La multinacional financiera estadounidense que desarrolla su actividad como banco de inversiones y agente de bolsa, Morgan Stanley, entregó recientemente un informe sobre América Latina y dio a conocer sus expectativas para Colombia.

Para el caso de Colombia, junto con México, la entidad ve una infraponderación por los “riesgos políticos y macroeconómicos asimétricos” que hay.

“En Colombia, cuya calificación bajamos en marzo, creemos que el gobierno recién elegido implementará un conjunto de políticas macro heterodoxas en medio de un contexto social desafiante que podría afectar de manera importante el crecimiento de las ganancias corporativas y la rentabilidad”, dice el documento, al referirse al gobierno del presidente electo, Gustavo Petro.

Mientras que en México observa un “limbo de la inversión (sin crecimiento de la inversión en medio de la incertidumbre) y un escenario de pendiente resbaladiza (deterioro gradual) que continuará”.

El informe también habla sobre Brasil y Chile, donde hay una sobreponderación por parte de la entidad financiera.

“En Brasil, nos gustan los valores cíclicos nacionales que deberían beneficiarse del apalancamiento operativo y los recortes de tipos de interés en 2023”, explica.

A su vez, “en Chile, creemos que un menor riesgo de política macro a medida que finaliza el proceso constitucional debería respaldar las ganancias de equidad”, asegura.

Finalmente, Perú tuvo una asignación neutral, “creemos que la actual alta incertidumbre política entre los poderes Ejecutivo y Legislativo debería continuar, pero con un impacto limitado en la actividad económica nacional”.

En Colombia creen que el gobierno recién elegido "implementará un conjunto de políticas macro heterodoxas". | Foto: Morgan Stanley

Esta entidad ya se había pronunciado sobre Colombia, cuando se dieron a conocer los resultados de la primera vuelta, en un informe en que sostuvo que, independientemente de quién ganara, no se veían propuestas para acelerar el crecimiento del país o para resolver su amplio desequilibrio fiscal, pues se sigue gastando más de lo que recibe por impuestos.

Recordó en ese momento que Colombia está afectada por los llamados déficits gemelos (de cuenta corriente y fiscal), pese a los mejores precios del petróleo. También señaló que tanto Gustavo Petro como Rodolfo Hernández tendrían dificultades para aprobar reformas, pues ninguno de los dos contaría con mayorías en el Congreso.

Exministro de Hacienda advirtió que la dimensión real del hueco fiscal de Colombia es insostenible

El hueco fiscal en Colombia se cerró por un lado, pero en otro lugar se abrió un cráter. Esa es la sumatoria que está haciendo el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al expresar que si contabiliza el déficit fiscal del Gobierno central, que está proyectado en 5,6 % del PIB para 2022, con el generado por el déficit que se produjo en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), por los subsidios a los combustibles, la cifra estará cerca de 7 %. A este dato, Cárdenas lo catalogó como “un nivel excesivamente elevado”.

En las cuentas que ha expuesto el gobierno saliente se insiste en que, en materia fiscal, el déficit total del Gobierno en 5,6 % del PIB exhibe una corrección de 1,5 puntos porcentuales frente al nivel de 2021, lo que significa que se cerró el hueco que se agrandó en pandemia, de manera más rápida de lo previsto.

No obstante, para Cárdenas, la suma de los dos déficits mencionados da una cifra “insostenible”. Más aún, en un momento en el que el país tiene que pagar una deuda más costosa, por haber perdido el grado de inversión que le permitía acceder a créditos más baratos, además de la mezcla entre incrementos de tasas de interés a nivel global y tasa de cambio al alza.

En consecuencia, mientras en 2019 pagar los intereses de la deuda pública colombiana costaba 3 % del PIB, ahora cuesta 4 % del PIB. Si a ello se le agrega que Colombia solo genera unos ingresos totales del 16 % del PIB, la ecuación está realmente chueca, pues son mucho mayores los gastos.

Es bien sabido que el principio básico de un manejo sano de las finanzas, ya sea en un hogar o un Estado, es que se mantenga el equilibrio entre lo que ingresa y lo que se gasta. Si hay necesidad de acudir a la deuda, como lo hacen las naciones, debe ser algo que se pueda pagar sin romper la billetera.

Por esa razón, Cárdenas enfatizó en que su interés en poner en el visor el panorama del hueco fiscal real “no es incomodar al gobierno saliente ni ponerle palos de rueda al entrante”.