En un contexto en el que la violencia continúa afectando regiones enteras del país, las mujeres se han convertido en actoras esenciales para sostener y reconstruir la vida comunitaria. De acuerdo con cifras recientes de la Defensoría del Pueblo, más de 178.000 personas fueron desplazadas durante el último año, reflejo de la persistencia del conflicto armado y de las disputas territoriales que impactan, principalmente, a las poblaciones rurales.

Ante este escenario, redes de lideresas, organizaciones comunitarias y procesos locales encabezados por mujeres han logrado consolidar espacios de reparación colectiva, incidencia política y autonomía económica. Durante los últimos cinco años, en departamentos como La Guajira, Bolívar, Cauca, Nariño, Putumayo y Meta, se han desarrollado iniciativas centradas en fortalecer la participación pública y el tejido comunitario desde una perspectiva de género y construcción de paz territorial.

Entre los avances destacados se encuentra la certificación de 26 mujeres en el primer programa Técnico Laboral en Auxiliar Social y Comunitario diseñado para lideresas locales; 38 mujeres participaron como candidatas en las elecciones de 2023 y 13 de ellas hoy ocupan cargos en concejos y alcaldías, ampliando la representación de voces femeninas en la toma de decisiones locales.

Lideresas, defensoras y constructoras de paz impulsan hoy procesos de reconciliación, participación política y autonomía económica, | Foto: Mujeres que inciden en la paz

Asimismo, 22 organizaciones productivas encabezadas por mujeres lograron fortalecer sus emprendimientos mediante dotación de activos, acompañamiento técnico y procesos de comercialización. Estos proyectos no solo generan ingresos, sino que han permitido a muchas mujeres sobrevivientes de violencia reconstruir su autonomía económica y la de sus comunidades.

El bienestar emocional y espiritual también ha sido un eje fundamental. Más de 3.000 mujeres participaron en procesos psicosociales y psicoculturales que integran prácticas artísticas y ancestrales para la sanación colectiva. Paralelamente, se desarrollaron iniciativas de sensibilización dirigidas a hombres, promoviendo masculinidades corresponsables y libres de violencia.

“Mientras la violencia se recrudece, son las mujeres quienes siguen defendiendo la vida y generando alternativas de convivencia. La paz no se decreta: se teje todos los días desde los territorios”, señaló Diana Salcedo, directora Limpal Colombia.

Varias de las propuestas construidas por mujeres fueron incluidas en 17 planes de desarrollo territoriales y en el Pla Nacional de Desarrollo 2022-2026. | Foto: Universidad San Buenaventura

El proceso también ha incidido en políticas públicas locales y nacionales. Las propuestas de estas lideresas fueron incorporadas en planes de desarrollo de 17 municipios y fueron parte de la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026 y del primer Plan de Acción de la Resolución 1325 de la ONU, que reconoce el papel de las mujeres en la construcción de paz.

“Acompañar a las mujeres para que fortalezcan sus liderazgos e incidencia contribuye a la democracia, la construcción de paz y la justicia de género. Las mujeres no son beneficiarias: son actoras políticas. Cuando transforman su vida, transforman sus comunidades y sus territorios. Ese es el verdadero legado del programa WAP”, concluyó Margarita Bernal, coordinadora del Programa WAP.

En medio de un país donde las tensiones armadas persisten y los procesos de paz siguen en disputa, estas experiencias demuestran que las mujeres continúan sosteniendo la vida en los territorios, abriendo caminos para una paz que se construye desde abajo y todos los días.