El tomate es una de las frutas más versátiles y nutritivas que podemos encontrar. Además de la facilidad para hacer con ella diferentes preparaciones, son muchos los beneficios que ofrecen para nuestra salud a nivel de visión y circulación, entre otros.

La mayoría de las personas saben cómo combinarlo para crear deliciosas preparaciones ya sean frías o calientes, sin embargo, son pocas las que conocen cuál es la mejor forma de sembrarlo para que crezca sin perder ninguna de sus propiedades.

Jugo de tomate | Foto: Getty Images

La mejor forma de sembrar semillas de tomate

Lo ideal es encontrar el lugar adecuado para hacer la siembra, para lo cual es necesario preparar un semillero de la forma adecuada. Hay que tener en cuenta el número de plantas que se pretenden sembrar, para alistar las bandejas de semillas suficientes, cada una de las cuales debe tener por lo menos 5 cm de profundidad, teniendo en cuenta que es necesario que tengan agujeros en el fondo.

Esto se puede hacer en macetas pequeñas o en envases reciclados y para rellenarlos se aconseja utilizar sustratos especiales para semilleros, aunque en algunos casos se pueden elaborar mezclas con compost o fibra de coco.

Antes de sembrar las semillas se sugiere sumergirlas previamente en agua durante 24 horas para que germinen con mayor facilidad, aunue este no es un paso indispensable.

Una de las consideraciones más importantes es la de humedecer el semillero antes de sembrar, luego se colocan 2 o 3 semillas, se presiona un poco y se cubre con una capa muy fina a del mismo sustrato que ya se tiene listo y se finaliza con un riego muy sutil.

Paso a seguir, se coloca el semillero en un lugar cálido y con luz, pero sin sol directo. Se puede cubrir con un film de plástico o tapadera transparente para mantener la humedad.

Este proceso se conserva mientras las plantas están pequeñas, una vez comienzan a crecer es necesario pensar en trasplantarlas.

El tomate está compuesto de vitamina C | Foto: Getty Images

Trasplante de tomateras

Cuando tengan dos pares de hojas, se puede pensar en trasplantar las matas de tomate a su lugar definitivo en el suelo, en el exterior o en maceta.

Para sembrar en exterior hay que tener en cuenta que no sea época de heladas. Si ya es el momento adecuado, se mueve bien la tierra, se hacen surcos y se agrega el sustrato.

La separación entre tomateras será de 40 a 50 cm, entre líneas podemos guardar una distancia de 150 cm colocamos una planta en cada hueco y regaremos. Opcionalmente, antes de esto, podemos trasplantarlas a macetas de 8 a 12 cm para que formen un buen cepellón de raíces.

Se aconseja colocar un sistema de riego por goteo para garantizar que las plantas reciban la humedad suficiente.

Cuando las tomateras van creciendo, aparecerán brotes entre el tallo y las hojas conocidos como chupones, los cuales se deben retirar si se quiere una producción de frutos de mayor tamaño.

También es necesario quitar las hojas de la parte baja para evitar la aparición de plagas.

Después de la floración, si la polinización ha ido bien, vendrán los primeros tomates.