El sector de la construcción en Colombia cerró el tercer trimestre de 2025 con un comportamiento marcado por contrastes. Aunque las obras civiles mantuvieron su impulso y continuaron siendo el principal motor del sector, el segmento de edificaciones acumuló un nuevo retroceso que evidencia los desafíos persistentes para la vivienda y los proyectos privados.
De acuerdo con el análisis sectorial, las obras civiles registraron un crecimiento anual del 13,1%, consolidando siete trimestres consecutivos de avances. Este dinamismo estuvo explicado en gran medida por la ejecución de proyectos estratégicos de infraestructura en Bogotá, como la Primera Línea del Metro y el RegioTram, que en conjunto cuentan con una asignación presupuestal cercana a $34,7 billones. En lo corrido del año, el crecimiento acumulado del subsector alcanzó el 9%.
Si bien la capital concentra buena parte de la inversión, la actividad también se movió en corredores viales y proyectos regionales. No obstante, los niveles actuales aún se ubican por debajo de los picos de actividad de años anteriores, lo que refleja restricciones fiscales y desafíos en ejecución que limitan un mayor despegue.
En contraste, la actividad edificadora presentó una caída del 6,4% anual, su segundo descenso más profundo desde 2023. Aunque las ventas de vivienda crecieron 8% anual y mostraron señales de recuperación durante el año, las iniciaciones -un indicador que anticipa el comportamiento de la construcción- se redujeron un 19%. Esto indica que la demanda no se está traduciendo en nuevos proyectos, en parte por las condiciones financieras menos favorables y la pausa en el ciclo de reducción de tasas de interés.
A las dificultades de fondeo se suma la ausencia de subsidios nacionales, lo que restringe el paso de la preventa a la construcción y genera cuellos de botella que afectan directamente el avance de obra. En este contexto, el área en proceso completó ocho trimestres consecutivos de caída, mientras que el área culminada también se redujo. El segmento de oficinas y hogares registró contracciones superiores al 10%, lo que acentuó el deterioro en el total de metros en ejecución.
Como elemento positivo, el área paralizada continuó disminuyendo a ritmos cercanos al -9%, ayudando a que la caída en el área en proceso no fuera aún más fuerte.
El sector cerraría el año con un balance mixto: las obras civiles se mantienen como un punto de apoyo sólido para la economía, mientras que las edificaciones continúan enfrentando un entorno retador que limita la recuperación plena del sector. Estas dinámicas son coherentes con la expectativa de crecimiento del PIB del 3T25, estimada en 3,2%, y con la composición del impulso económico durante el periodo.