Miles de alemanes secundan las tradicionales marchas pacifistas de Pascua
Decenas de miles de alemanes secundaron hoy las tradicionales marchas pacifistas de Pascua convocadas en todo el país en protesta contra las intervenciones en Libia y Afganistán y para exigir el abandono de la energía nuclear.
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Berlín - Por segundo día consecutivo, tras las
primeras manifestaciones de Viernes Santo, se registraron este tipo de
"procesiones" pacifistas por el centro de Berlín, Fráncfort, Duisburgo,
Múnich y hasta una veintena de ciudades de todo el país.
La
más concurrida fue la de la capital, donde unas 4.000 personas
recorrieron el barrio gubernamental hasta desembocar en la céntrica
Potsdamer Platz.
Las altas temperaturas en todo el país -sobre
los 25 grados- y el buen tiempo favorecieron la afluencia de
participantes, que combinaron las proclamas antimilitaristas con las de
signo antinuclear.
La catástrofe de Fukushima, unida al
próximo vigésimo-quinto aniversario del accidente de Chernóbil, hicieron
que en esta ocasión las llamadas al abandono de la energía atómica
dominaran al resto de consignas pacifistas.
Las marchas
pacifistas de Pascua tienen unos 50 años de historia y llegaron a ser
multitudinarias en las décadas de 1970 y 1980 en toda la mitad
occidental del país.
Tras el fin de la Guerra Fría empezaron a
perder capacidad de convocatoria, hasta quedar reducidas a
manifestaciones de un par de centenares de manifestantes o incluso
menos.
Pero en los últimos años cobraron nuevo brío tras los
conflictos de Afganistán e Irak, a los que se unen ahora las
reivindicaciones del renacido movimiento antinuclear.
Para
mañana y el lunes han sido convocadas en todo el país nuevas marchas de
esta índole, que este año se prolongarán hasta el martes, aniversario de
la catástrofe de Chernobyl, con manifestaciones ante las plantas
atómicas de toda Alemania.
El Ejecutivo de la canciller Angela
Merkel dio marcha atrás inmediatamente después del accidente de
Fukushima a su plan para prolongar el periodo de vida de los 17
reactores alemanes.
Además de ordenar la desconexión inmediata
de 7 plantas nucleares, las más antiguas, dictó una moratoria de tres
meses para analizar el camino a seguir y para establecer un calendario
de cierres.
El Gobierno socialdemócrata-verde del antecesor de
Merkel, Gerhard Schröder, pactó en 2000 con la industria un abandono
gradual de la energía atómica, de manera que el último reactor debía
cerrar en 2022.
Este calendario fue respetado en la primera
legislatura de Merkel, en coalición con los socialdemócratas, pero no
tras su reelección y la formación del nuevo gobierno con los liberales.
Hace unos meses, la coalición de centro-derecha de Merkel aprobó
prolongar una media de 12 años el periodo de actividad de los reactores,
una medida ahora revocada bajo el impacto de la catástrofe japonesa.
(Efe)