Una pasión es una pasión. “¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios... Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión”. Esta línea de la película argentina "El secreto de sus ojos" explica lo que es ser un hincha enfermizo del fútbol, no un fanático. La pasión por este deporte en Latinoamérica, como lo definió Martín Caparrós en alguno de sus artículos, es un sentimiento que se transforma en una identidad colectiva. Es decir, el amor por un club —sin importar su estatus— no se limita a lo que ocurre en una cancha donde 22 hombres se muelen detrás de un balón.

No, la pasión va más allá de eso. El tejido futbolero reúne una serie de códigos políticos y culturales que resumen, en buena medida, lo que es una sociedad. “En el estadio, por cuenta de un gol, se cristaliza un vínculo primario, irracional, pero a su vez muy sólido entre las personas (…) Hay una idea de democratización que se materializa en la anotación del gol de tu equipo. En ese momento vos te podrías abrazar con absolutos desconocidos o con gente que simplemente detestás”, dijo el escritor Eduardo Sacheri en conversación con la Agencia Anadolu. Esa idea de la pasión, atravesada por un partido, por un gol, por la camaradería de los jugadores y la hinchada (a pesar de sus diferencias), explica por qué un equipo de fútbol es, simultáneamente, una entidad de resistencia y pluralismo. En Chile, a largo de 100 años, una escuadra en particular concentra todos estos valores futboleros: el Club Deportivo Palestino. Un mapa, un país Un siglo ha pasado desde que, el 20 de agosto de 1920, varios miembros de la colonia palestina en Chile decidieron fundar su equipo de fútbol. Cien años han pasado, y con ellos, un puñado de títulos. No muchos, a decir verdad. Apenas dos campeonatos de Primera División (1955 y 1978), dos de Segunda (1952 y 1972) y tres ediciones de la Copa de Chile (1975, 1977 y 2018). ¿Importa la cantidad de estrellas en el escudo? Sí. ¿Es lo más relevante? No. Pese a que la realidad del club es estrictamente deportiva, según explica su director, Nicolás Abusada Tobar, el Palestino carga consigo un discurso tácito de reivindicación. "Para nosotros cumplir 100 años es una alegría tremenda —dice Abusada—. Políticamente hemos derribado muchos mitos como que Palestina nunca existió. Mucha gente ve al equipo como la representación de un pueblo que está oprimido y que sufre día a día. Es nuestro orgullo máximo en Chile". Aunque las manifestaciones políticas del club —históricamente— no han sido explícitas, en 2001 el arquero Leonardo Cauteruchi estampó en su uniforme un mapa de Palestina según los límites originales hasta 1947, año en el que, por una resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se fundó el Estado de Israel sobre tierra palestina. El mensaje de Cauteruchi pasó inadvertido y no atrajo la atención de la prensa. Para 2014 las cosas fueron diferentes.

Cuenta Abusada que "por un tema de diseño quisimos reemplazar el uno (1) con algo más representativo y se nos ocurrió hacer el mapa histórico de Palestina para sustituir dicho número". Esta vez, la silueta del mapa sobre la camiseta disgustó a la embajada israelí en Chile, que por medio de una nota diplomática indicó: “La utilización del mapa de Israel en la camiseta del Club Palestino es una provocación sin precedentes y especialmente grave por realizarse en un contexto deportivo”. El periodista Nicolás Vidal afirma que “tanto revuelo dio lugar a una pequeña sanción económica del Tribunal de Disciplina de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile). Palestino fue obligado a sacar el número uno con el mapa, pero el (entonces) presidente del club, Fernando Aguad, no dio su brazo a torcer e incorporó el mapa, ya no reemplazando al número uno, sino en la parte delantera, junto al escudo”. Al equipo no se le permitía utilizar ese uniforme en el torneo local, pero sí podía comercializarlo. La venta de la casaca cartografiada aumentó en un 300 por ciento y llegó a países como Francia, Turquía, Alemania, España, Brasil y Colombia. De palestinos, de todos Si bien el origen del club está ligado a la comunidad palestina en Chile, compuesta por alrededor de 500 mil personas, con el paso del tiempo y la obtención de títulos, el onceno de La Cisterna despertó la simpatía de hinchas sin ninguna conexión con el Estado árabe. "Hay muchos seguidores de Palestino producto de dos cosas: la campaña del 78 y la relación de quienes viven en La Cisterna (comuna donde está ubicado el estadio Municipal de la Cisterna de Santiago, el hogar del club)", asegura Abusada. La tromba, el equipazo campeón de 1978 —invicto por 44 fechas— contaba, además, con una figura legendaria del fútbol chileno: don Elías Figueroa, el mejor futbolista en la historia del país. A él lo acompañaba ni más ni menos que el argentino nacionalizado chileno Óscar Fabianni, tres veces goleador de los campeonatos 1976, 1977 y 1978. Esta nómina sumaba nombres como Rodolfo Dubó, rústico mediocampista; Edgardo Fuentes, defensor central y crack; y Manuel ‘El Loco’ Araya, quien emulaba con su uniforme negro a Lev Yashin y con sus atajadas a Hugo Orlando Gatti, el loco original.

Las cuatro décadas que le siguieron al campeón del 78 fueron, por decir menos, turbias. Algún subcampeonato, descensos y problemas económicos. Para 2018, luego de 40 años sin saber de títulos, los ‘Árabes’ ganaron la Copa de Chile. Liderados por Ivo Basay, el Palestino venció en la final al Audax Italiano —en un nueva edición del ‘Clásico de colonias’— y levantó su último trofeo hasta la fecha. Un hincha en particular, a 13.500 kilómetros de distancia, celebró como pocos el nuevo título. A través de la relación epistolar que mantiene con el club, el presidente del Estado palestino, Mahmud Abás, envió una carta a Chile que subrayó: "Los felicitamos por el logro histórico de ganar la Copa. El triunfo de Palestino le ha traído gran felicidad a nuestra gente. (...) La firmeza de nuestro pueblo, tanto en la patria como en la diáspora, ha demostrado que Palestina existe. Palestino es mucho más que un simple equipo de fútbol. Más temprano que tarde cumpliremos nuestro sueño común: libertad para Palestina".