Tres sencillos pasos para crear un hábito y que perdure

La mayoría de las personas son conscientes de la importancia de la disciplina, la cual en muchas ocasiones llega a ser más valiosa que el talento. Sin embargo,  luchar contra los obstáculos puede ser una tarea tortuosa, pues la función principal del cerebro desde que se está desarrollando en el vientre es ahorrar energía, es por eso que es tan fácil encontrar excusas a la hora de hacer una tarea que represente esfuerzo.

Somos lo que hacemos repetidamente, tener hábitos que se adecuen a nuestras metas puede definir si las conseguiremos o no. El teólogo americano Nathaniel Emmons dijo alguna vez:  “el hábito puede llegar a ser  el mejor de los sirvientes o el peor de los amos”.

En Finanzas Personales le contamos las sugerencias y los pasos específicos a seguir para ganar la batalla contra las trampas mentales, que nos impiden conseguir lo que queremos.

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Primeras recomendaciones

Una actividad toma 66 días para volverse un hábito, el cual va a quedar para siempre, así que tiene que ser paciente pues los resultados no son inmediatos.

Haga una cosa a la vez, es un error común querer cambiar muchos aspectos de un solo intento, muchos fracasan al intentar en el primer día cumplir con una extensa lista de actividades. Recuerde que esto requiere sacrificio, es mejor que comience con algo fácil, pues al cumplir la primera meta se va a llenar de confianza para seguir con las otras.

Haga algo que implique mucha iniciativa, demuestre que tiene la decisión, tire sus paquetes de cigarrillos, saque el televisor de su cuarto o cierre su cuenta en facebook. Le será más fácil mantenerse en el camino cuando ya haya dado el primer paso.

No diga “esta vez no vale”, no importa qué tan ingeniosa sea la excusa, el beneficio de persistir será más placentero. El fallar un día ampliará las posibilidades de fallar al siguiente.

Ahora sí los pasos

1. Cree un micro hábito

No todos los hábitos requieren el mismo esfuerzo, cuando niño es muy probable que usted haya aprendido a lavarse los dientes después de comer y todavía lo siga haciendo, sin que esto represente un desafío. Incluso actividades más complejas que se volvieron rutinarias están compuestas de muchos hábitos simples. Por ejemplo conducir: ¿ se ha puesto a pensar cuantas actividades realiza a la hora de manejar su vehículo de camino al trabajo?

Pues son muchas, tiene que revisar los espejos, ajustarse el cinturón, revisar Waze, tener cuidado con las motos que se atraviesan y poner las señales cuando va a voltear. Pero usted no lo nota, pues se ha convertido en un hábito y se ha vuelto automático. Lo mejor es que ahora no necesita tanta concentración y se puede dedicar a escuchar su programa radial favorito mientras se desplaza

Se preguntará cómo desarrollar otros hábitos para que funcionen automáticamente. La clave es desarrollar un micro hábito, tiene que ser algo sencillo que no demande mucho esfuerzo, ni energía, también tiene que estar asociado a la meta que quiere conseguir. Y lo más importante, tiene que hacerlo todos los días.

Aquí un ejemplo: si quiere hacer barras para desarrollar su musculatura puede crear un micro hábito; podría levantar su cuerpo solo una o dos veces, lo cual no lo fortalecerá significativamente, ni lo agotará demasiado. Lo importante es hacerlo todos los días, podría hacerlo cuando cruce por el parque de camino a su casa después del trabajo.   

Una vez se cuelgue de la barra le parecera ridiculo solo hacerlo dos veces, cuando su capacidad le da para más. Así que una vez el micro hábito se forme, va a ser difícil no intentar hacer una sesión entera, pues ya está en el parque y ha comenzado con dos.

En eso consiste esta herramienta, si quiere escribir pero nunca logra redactar más de una página, comience con un párrafo. Si quiere leer mucho pero se distrae, lea una página todos los días. Es una fórmula para construir motivación, le recomendamos tener a un amigo de confianza que sepa de su meta y todos los días compruebe que usted sigue trabajando para conseguirla.

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2. Manténgase motivado

Seguramente ha pensado que una buena forma de motivarse es premiarse después de lograr algo. Esto funciona a corto plazo, pues después de unas semanas es posible que no se encuentre en el modo de querer tomarse una cerveza, comprarse esa caja de chocolates que tanto le gusta, o de jugar un partido de Fifa. Entonces también puede perder el interés en la tarea que lo iba a llevar a conseguir el premio.

Por eso es importante también contar con un impulso negativo, por ejemplo cada vez que no avance con la novela que está escribiendo, puede comprometerse a pagarle $20.000 a un amigo, el cual estará vigilando su trabajo.

Eso será sin duda algo doloroso para su bolsillo, por lo que su cerebro tratará de evitarlo. Lo importante es manejar emociones tanto positivas como negativas siempre pensando en conseguir sus metas.

3. Cree un disparador

Use una actividad que intencionalmente dispare el micro hábito y lo ponga en marcha para conseguir sus objetivos. La mejor forma de hacerlo es con la ayuda de un hábito que ya tenga creado y direccionarlo. Por ejemplo mientras se toma el café habitual de la mañana, puede comenzar a leer una página o a escribir el párrafo.  Esa actividad lo impulsará a afianzar el micro hábito.

De esta forma la meta será leer todos los días, el micro hábito leer una página, el impulso negativo pagarle $20.000 a su amigo cada vez que no lo haga, el premio de tomarse su cerveza favorita después de leer siete días seguidos. Y el disparador hacerlo en el momento en el que toma café.  Si cumple con estos pasos religiosamente, en 66 días podrá darse cuenta de los cambios significativos en su vida.

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