Juan Manuel Ospina entrega alimentos e implementos de aseo a la comunidad de la vereda San José, ubicada en la ribera del río Cauca | Foto: Juan Manuel

Los héroes que alimentan a sus pueblos en la cuarentena

Estas son las historias de líderes y comunidades en distintos lugares del país que, ante la crisis por el covid-19, decidieron asumir la tarea de entregar alimentos y artículos de primera necesidad a los habitantes de su región

2 de abril de 2020

En algunos municipios o pueblos del país, las calles y los parques se decoraron con puestos de donación. Mesas de plástico o cajas de cartón guardan comida e implementos sin costo para los más necesitados. Estas pequeñas ‘tiendas’ o ‘supermercados’ entregan y reciben latas de atún, botellitas de aceite o paquetes de pañales. Para ayudar en medio de la crisis que vive el país, las comunidades crearon puntos de acopio y donación de productos.

 

La cuarentena nacional, decretada por el presidente Iván Duque, busca mitigar el contagio y la propagación del coronavirus a lo largo del país; sin embargo, no todos los colombianos pueden permanecer en casa ni cuentan con los recursos suficientes para soportar los días del aislamiento.

 

Publicaciones de Facebook, tendencias en Twitter y voz a voz sirvieron para que las comunidades dieran a conocer sus propuestas. Un “compartir”, un retweet y un comentario fueron útiles para que, con el paso del tiempo, las mesas y las cajas pasaran de estar vacías a agrupar los productos en torres o pacas. Quien necesita, puede tomar. Quien done, puede dejar. Es una apuesta de confianza y de solidaridad. 

 

SEMANA RURAL le presenta algunas de estas iniciativas comunales que se han vuelto en una cadena de solidaridad y han hecho de la cuarentena algo colaborativo y ameno para las familias de escasos recursos. Esperan que estas acciones perduren hasta el 13 de abril, día en el que finaliza la norma.

 

Santa Rosa de Osos y Jericó, Antioquia

 

Algunos barrios de Santa Rosa de Osos, en el norte de Antioquia, tienen puntos de donación repletos de alimentos, rollos de papel higiénico y carteles que se leen con acento paisa. El objetivo es que cada quien consiga lo que más necesita. Y no discriminan: las personas se pueden reunir y hacer pequeños trueques, y hasta los perros callejeros o abandonados pueden comer algunos gramos de concentrado en los comederos instalados por la comunidad. 

 

El primer mini centro de acopio fue instalado hace cuatro días. Está ubicado en la calle 33, bajando por la Loma El Hoyo. Fue una idea de Óscar Correa que, de manera rápida, se replicó en todo el municipio. Ahora, la mayoría de los puntos están llenos de alimentos e implementos de aseo y están decorados con avisos de colores vivos y letras grandes. “Si puedes, dona. Si te falta, toma”, se lee en las carteleras. Otros le sumaron al mensaje Yo cuento contigo, tú cuentas conmigo”. En todos, se lee una invitación que alude a la fraternidad y al agradecimiento.

 

La comunidad creó otros puntos en el Parque Berrío, Calle del Medio y Arenales. Hay otro al frente de la pizzería Toscana, que ya cumple dos días de instalado. El local también habilitó el servicio de domicilios para que sus clientes no salgan y respeten la #CuarentenaPorLaVida, como fue llamada en el departamento.

 

Las iniciativas también han hecho que, poco a poco, la familia se agrande y cada vez más sean los que se suman a esta causa. "Se concientiza la comunidad a ayudar, a darnos cuenta que somos una familia y que no solo la gente padece enfermedades, sino también de estrés o de hambre. Es bueno sentir el apoyo", dice Jart Ramírez, habitante del municipio.

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Puesto de donación en Santa Rosa de Osos, Antioquia. © Facebook Jart Ramírez

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Puesto de donación en Jericó, Antioquia. © Twitter Claudia Vélez (@claudiavlez)

Otro municipio antioqueño que se ha sumado a la iniciativa es Jericó. A través de una página de Facebook, Juan Manuel Ospina y Sandra Chica dieron a conocer su idea para que cada quien donara según su capacidad y otra persona se beneficiara de esta acción. El punto queda al frente del restaurante de Sandra, quien es comerciante y trabaja en este local junto a dos personas. Allí también se replicó el mensaje de las carteleras de Santa Rosa de Osos.

 

Juan Manuel es el director del canal local, Jericó Televisión. No le gusta ganarse ‘todos los créditos’ o los aplausos pero, con modestia y orgullo, dice que ese pequeño sitio de acopio fue su idea, sin olvidar que el apoyo de la comunidad fue fundamental. “Bueno, hágale que no está solo, mijo”, le respondían cuando proponía cualquier acción solidaria. El respaldo de vecinos y conocidos también le han ayudado a materializar las iniciativas.

 

La mesa comunitaria, como también es llamada la idea, se dispuso desde el sábado pasado. Hasta tiene una anécdota graciosa. Con risas y un tono de broma, Juan Manuel cuenta que hace dos días la mesa estaba llena de preservativos. Al final del día, no quedaba ni uno.

 

A pesar del éxito, a Juan Manuel le preocupa el acaparamiento de las ayudas. Para combatirlo, implementaron la orden municipal del ‘pico y cédula’. También les preguntan su necesidad ‘más sentida’, en palabras de Juan Manuel, para así regular la entrega de los productos y darles aquel que sí o sí deben llevar. Realizan algunos paquetes, identifican a las familias con más necesidades y los reparten de manera justa.

 


«Sabemos que a muchos les hace falta algo pero hay personas con más necesidades. Puede que algunos abusen de la hospitalidad y eso no es conveniente. Es muy duro saber, de pronto, una persona se despoje de algo y que los demás no estén haciendo buen uso de esta iniciativa»

Juan Manuel Ospina


 

Vereda San José en Fredonia, Antioquia

 

A Juan Manuel no le importaron las fronteras invisibles y salió de Jericó para emprender un viaje de una hora. Tuvo que montarse en carro y en lancha y se dirigió a la vereda San José, ubicada en la ribera del río Cauca. Allí viven ocho familias de escasos recursos. Su lejanía con los cascos urbanos no les permitía adquirir alimentos o implementos de primera necesidad. La mayoría, ya estaba aguantando hambre. “A estas alturas no le importa de dónde es, con tal que esas familias que tienen necesidades, obtengan algo digno”, dice Juan Manuel.

 

Con su visita y acompañado de los Bomberos y funcionarios del Hospital San Rafael, del municipio, llevó comida y asistencia médica a los habitantes de la vereda. Todo fue planeado el viernes de la semana pasada y se ejecutó hace dos días. Hasta ese día, la comunidad subsistía a punta de pescado y plátano. Para ello, fueron indispensables la Administración Municipal y algunos amigos que consignaron dinero desde sus ciudades o incluso, desde el exterior.

 

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En compañía de los Bomberos y funcionarios médicos del Hospital municipal, Juan Manuel tomó un viaje en carro y en lancha para llegar a la vereda. © Cortesía Juan Manuel Ospina


«A estas alturas no le importa de dónde es, con tal de que esas familias que tienen necesidades, obtengan algo digno»

Juan Manuel Ospina


El respaldo de los vecinos y amigos de Juan Manuel le ha permitido aportar, comprar algunos productos y hasta conseguirle un kit infantil con pañales, cremas y talco para una madre que no tenía cómo vestir a su bebé. “La gente se ha solidarizado mucho”, cuenta. 

 

Barbacoas, Nariño

 

En el pacífico nariñense la preocupación por la llegada del coronavirus es inminente. El departamento tiene registro de seis casos y en Tumaco se presentó uno: un bebé de seis meses. Los casos y el precario sistema de salud de Nariño pusieron en alerta a la población de Barbacoas y a uno de sus líderes, Jose Yosman Arboleda, representante de los 12 consejos comunitarios de Barbacoas.

 

Para mitigar el contagio, la población ha aplicado las medidas de prevención conocidas como el lavado de manos frecuente, evitar el contacto físico, no salir de casa, entre otras. Por orden del alcalde municipal se han implementado medidas fronterizas: vehículos y vías acuáticas y terrestres se someten a rigurosos controles. Quieren impedir el paso desmedido e incontrolado de personas. Además, el municipio cuenta con varios puntos de limpieza.


«Nuestro sistema de salud es obsoleto. Carecemos de todo. Ni Dios quiera que entre un caso porque si entra uno solo, le puedo asegurar solamente que él nos salva. Y más si ingresa a los territorios colectivos»

Jose Yosman Arboleda


 

Pero las medidas no se han limitado a la infraestructura o el cuidado personal. Jose Yosman integró una jornada de ayudas para los adultos mayores de escasos recursos que viven en la zona rural. En total, entregaron 146 mercados a quienes no son beneficiarios de algún programa gubernamental. Sin embargo, de los 12 consejos comunitarios que hay en Barbacoas, solo uno ha recibido ayudas.

 

La comunicación constante con los líderes comunitarios ha sido indispensable para abastecer los hogares, divulgar las pautas de prevención y proponer horarios o franjas de salida al centro de Barbacoas. Una de las prioridades es recibir los auxilios económicos del programa Familias en Acción. No obstante, a pesar de contar con la aprobación del alcalde y de la encargada del programa en el departamento, los líderes muchas veces pierden el viaje: después de horas y horas llegan al banco pero no los atienden por el ‘pico y cédula’. “Me preocupa que no cumplan con los compromisos que acordamos, sobre todo con las autoridades del territorio, y después todo se salga de control, que la gente ‘baje’ a hacer sus diligencias. Pido que se atienda a estas personas”, dice Jose.

 

Él no olvida que aún quedan días de cuarentena y cada uno de ellos será un reto para asegurar el abastecimiento y la ayuda de las comunidades. José Yosman hablará con el alcalde para saber qué medidas se impartirán y cómo ayudarán a la población vulnerable, sobre todo en las zonas rurales, que alcanzan a ser el 62% del municipio. Mientras, Jose seguirá buscando la forma de llevar cualquier ayuda a su municipio y a las zonas rurales. En Nariño, aparte de los alimentos y los productos básicos, también necesitan garantías de protección.

 

Salento, Quindío

 

Los empleados del supermercado SuperCocora continúan con sus labores durante la cuarentena nacional. Trabajan en jornada continua, de 8:00 a.m. a 6:00 p.m., para garantizar la venta de alimentos y el abastecimiento. Además de sus ocupaciones cotidianas, decidieron ayudar a los más necesitados de otra manera. 

 

César Augusto Flórez, encargado del área de bodega, hace énfasis en que las iniciativas han sido posibles gracias a la unión de sus compañeros. La primera fue una ‘vaca’. Entre todos reunieron dinero y ayudaron a dos personas en condición de vulnerabilidad: una mujer mayor, de escasos recursos, y un compañero de nacionalidad venezolana que incurre en todos los gastos de su hogar. Las más reciente fue instalar un punto de donaciones al frente del supermercado. Una mesita de madera ha servido de centro de acopio para los más necesitados. Además, la hermana del jefe de César donó 10 mercados, que fueron entregados a adultos mayores con escasos recursos.

 

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Jos funcionarios del supermercado Supercococa invitan a que los demás habitantes de Salento, Quindío, se unan a las jornadas de donación. © Cortesía César Augusto Flórez

 

Ojalá muchos se unieran a estas iniciativas, pensando que hay personas que necesitan más que nosotros. Este es el momento de ayudar”, dice César. Mientras, los empleados del supermercado SuperCocora seguirán con sus labores. Eso sí, cumpliendo con las medidas de prevención estipuladas a nivel general: uso de tapabocas, guantes y antibacterial, además de controlar el flujo de compradores y gente dentro del establecimiento. Sus horarios no discriminan las oportunidades para ayudar a los demás.