INVERSIÓN

¿Qué es el ciclo económico y porqué es importante a la hora de invertir?

La economía pasa por diferentes fases a lo largo del tiempo y es fundamental conocer en cuál de ellas estamos al momento de empezar a invertir.

29 de septiembre de 2020
¿Qué son los ciclos económicos? | Foto: 123RF

Cuando tomamos la decisión de invertir, es importante que nos informemos no sólo acerca de la herramienta de inversión y el sector en el cual nos vamos a enfocar, sino también, en el ciclo económico en el que nos encontramos. 

Los ciclos económicos son fluctuaciones de la actividad económica de las naciones, o del mundo entero. Se trata de fases de expansión y de contracción que se pueden medir a través de la producción (PIB), el desempleo, las quiebras o el auge de las empresas, el nivel de emprendimiento, el déficit fiscal, entre otros. 

Dependiendo de la fase en la que se encuentre la economía, existen diferentes estrategias de inversión. Estos son algunos consejos para cada etapa: 

La expansión

El ciclo económico comprende 5 fases: expansión, pico, contracción, depresión y recuperación. La expansión ocurre cuando la economía está creciendo y se evidencia en el aumento del PIB, la disminución del desempleo y la estabilidad de la inflación, lo que hace que las tasas de interés sean relativamente bajas. 

Por lo regular, en este periodo, el mercado de valores tiene una tendencia alcista, pues las expectativas de crecimiento de las empresas son buenas e incrementa su nivel de inversión. 

La demanda interna de productos y servicios también aumenta, pues hay estabilidad de precios y bajas tasas de interés. 

Este es un buen escenario para invertir en renta variable, en acciones, por ejemplo. Esto se debe a que el riesgo no es tan alto porque la economía está relativamente estable y las empresas, en crecimiento. 

Además, se recomienda invertir en el sector inmobiliario, ocio, tecnologías de la información y sectores industriales. 

El Pico

El pico es la segunda fase. Ocurre cuando el crecimiento económico empieza a ceder. En este momento la inflación ha comenzado a aumentar, y los bancos centrales o autoridades monetarias empezarán a controlar el nivel de precios a través de las tasas de interés de intervención. 

También sucede que los beneficios de las empresas se estancan, los activos de renta variable están muy costosos y hay mucha volatilidad en los mercados financieros. 

En este momento, la renta fija, como los TES, incrementa su rentabilidad, pues las tasas de interés han aumentado, por lo que se hacen atractivos este tipo de inversiones, así como los activos monetarios. 

Los mejores sectores para invertir en esta fase incluyen energía, transporte y servicios públicos.

La contracción 

En esta etapa, la economía empieza a tener un crecimiento cada vez menor mientras la inflación aumenta y la tasa de interés está cada vez más alta, por lo que se recomienda la inversión en renta fija, sobretodo en activos a largo plazo, pues son menos sensibles a los cambios en los tipos de interés. 

Como la actividad económica se reduce, disminuye el consumo, la inversión y la producción de bienes y servicios, hay despidos y aumenta el desempleo.

En esta fase, no se recomienda hacer inversiones en renta variable, pues es riesgoso debido a que los beneficios empresariales tienden a caer y la confianza del consumidor comienza a desplomarse.

El ciclo económico.

El ciclo económico.

Depresión

Es el valle del ciclo. Se caracteriza por una disminución sostenida en la producción y en la demanda, acompañado de altas tasas de desempleo, quiebras empresariales y una tendencia bajista en los mercados de valores. 

En este momento los precios de las acciones están muy bajos, por lo que expertos recomiendan empezar a invertir en renta variable nuevamente, siempre haciendo análisis exhaustivos. 

Además, se recomienda invertir en sectores de atención médica y productos básicos de consumo, pues son productos y servicios que las personas no dejarán de demandar. 

Recuperación

La economía comienza a recuperarse de la recesión. Los mercados crediticios comienzan a recuperarse y a crecer a medida que la política monetaria se flexibiliza, pues el gobierno y bancos centrales utilizan herramientas de política pública y monetaria para recuperar la economía.

Como resultado, las ganancias corporativas empiezan a crecer y los consumidores a gastar. 

Los mejores sectores para invertir en esta etapa incluyen los de consumo y financieros. El mercado de renta variable empieza a repuntar de nuevo.