelantada de investigación los inhibidores de fusión que atacan bloqueando la entrada del virus a la célula y evitando entonces que el virus recién producido infecte otras nuevas células. También están los inhibidores de la integrasa que impiden que el virus se integre al DNA de la célula y haga parte del núcleo; esto dificulta que se multiplique. Lo más importante es que vamos a atacar el virus en diferentes partes y esto producirá con seguridad mejores resultados".



¿La resistencia es un problema muy serio?

"En este momento el 30 por ciento de los pacientes del Seguro Social ya están resistentes a los medicamentos que reciben. El problema es muy grave, ya que una vez que fallan a una combinación de drogas, la posibilidad de que respondan a una segunda es menor y los costos mucho más elevados; el problema se acentúa por la lista restringida de medicamentos del POS. El paciente que no se toma con juicio las drogas sabe que se va a volver resistente muy pronto; a esto se suma la falta de disponibilidad permanente de los medicamentos por parte de las EPS. A esto hay que agregar que luego de un tiempo (posiblemente algo más de cinco años) el virus se va volviendo resistente al tratamiento por la presión que ejercen las drogas sobre el virus. Por todo lo anterior, los controles de carga viral para detectar la aparición de resistencia se debieran hacer como mínimo tres veces al año".