¿Qué puede consumir un diabético tipo 1?

Cuando el páncreas no puede producir insulina o la crea en cantidades insuficientes, aparece la diabetes tipo 1 y la forma de tratarla es siguiendo al pie de la letra las indicaciones médicas, llevando una dieta adecuada y haciendo ejercicio.

Diabetes tipo 1

La insulina es una hormona necesaria para metabolizar la glucosa que aportan los alimentos. También es la encargada de que el azúcar entre a las células de la sangre, para que pueda ser usada como fuente de energía para que tanto los músculos como los tejidos puedan funcionar adecuadamente.

Aunque no es tan común como la diabetes tipo 2, es una enfermedad que se manifiesta principalmente en niños y en adultos jóvenes.

Hasta la fecha no está clara cuál es la causa de su aparición, aunque el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases sugiere que la diabetes tipo 1 responde a una reacción inmunológica, es decir, el sistema inmune “ataca” las células que forman la insulina en el páncreas.

Las causas de esta reacción no están muy claras, ya que se pueden deber a virus adquiridos en la niñez como a una predisposición genética.

Alimentación en la diabetes tipo 1

La alimentación es una muy buena herramienta para controlar esta enfermedad. No hay necesidad de grandes esfuerzos, solo se debe aprender a manejar un menú sano y rico que se ajuste a las necesidades de las personas que padecen esta enfermedad.

Las personas que sufren de diabetes tipo 1 deben inyectarse diariamente su dosis de insulina para equilibrar su déficit de producción hormonal y regular los niveles de glucosa en sangre. Esto debe ir acompañado de una dieta saludable que le ayude a mantener los niveles de azúcar en el punto adecuado.

Lao mejor, es asesorarse por un especialista en nutrición, quien será la persona responsable de ajustar la alimentación de acuerdo a las necesidades de cada paciente. Pero básicamente, se busca la reducción de carbohidratos y azúcares.

En este sentido, el portal mundodeportivo.com, recomienda evitar lo siguiente:

• Alimentos ricos en azúcares.
• Productos fabricados a base de cereales refinados entre los que se encuentran el pan blanco o las pastas.
• Controlar y reducir todos aquellos alimentos con alto contenido en grasas saturadas y mantequilla.
• Moderar el consumo de sal.
• Evitar la ingesta de alcohol.
• Las papas, en especial las fritas.
• Evite el consumo de carnes rojas y embutidos.

De igual forma, se aconseja sustituir estos alimentos por aquellos que incrementan la glucosa en la sangre de forma lenta, después de cada comida, de manera que se puedan reducir los picos de glucemia.

• Cereales integrales como arroz, pan, pasta: Cuatro a seis porciones diarias.
• Verduras y hortalizas: 2 o más porciones diarias.
• Fruta fresca: Tres o más porciones diarias.
• Frutos secos: Tres a siete porciones a la semana.
• Leche y productos derivados (desnatados o semidesnatados): Una a dos raciones diarias.

• Huevo, pescado y aves: Tres a cuatro porciones al día.
• Legumbres: Dos a cuatro veces al día.
• Aceites saludables como de oliva o canola: utilizar para cocinar o en ensaladas.
• Agua: Cuatro a ocho vasos diarios.
• Café o té sin azúcar.

Por otro lado, es importante hacer un conteo del consumo de carbohidratos totales al día.