Cuando la negociación del salario mínimo se bloqueó, el presidente Duque tomó la decisión de intervenir personalmente como broker. En la última reunión la diferencia era de 4 puntos (los empleadores proponían un aumento del 5 y las centrales del 9). Duque invitó a un receso de 10 minutos y separó a los empresarios de los trabajadores. El presidente se dedicó a escuchar a cada una de las partes y a presionarlas para acercar posiciones. Finalmente llegaron a un consenso del 6 por ciento.