El Día de las Velitas, celebrado cada 7 de diciembre, es uno de los rituales más representativos de Colombia. Esta tradición marca el inicio de las celebraciones navideñas en el país y tiene un profundo significado religioso y cultural.
El acto de encender velas y faroles en honor a la Virgen María, en conmemoración de la Inmaculada Concepción, ha ido más allá de un simple acto devocional, convirtiéndose en un símbolo de unidad, esperanza y la calidez del espíritu colombiano, pese a que se realiza en otros países de Latinoamérica.
Este ritual no solo se realiza en las iglesias, sino también en las calles, en las casas y en las plazas, donde miles de personas se agrupan para dar vida a una de las festividades más esperadas del año.
1. Preparación del espacio: Crear el ambiente
- En el hogar: Las familias suelen limpiar y adornar las ventanas, los balcones y las puertas con velas, faroles y otras decoraciones. El uso de velas es el elemento central, pero también se incorporan luces de colores, flores y otros adornos que se relacionan con la Navidad.
- En la calle: En muchas comunidades, los vecinos se organizan para embellecer sus calles y plazas. Las calles se iluminan por completo con luces y faroles, creando un espectáculo que se convierte en un símbolo de unión.
2. El encendido de las velas: La luz como símbolo
- El momento de encender las velas: La ceremonia comienza en la tarde-noche del 7 de diciembre, justo al caer el sol, para que la luz de las velas y faroles resplandezca en la oscuridad de la noche. Las personas se congregan alrededor de las velas, en grupos familiares o vecinales, y comienzan a encender las llamas, formando senderos de luz que reflejan la devoción colectiva.
- La distribución de las velas: Cada familia tiene su propia forma de distribuir las velas. Algunas las colocan en la ventana, otras en el balcón, y en algunos casos se crean pequeños altares donde se colocan las velas en círculos o figuras que representan símbolos religiosos. El simbolismo de las velas varía, pero todas tienen en común la representación de la pureza, la esperanza y la luz espiritual que emana de la Virgen.
3. La convivencia social: Reunión familiar y vecinal
El Día de las Velitas no es solo un acto religioso, sino también una gran celebración social. Es un momento para que las personas se reúnan con sus familias y amigos, para compartir la alegría y el espíritu navideño. Las calles, plazas y hogares se llenan de vida, música, risas y comida, en lo que se considera una gran fiesta comunitaria.
- Encuentros familiares y con vecinos: En muchas regiones de Colombia, los vecinos se agrupan para compartir la festividad. A menudo, los vecinos se organizan para encender las velas en conjunto, creando hermosos caminos de luces que unen a toda la comunidad.
En algunas localidades, el encendido de las velas se acompaña de música navideña, especialmente villancicos, y el sonido de risas y conversaciones alegres se mezcla con el aroma de comidas y bebidas tradicionales.
- Comida típica: El Día de las Velitas también es una ocasión para disfrutar de comidas y bebidas tradicionales. El canelazo, una bebida caliente a base de aguardiente, azúcar y canela, es uno de los más populares en las regiones frías del país.
También se suelen compartir dulces típicos como las empanadas, buñuelos, pan de bono y arequipe, que se sirven a los invitados para crear un ambiente de hospitalidad y camaradería.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.