UNO TAMBIEN VALE

Existe una tendencia mundial entre las parejas a tener un solo hijo. Los estudios <BR>muestran que la decisión no es tan mala como la pintan.

2 de agosto de 1999

Germán y Ana María son dos profesionales jóvenes que hace cuatro años decidieron
medírsele al difícil reto de ser padres. Y aunque la experiencia ha sido maravillosa, desde el
momento en que su hijo nació acordaronque no querían volver a repetirla. "Yo sé que a él puedo
asegurarle todo lo que necesita en materia de afecto y atención. Con dos no podría hacerlo", dice ella.
Pese a que es una decisión muy personal la presión por parte de amigos, familiares y profesores
ha sido enorme. "Me dicen que es terrible, que cómo le voy a hacer eso a mi hijo. Pero yo estoy feliz
con mi hijo y creo que puedo criarlo bien", añade.
Así como esta pareja existen muchas en Colombia que están tomando la determinación
voluntaria de ser padres de un solo hijo. Es un fenómeno que apenas comienza a notarse en el país
pero que hace parte de una tendencia mundial. Sólo en Estados Unidos se estima que existen 50.000
familias con hijos únicos. En China, gracias a una política de control natal, las cifras han llegado a
niveles sorprendentes. Colombia no se ha quedado atrás. Aunque no existen cifras concretas,
según Rodolfo Heredia, del Centro Nacional de Población, es indiscutible que la proporción de
hijos por familia ha disminuido en los últimos años. "Y la preferencia por hijos únicos también". Unas
de las razones que explican este fenómeno son sin duda la revolución sexual y la liberación
femenina, cuyo impacto afectó directamente el tamaño de las familias. Pero a estas variables hoy se
suman las dificultades para sobrevivir y llevar una vida con un mínimo de comodidades. "Los niños ya
no vienen con el pan debajo del brazo", dice Guillermo Carvajal, sicoanalista y experto en educación.
Al mismo tiempo las mujeres hoy no sólo se realizan como madres sino también como
profesionales y no cabe duda de que el trabajo en las oficinas es un obstáculo para las familias
numerosas. "El hijo único ayuda a conseguir ese paradigma de felicidad, autorrealización y de
paternidad que buscan hombres y mujeres", afirma Carvajal.
A pesar de esto, quienes se deciden por esta opción deben soportar a diario las presiones de la
sociedad para que tengan más hijos. Los argumentos en contra son que los hijos únicos son
consentidos, malcriados, dependientes, poco sociables y desadaptados. Pero lo curioso es que estas
presiones están basadas más en mitos formados por estudios preliminares del siglo pasado que por
hechos concretos. En las investigaciones más recientes no existe evidencia de que los hijos únicos
sean infelices . "Estos niños, al igual que los de familias grandes, tienen ventajas y desventajas",
dijo a SEMANA Carl Pickhardt, sicólogo y autor del libro Keys to Parenting an Only Child.
Más brillantes
Los hijos únicos se pierden de la experiencia de tener hermanos. Pero eso no significa que esa
falencia los vuelva seres excéntricos, egoístas o voluntariosos. "Los estudios no muestran una
marca positiva o negativa. Si tienen una educación adecuada en casa se pueden desarrollar como una
persona normal", afirma la sicóloga Cristina Jacobsen. Más aún, pueden llegar a producir más
dinero que los hijos de familias numerosas y hasta ser muy famosos. "A manera de anécdota, un
número desproporcionado de hijos únicos ha tenido portada en la revista Time", dice Bill McKibben,
autor del libro Maybe One . En efecto, los estudios reflejan que la única diferencia entre los hijos
únicos y los de familias numerosas es su desempeño académico. Un trabajo realizado entre 3.000
estudiantes de bachillerato y con un seguimiento de 20 años demostró que los hijos únicos tenían un
coeficiente intelectual más alto que aquellos con hermanos. Incluso dejó ver que a medida que se
aumenta el número de hijos el coeficiente intelectual de los pequeños se afecta en forma negativa.
Según McKibben, los niños solos también tienen un vocabulario más rico que quienes tienen dos
hermanos o más. Lo mismo sucede con la capacidad de cumplir metas. Estas personas tienden a
estar más motivadas para lograr objetivos y son más seguros de sí mismos. Esto se debe a que
desde temprano comparten el mundo de los adultos, aprenden a hablar como ellos y a sentirse
seguros allí. "Cuando deben ingresar en ese terreno se sienten confiados de hacerlo", dice Charles
White, un padre que con su esposa tiene un website _Onlychild.com_ para ofrecer apoyo a otras
familias que, como la de ellos, tienen hijos únicos.
Todas estas virtudes son consecuencia de un estímulo adecuado. El hijo único recibe toda la
inversión de cariño, tiempo, atención y recursos económicos. "Criar un solo hijo es menos costoso
económica y afectivamente, dice Carvajal. No hay que repartirse entre muchos, hay una sola
responsabilidad y hay una mejor planeación de la vida", agrega.
Los expertos han encontrado que a estos niños los padres les dedican más tiempo en la lectura de
cuentos y son llevados con más regularidad donde el médico para visitas de control. Además en
familias pequeñas es posible que haya más canales de comunicación que en familias de dos o más
hijos.

¿Pequeños emperadores?
No obstante, poner todos los huevos en la misma canasta puede ser un arma de doble filo. El peligro
se puede presentar cuando los padres se sienten culpables de que el niño esté solo y quieran
sobreprotegerlo como una manera de compensar esa falta. En lugar de ayudarlos terminan volviéndolos
inseguros, dependientes y con bajo nivel de tolerancia. Pero esa culpabilidad es producto de la
imaginación. Al respecto los sicólogos han hallado que los niños sin hermanos no se sienten
desgraciados. Por el contrario, su propia soledad les hace crear una resistencia contra el aburrimiento.
"Son niños creativos que saben estar solos y contentos al mismo tiempo", dice Pickhardt. Además hoy
existen más oportunidades de que se integren con otros de su edad.
El otro factor de alerta es la ansiedad de los progenitores. Un hijo único solo da una oportunidad de
criarlo bien, situación que ocasiona un permanente cuestionamiento sobre las pautas de crianza
empleadas. "Esto crea también ansiedad en los hijos y puede producir niños miedosos y
dependientes", dice Pickhardt.
El último inconveniente es que ese lazo de afecto sea tan fuerte _especialmente en mujeres
divorciadas_ que más tarde, cuando el hijo necesite independizarse, los padres pongan trabas o él se
sienta culpable.Lo importante, según los especialistas, es interesarse por el tema, leer acerca de los
mitos y realidades de tener un solo hijo y, en lugar de estresarse por el resultado de la educación,
disfrutar ese niño al máximo porque, en realidad, los hijos únicos no son más difíciles que los demás.
Más bien son como los demás.

LOS vs. la realidad
Según Susan Newman, autora del libro Parenting an Only Child, estos son los mitos más comunes:
La timidez: Los investigadores han encontrado que la timidez tiene raíces genéticas y puede llegar
a ser grave, dependiendo de la dinámica del hogar y de la cantidad de hijos. Estudios muestran que los
de familias numerosas suelen ser más tímidos que los hijos únicos.
La soledad: Los hijos únicos tienen las mismas habilidades para ser exitosos socialmente que los
de familias más amplias. Todo depende de qué tanto se involucren en actividades en grupo con
otros niños de su edad.
Son excéntricos e intelectuales: Es cierto que los hijos únicos tienen mayores habilidades académicas
y mayor necesidad de completar logros. Pero esto no significa que sean ratones de biblioteca.
Son consentidos y malcriados: Este problema puede suceder en cualquier familia grande o pequeña y
no es un asunto exclusivo de los hijos únicos. Todo depende de la manera como los padres
establezcan el balance entre lo que ellos dan y las responsabilidades que otorgan a sus hijos.
El egoísmo: Sí son egoístas, pero no por ser hijos únicos sino por que ese es uno de los rasgos más
característicos de todos los niños hasta la pubertad. El egocentrismo en la niñez y en la juventud es
un proceso normal que los padres deben asumir sin ansiedad. Lo importante es enseñarles a compartir
y a ayudar a otros a medida que van madurando.
Siempre se salen con la suya: Según algunos expertos, los hijos de familias numerosas que
constantemente deben compartirlo todo tienen más dificultades que los hijos únicos, quienes no están
enfrentados a este tipo de situaciones. Estos últimos son menos voluntariosos al no estar en esa
constante competencia.
La dependencia: Curiosamente no existe ninguna investigación que afirme que los hijos únicos son
dependientes. Los resultados son ambiguos y muestran que algunos suelen confiar menos en sí
mismos mientras que otros prefieren ser independientes.
Tienen problemas emocionales: Aunque con frecuencia son remitidos al sicólogo, varios estudios han
mostrado que no existen diferencias entre la salud emocional de un niño solo o un niño de una familia
más grande. La mayoría de veces terminan con un especialista debido a la actitud sobreprotectora de
los padres y no a problemas reales.

En blanco y negro
Ventajas
Son niños mucho más estimulados que los de familias grandes. Por esto tienden a desempeñarse
mejor que los demás en el colegio.
Como comparten desde muy temprano el mundo de los adultos tienen un vocabulario más rico
y se defienden con más confianza y habilidad en este terreno.

Los hijos únicos no tienen mucha competencia. Esto les da una gran seguridad en sí mismos a la vez
que les desarrolla el instinto para ser creativos y resolver problemas solos.

Los hijos únicos son prácticos y buenos negociantes debido a que sus padres, durante el proceso de
crianza, tuvieron más tiempo y energía para discutir y tomar decisiones sobre situaciones
cotidianas.

Desventajas
Por ser esa persona tan especial, en la cual están invertidos todos los sentimientos de los padres,
tienden a sobreprotegerlos en todos los aspectos.

Algunos padres se sienten culpables por no darle el hermanito a ese hijo único y esto induce a que
hagan muchas cosas para compensar esa falta. Dicha actitud puede llevar a que el niño no desarrolle
habilidades para resolver sus problemas.

Los padres pueden generar una dependencia emocional y afectiva muy grande en ese único hijo y es
posible que en el futuro le pongan trabas en forma inconsciente para impedirle que salga del hogar
y sea independiente. A su vez, esta dependencia también crea culpabilidad en el hijo y le impide tener
vínculos afectivos estables en la vida.

Al ser únicos deben vivir tanto las experiencias felices como las tristes por su propia cuenta. Cuando
los padres envejecen la carga de su cuidado queda en manos de ese hijo único.

Soy único
Daniel Coronell: Director de noticias del canal de RCN"Fue muy rico ser hijo único porque pude tener
todo el cariño de mis padres y una atención especial. Aunque me hizo falta un hermano he logrado
tener una relación casi fraternal con mis amigos. Soy un hijo único feliz y padre de una hija única".

Cristina Umaña: Actriz"Cuando era chiquita sentía que ser hija única era lo mejor que me podía pasar
porque no tenía que compartir con nadie y como tenía primos no me hicieron falta los hermanos. Pero
ahora que ya he crecido me doy cuenta de que me hubiera parecido rico tenerlos porque es una
relación muy particular que no se logra con amigos, y los amigos generalmente son muy pocos".

Gabriel Melo Guevara: Político"Ser hijo único fue muy bueno para mí. Me reforzó la independencia
y la confianza en mi propio criterio. La soledad se convirtió en aliada y mis padres, los libros y la
imaginación, en mis mejores amigos. Pero si me preguntan hoy, de todas maneras me hubiera gustado
tener una hermana".
Guía para padres
Según el sicólogo Carl Pickhardt, autor del libro Keys to Parenting an Only Child, estás son algunas
de las pautas que los padres de hijos únicos deberían seguir:
1. Ofrecer al niño oportunidades con amigos y primos de su misma edad para ser socialmente
independientes.
2. Procurar experiencias que estimulen la separación entre ese hijo y sus padres, como campos de
verano, estadías donde amigos y primos, etc.
3. Tener conciencia de que la actividad social de los padres es independiente de la de su hijo.
4. No sentir culpabilidad porque el niño está solo ya que ellos han desarrollado estrategias para pasar
ratos alegres sin compañía.
5. Leer sobre el tema para conocer cuáles son los mitos y realidades de tener un hijo único y saber
tomar las opciones más adecuadas en su educación. Como sea, lo más conveniente es no
preocuparse demasiado por ser padres perfectos porque solo crearán ansiedad y miedo en los niños.