Envejecimiento

Viejitos y felices

Un estudio revela que las personas que mantienen una actitud positiva frente al futuro aumentan su expectativa de vida en siete años.

5 de agosto de 2002

Teresa Muñoz cumplió 52 años y le aterra llegar a vieja. Para mantenerse en buen estado va al gimnasio religiosamente cinco veces a la semana, sigue una dieta equilibrada, usa cuanta crema antiarrugas sale al mercado y no le molestaría ingresar a un quirófano con tal de retrasar un poco el paso de los años.

Al igual que Teresa, miles de personas en todo el mundo manifiestan temor e incluso rechazo ante la idea de envejecer dado que esta etapa de la vida se asocia con enfermedad, falta de oficio, desamparo y pérdida de las facultades físicas y mentales.

Sin embargo esos pensamientos negativos y fatalistas son precisamente los que terminan enfermando a la gente porque, inconscientemente, el organismo va perdiendo el deseo de vivir.

Esa es la conclusión a la que llegaron un grupo de investigadores de la Universidad de Yale, dirigidos por la doctora Becca Levy, luego de analizar a 660 personas mayores de 50 años que participaron a finales de los años 70 en el estudio longitudinal de envejecimiento y retiro en Ohio.

Aquellas personas que se mostraron más optimistas frente al proceso natural del envejecimiento presentaron un aumento en su longevidad de siete años y medio en comparación con los individuos con ideas negativas. Esta variación está por encima de otras actividades, como hacer ejercicio o dejar de fumar, que aumentan la expectativa de vida en tres años. Según los investigadores el pensamiento positivo reportó incluso mayores beneficios que tener la presión baja y el colesterol controlado, que añaden cuatro años de vida como máximo. Los hallazgos, no obstante, no suponen que las personas dejen de cuidarse y abandonen el ejercicio y la alimentación sana.

El estudio, que fue publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, comparó las tasas de mortalidad de los entrevistados con las respuestas que ellos mismos dieron 23 años atrás cuando se les preguntó acerca de su visión de la vejez. Los que se mostraron de acuerdo con frases como "los viejos son inútiles" o "no son productivos y generan gastos" tuvieron una expectativa de vida menor que la de sus compañeros más optimistas.

Una posible explicación que aportan los científicos es que las actitudes negativas y fatalistas podrían afectar la manera en que el corazón responde a las situaciones de estrés y esto a su vez desencadena otra clase de enfermedades.

Al parecer las personas que asumen el envejecimiento como una fase natural y enfocan sus energías para superar la adversidad se convierten en sobrevivientes y logran asimilar los cambios de su cuerpo sin deprimirse ni alterarse. Lo anterior hace posible que asuman la vejez como un momento para relajarse y asumir sus relaciones personales desde una perspectiva más madura.