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Wikileaks: Blindaje VIP

Los gringos invirtieron recursos considerables para blindar a la cúpula del gobierno. Usaron, incluso, detectores de micropartículas de explosivos.

26 de marzo de 2011

Desde 2004, el gobierno de Estados Unidos estaba preocupado por la seguridad del presidente Álvaro Uribe; del vicepresidente Francisco Santos; del alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, y de sus familias. Por eso designó un asesor estadounidense experto en seguridad VIP e invirtió importantes recursos en equipos de protección y entrenamiento de sus escoltas.

Los guardaespaldas de estas personalidades recibieron instrucción especial en operaciones defensivas motorizadas, manejo de armas, esquemas de formación de escoltas y ejercicios de tiro. Cada equipo recibió unos sofisticados artefactos conocidos como vapor tracers, que detectan partículas microscópicas de explosivos de manera inmediata. Y Washington planeaba financiar una academia de formación de seguridad VIP dentro de la Policía Nacional.

Pero a pesar de invertir tantos recursos, la seguridad VIP tuvo sus fallas. El vehículo del vicepresidente Francisco Santos, que Estados Unidos le compró a la compañía Blindcorp, tenía el máximo nivel de blindaje y estaba engallado con luces tipo strobers y sirenas nuevas. Pero en pleno viaje el motor falló, la cabina se llenó de humo y el vice se quedó varado en la calle. Y el vehículo asignado al alcalde Garzón estuvo guardado en un garaje por varios meses, por demoras en el proceso de registro cuando llegó al país y por la tramitología con la compañía aseguradora.


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