Tres semanas después de los bochornosos hechos ocurridos en el estadio Mestalla de Valencia, en Brasil, siguen levantando voces de rechazo en contra de los actos de racismo que sufrió Vinicius Jr., figura del Real Madrid.
Luego de las declaraciones públicas del jugador, en las que amenazó con abandonar el fútbol español si la situación no mejoraba, La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha liderado una campaña junto a los clubes de primera división bajo el mensaje: “con el racismo no hay juego”.
La mayoría de equipos han dejado de lado los colores de su camiseta y se han vestido de negro durante los actos protocolarios, todo para enviar un mensaje al mundo de repudio a los comentarios despectivos de los que ha sido víctima Vinicius y varios jugadores brasileños.
Este lunes, en la victoria de Flamengo sobre Vasco da Gama, la protesta se hizo aún más sonora con la presencia del propio futbolista del Real Madrid, que recibió una ovación en el descanso de parte de las dos hinchadas que colmaron las tribunas del mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Vini bajó de la tribuna y saludó a los aficionados, agradeciendo por el cariño que ha recibido desde el momento en que protestó por los ataques racistas sufridos en Valencia.
Después de posar con las camisetas de ambos equipos, se dirigió a la hinchada a través de la megafonía. “Es una alegría muy grande estar aquí en Maracaná, con Flamengo en un clásico. Muy feliz por todo lo que ellos hicieron por mí. Que yo pueda seguir firme para continuar la lucha por los que están por venir”, dijo.
La presencia de Vini en la grada le dio la suerte a Flamengo, su exequipo en el fútbol brasileño, que ganó con un contundente 4-1 gracias a los goles de Erick Pulgar, Gerson, Pedro y Ayrton Lucas, todos ellos en el primer tiempo, justo antes que el gran invitado saltara al campo para recibir aplausos de la grada.
Bajo las órdenes del argentino Jorge Sampaoli, el Mengao ha logrado encadenar una buena seguidilla de victorias para escapar de la ‘crisis’ y meterse en la quinta posición del campeonato con 16 puntos, a cinco del Botafogo que actualmente es el único líder.
Vinicius, arropado por su gente
Vinicius José Paixao de Oliveira Junior creció en una pequeña casa al final de un callejón sin salida en un barrio empobrecido que linda con la carretera BR-101.
Incluso después de convertirse en una de las mayores estrellas del fútbol mundial, ha mantenido una fuerte conexión con su ciudad natal. Su familia todavía vive en la misma casa, ahora ampliada y lujosamente renovada. En su cuadra hay varios grafitis, incluido uno de Vinicius con la camiseta de la selección brasileña, en el que sueña con ganar la Copa del Mundo.
Los vecinos aseguran que el futbolista ha contribuido ampliamente con su comunidad, por ejemplo, a través de su Instituto Vini Jr. Esa organización benéfica busca ayudar a los niños con su desempeño escolar a través de programas innovadores que aprovechan la tecnología y la pasión nacional de los brasileños por el fútbol.
“Sao Gonçalo y Brasil están orgullosos de ti”, publicó en las redes sociales el gobierno municipal, en apoyo a su héroe justo después de la denuncia, que acabó con las tribunas de Mestalla sancionadas por tres partidos.
El futbolista también recibió una avalancha de mensajes de solidaridad de personalidades brasileñas, desde el presidente Luiz Inácio Lula da Silva hasta el ícono de la música Gilberto Gil y las también estrellas de la selección nacional Neymar y Richarlison.
Incluso, recibió el respaldo de Raphinha, jugador del Barcelona, que olvidó la rivalidad entre los dos clubes más grandes de España y vistió una camiseta con un mensaje de solidaridad para su compatriota asegurando que “no estará solo” en esta lucha contra el racismo.