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'La Beale Isoud At Joyous Gard', dibujo de Aubrey Beardsley, una de las artistas con que Susan Sontag ejemplifica la sensibilidad camp.

Ensayo

¿Qué es lo “camp”? 10 notas de Susan Sontag

Para caracterizar lo camp, que este año orientó la curaduría de la Gala del Met, recuperamos algunos puntos fundamentales de ‘Notas sobre lo “camp”’, una serie de anotaciones que permiten entender por qué esta sensibilidad (como la caracteriza la escritora neoyorquina) no se reduce a celebridades en exóticos y fastuosos vestidos de diseñador.

Felipe Sánchez Villarreal
7 de mayo de 2019

Aunque fue acuñada hace décadas, la palabra “camp” parece haber renacido en boca de todos apenas esta semana. La razón es evidente: The Metropolitan Museum of Art de Nueva York decidió que su popular MET Gala —el evento que inaugura la exposición de moda anual de su Instituto del Vestido, que copa los titulares de la prensa del entretenimiento por su alfombra roja desbordada de celebridades en vistosos, y costosos, atuendos—, girara este año en torno a ese elusivo concepto, en una muestra que su equipo curatorial tituló Camp: Notes on Fashion (Camp: Notas sobre la moda).

El catálogo de más de 250 objetos y vestidos que el MET exhibirá este año, dice Andrew Bolton, curador en jefe del Instituto, “explorará los orígenes de la estética exuberante del camp”, enmarcada, como su mismo nombre lo prefigura, en las comentadas reflexiones de 1964 de Susan Sontag, Notas sobre lo “camp”. Aunque para Bolton el objetivo es examinar “cómo la ironía, el humor, el pastiche, el artificio, la teatralidad y la exageración se expresan en la moda”, muy pocos parecen haber entendido la caracterización (y el espíritu de la sensibilidad) que Sontag intentó particularizar, reconociendo sus propias limitaciones, en sus anotaciones. “Hablar sobre lo camp es traicionarlo”, dijo, casi proféticamente, la escritora neoyorquina en los sesenta. “Me ha parecido que las notas serían la forma más apropiada de coger algo de esta sensibilidad particularmente huidiza, mejor aún que el ensayo (con su tendencia al razonamiento lineal, consecutivo)”.

Y es que para ella lo “camp” es, en primer lugar —y, por encima de todo— eso: una sensibilidad. “Una sensibilidad (en tanto es algo diferente de una idea) constituye uno de los temas más difíciles de tratar (...) No es un modo natural de sensibilidad, suponiendo que tal cosa exista”, escribió en su momento la autora del también popular ensayo Contra la interpretación. “Es más, la esencia de lo camp es el amor a lo no natural: al artificio y la exageración”. La exaltación de la artificialidad, la defensa del mundo en tanto arte y artificio que está en el corazón de su descripción, está enraizada en la vida y pensamiento de Oscar Wilde, a quien Sontag elogia y homenajea, y de quien su pensamiento bebe directamente. Sin Wilde una mirada hacia lo camp no es posible. De hecho, las Notas sobre lo “camp” están dedicadas a él.

Leyendo las sentencias wildeanas ya se hace evidente el territorio simbólico, estético y analítico al que alude: “Debiéramos ser o llevar una obra de arte”, “Cuanto más estudiamos el Arte, menos nos preocupa la Naturaleza”. Con eso en mente, para aprehender de manera más efectiva lo camp, recuperamos 15 notas fundamentales de Sontag para que, en adelante, no pensemos que esa sensibilidad se reduce a un desfile de celebridades en exóticos y fastuosos vestidos de diseñador.

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Notas sobre lo “camp”

[Selección]

1. Para comenzar, en términos muy generales: lo camp es una cierta manera del esteticismo. Es una manera de mirar al mundo como fenómeno estético. Esta manera, la manera camp, no se establece en términos de belleza, sino de grado de artificio, de estilización.

4. Ejemplos al azar de elementos que forman parte del catálogo camp:

Zuleika Dobson
las lámparas Tiffany
las películas de Scopitone
el restaurante Brown Derby, en Sunset Boulevard
los títulos y las narraciones de The Enquirer
los dibujos de Aubrey Beardsley
El lago de los cisnes
las óperas de Bellini
la dirección de Visconti de Salomé y Lástima que sea una puta
algunas postales de la vuelta del siglo
King Kong, de Schoedsack
la cantante popular cubana La Lupe
la novela con grabados de Lynn Ward, God‘s Man
los viejos tebeos de Flash Gordon
los vestidos de mujer de los años veinte (boas de plumas, vestidos con flecos y abalorios, etc.)
las novelas de Ronald Firbank e Ivy Compton-Burnett
las películas sólo para hombres vistas sin lujuria

6. En un sentido es correcto decir: «es demasiado bueno para ser camp». O «demasiado importante», no lo bastante marginal. (Más bien esto último.) Así, la personalidad y muchas de las obras de Jean Cocteau son camp, pero no las de André Gide; las óperas de Richard Strauss, pero no las de Wagner; los engendros de Tin Pan Alley y Liverpool, pero no el jazz. Muchos ejemplos de camp los constituyen cosas que, desde un punto de vista, «serio», son mal arte o kitsch. No todo, sin embargo. No sólo lo camp no es necesariamente mal arte; sino que cierto arte que puede ser considerado camp (ejemplo: las mejores películas de Louis Feuillade) merecen nuestra más profunda admiración.

«Cuanto más estudiamos el Arte, menos nos preocupa la Naturaleza.»

La decadencia de la mentira [Oscar Wilde]

8. Lo camp es una concepción del mundo en términos de estilo; pero de un tipo particular de estilo. Es el amor a lo exagerado, lo “off”, el ser impropio de las cosas. El mejor ejemplo nos lo da el art nouveau, el estilo camp más característico y más plenamente desarrollado. Los objetos del art nouveau, característicamente, convierten una cosa en otra distinta: las guarniciones de alumbrado en forma de plantas floridas, la sala de estar que es en realidad una gruta. Un ejemplo notable: las bocas del metro de París diseñadas a fines de siglo por Hector Guimard en forma de tallos de orquídeas de hierro forjado.

25. El sello de lo camp es el espíritu de extravagancia. Camp es una mujer paseándose con un vestido hecho con tres millones de plumas. Camp son las pinturas de Cario Crivelli, con sus joyas, auténticas, e insectos y grietas trompe l‘oeil en la albañilería. Camp es el rabioso esteticismo de las seis películas norteamericanas de Sternberg con la Dietrich, las seis, pero especialmente la última, The Devil is a woman... En lo camp suele haber algo de démesuré en la calidad de la ambición, no sólo en el estilo de la obra misma. Los fantásticos y hermosos edificios de Gaudí en Barcelona no sólo son camp por su estilo, sino porque revelan —más notablemente la Sagrada Familia— la ambición de un hombre, de hacer la tarea de una generación, de elaborar toda una cultura.

38. Lo camp es la experiencia del mundo constantemente estética. Encarna una victoria del «estilo» sobre el «contenido», de la «estética» sobre la «moralidad», de la ironía sobre la tragedia.

41. Lo único importante en lo camp es destronar lo serio. Lo camp es lúdico, antiserio. Más precisamente, lo camp implica una nueva, más compleja, relación para con «lo serio». Es posible ser serio respecto de lo frívolo y frívolo respecto de lo serio.

47. El mismo Wilde es una figura de transición. El hombre que, al llegar a Londres, usaba boina de terciopelo, camisas de encaje, calzones cortos de pana y medias de seda negra, nunca en su vida podría apartarse demasiado de los placeres del dandy de viejo estilo; este conservadurismo se refleja en El retrato de Dorian Gray, Pero muchas de sus actitudes sugieren algo más moderno. Fue Wilde quien formuló un importante elemento de la sensibilidad . camp —la equivalencia de todos los objetos—; al anunciar su intención de «corresponder» a su porcelana azul y blanca, o al declarar que un llamador podía ser tan admirable como una pintura. Cuando proclamó la importancia de la corbata, del ojal, de la silla, Wilde estaba anticipando el esprit democrático de lo camp.

51. La relación peculiar entre el gusto camp y la homosexualidad tiene que ser explicada. Si bien no es cierto que el gusto camp sea el gusto homosexual, es indudable que hay una particular afinidad y un solapamiento. No todos los liberales son judíos, pero los judíos se han mostrado singularmente afines a las causas liberales y reformistas. Del mismo modo, no todos los homosexuales tienen gusto camp. Pero los homosexuales, con mucho, constituyen la vanguardia —y el público más articulado— de lo camp. (La analogía no está escogida sin premeditación. Judíos y homosexuales son las descollantes minorías creadoras de la cultura urbana contemporánea. Creadoras en su más auténtico sentido: son creadoras de sensibilidades. Las dos fuerzas precursoras de la sensibilidad moderna son la seriedad moral judía y el esteticismo y la ironía homosexuales).

54. Las experiencias de lo camp están basadas en el gran descubrimiento de que la sensibilidad de la alta cultura no tiene el monopolio del refinamiento. El camp afirma que el buen gusto no es simplemente buen gusto; que existe, en realidad, un buen gusto del mal gusto. (Genet habla de esto en Notre Dante des Fleurs.) El descubrimiento del buen gusto del mal gusto puede ser muy liberalizador. El hombre que insiste en los placeres elevados y serios se priva a sí mismo de placer; reduce continuamente lo que puede gozar; en el continuo ejercicio de su buen gusto termina, por así decir, por ponerse un precio fuera del alcance del mercado. Aquí el gusto camp adviene al terreno del buen gusto como un hedonismo audaz e ingenioso. Vuelve alegre al hombre de buen gusto que antes corría el riesgo de estar crónicamente frustrado. Es bueno para la digestión.

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