Las enfermedades del corazón ya no son exclusivas de las personas mayores. Los malos hábitos alimenticios, el ritmo de vida acelerado y el sedentarismo aumentan la posibilidad de padecer del corazón

SALUD

Cuando llora el corazón...

Las enfermedades cardiovasculares causan una de cada tres muertes en el mundo. Colombia no es la excepción. Así lo advierte la Organización Mundial del Corazón.

11 de febrero de 2006

Hoy, en el país, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte de las personas mayores de 65 años, y las estadísticas demuestran que este mal está extendiendo sus tentáculos hacia la gente menor. Ya son la segunda razón de fallecimiento entre los mayores de 45, y si las personas no modifican los estilos de vida actuales, esta tendencia se mantendrá.

Alrededor de este tema se han tejido varios mitos. Que las mujeres tienen menos probabilidades de sufrirlas, igual la gente joven. Que son mucho más frecuentes en los países desarrollados. Que no se pueden prevenir. Falso, falso y falso.

Las mujeres, en especial después de la menopausia, tienen el mismo riesgo de los hombres de sufrir padecimientos cardiovasculares; y los niños y los jóvenes aumentan sus posibilidades cada vez más por el consumo de cigarrillo y la mala alimentación. El 80 por ciento de las muertes registradas en el último año por estas complicaciones ocurrió en países en desarrollo. Y, contrario a las creencias populares, las enfermedades cardiovasculares sí son evitables.

Escapar de ellas depende, en gran parte, de los estilos de vida que cada persona adopte, incluso en las familias con antecedentes. Los estudios de medicina cardiovascular tienen plenamente identificados los factores directos e indirectos de riesgo que las causan.

Los directos son los que intervienen en el desarrollo de la enfermedad, tales como los niveles irregulares de colesterol, el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes y la mala alimentación. Los indirectos son el sedentarismo, la obesidad, el estrés y el consumo de anticonceptivos orales, que no son recomendables para mujeres fumadoras mayores de 35 años.

"Estos males serán la epidemia del siglo XXI. Las personas abusan de su vida social, consumen comida llena de químicos e ingieren bebidas alcohólicas sin medir las consecuencias. Prefieren quedarse en su casa a ver televisión sin darse cuenta de que ese sedentarismo les es perjudicial", expresa el cirujano cardiovascular Jorge Ulloa Domínguez, director científico de la Fundación Colombiana de Enfermedades Vasculares.

La Organización Mundial de la Salud advierte que el rápido incremento de sobrepeso y la obesidad amenazan con aumentar las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales. Por eso, recomienda que las personas reflexionen sobre su dieta y la disminución de la actividad física, producto del carácter sedentario del trabajo actual, el cambio de los medios de transporte y la creciente urbanización.

Hay otro factor primordial en la aparición de estos padecimientos. El estrés, un mal tan ligado al ritmo de vida contemporáneo, se ha convertido en un acelerador de muchas deficiencias del cuerpo. Y el corazón no es la excepción.

Debido a la importancia que este tipo de enfermedades ha adquirido, los científicos han intensificado las investigaciones para no dejarse coger ventaja del mal. En este momento, la Escuela Médica de Harvard y algunas universidades y organizaciones de todo el mundo, incluida Colombia, están poniendo a prueba un procedimiento llamado angiogénesis que tiene a la expectativa al mundo médico. El objetivo es que a partir de bioprocedimientos los cuerpos de los pacientes reconstruyan por sí solos los vasos vasculares lacerados, y así mejorar su calidad de vida.

La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) estima que esta 'terapia de genes' aún tiene mucho camino por recorrer, pero lo considera un tratamiento muy prometedor para las personas que sufran de enfermedades cardiovasculares.

Resulta primordial asumir hábitos saludables que aseguren una vida larga y provechosa. Alimentarse bien, controlar tanto el colesterol como el azúcar, disminuir al mínimo el consumo de tabaco y hacer ejercicio parecen ser los consejos más útiles. h