Por Peter Ptassek*

El Caribe es lo primero que uno empieza a conocer de Colombia mucho antes de aterrizar en ella. ¿Qué extranjero no ha oído hablar de Cartagena de Indias o escuchado los vallenatos de Carlos Vives? ¿Quién no conoce la obra del apreciado nobel caribeño Gabriel García Márquez? Gabo, de hecho, dedicó uno de sus libros, El general en su laberinto (1989), al Libertador Simón Bolívar, quien pasó sus últimos días en Santa Marta, en el centro del Caribe colombiano.

Los alemanes se interesaron en esta región desde hace muchísimo tiempo. Alexander von Humboldt, por ejemplo, llegó aquí hace unos 220 años atraído por la belleza natural de su flora y su fauna. Tras sus huellas también estuvimos nosotros en octubre de 2019, rememorando, precisamente, la experiencia humboldtiana en los volcanes de aire de Turbaco.

Hace poco más de 100 años, en Barranquilla, otros alemanes sentaron las bases de la aviación colombiana al darle vida a la sociedad de transporte aéreo Scadta. Y así hubo, y sigue habiendo, decenas de empresarios que han decidido invertir en esta región del país. De hecho, nuestro actual presidente, Frank-Walter Steinmeier, ha visitado el Caribe en dos ocasiones. Su primer viaje lo hizo en 2015, como ministro federal de Relaciones Exteriores de Alemania. Aquella vez estuvo reunido con la comunidad kogui en la Sierra Nevada de Santa Marta, y entregó cuatro máquinas para el proceso de molienda y el empaque de su café.

Cuatro años más tarde regresó, como presidente, en el marco del 250 aniversario del natalicio de su compatriota, Alexander von Humboldt. En esta visita no se privó de conocer la exuberancia de las islas del Rosario. Porque, por supuesto, quería ver la famosa Cartagena, la gran atracción turística. Sin embargo, con el respeto de La Heroica, el Caribe colombiano es mucho más que esta mágica ciudad. En él encontramos también a Barranquilla, La Arenosa; y otros paraísos escondidos en los departamentos de Córdoba y Sucre, como Tolú o Coveñas, por mencionar algunos.

Llaman mucho la atención los parques naturales de las Islas del Rosario y San Bernardo, con sus arrecifes de coral y sus bellos alrededores. Con el fin de que estas y otras atracciones originarias del Caribe se mantengan de manera sustentable, la cooperación alemana apoya la implementación del proyecto Mimac, Manejo de Áreas Marinas Protegidas. Este busca la integración de dichas áreas en un plan de desarrollo marino-costero. Esperamos lograr que más de 1.000 kilómetros de ellas sean declaradas protegidas para promover el mejor manejo y el cuidado de los ecosistemas frágiles, como los arrecifes de coral, los pastos marinos y los manglares.

Desde la cooperación por el desarrollo, Alemania apoya a Colombia en la preservación de su patrimonio natural, que lo sitúa entre los países más biodiversos del mundo. Trabajamos con los Parques Nacionales Naturales para conservar espacios únicos como los parques de Corales del Rosario y de San Bernardo. Además, iniciaremos un proyecto para restaurar diversos ecosistemas del Caribe. Comenzaremos por combatir la erosión costera causada por el cambio climático, que amenaza parte del litoral.

Según la reconocida revista de turismo de Alemania FVW, los viajeros de este país ocupan el tercer lugar entre los europeos que más visitan Colombia. Y, de acuerdo con el Ministerio de Comercio y Turismo colombiano, es un hecho que los alemanes cada día se interesan más por viajar a esta Nación. Las cifras lo demuestran: entre 2018 y 2019 su presencia se incrementó 9,5 por ciento. Estoy seguro de que gran parte de ellos visitaron el Caribe. Este aumento del turismo significa una esperanza hacia la reactivación económica, así, entre todos, superaremos la crisis generada por la pandemia.

*Embajador de Alemania en Colombia.

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