En medio de la polémica desatada por la idea del Gobierno de cobrar retención en la fuente a los comercios que reciban pagos digitales, con billeteras como Nequi o Daviplata o con el nuevo sistema de pagos Bre-B, se conoció un documento de Colombia Fintech que insiste en la necesidad de realizar un “tsunami regulatorio” para eliminar obstáculos que impiden la modernización y promover nuevos modelos de negocio que impulsen la eficiencia y la inclusión.

A nivel internacional, este fenómeno se ha materializado de buena forma en Brasil, donde el Banco Central impulsó desde 2013 un proceso de modernización que dio origen a la plataforma Pix, un sistema de pagos instantáneos que ha revolucionado la forma en que los ciudadanos y las empresas acceden a los servicios financieros. Pix no solo solucionó problemas operativos del mercado, sino que también promovió la inclusión financiera y fortaleció la competencia.

El crecimiento del comercio electrónico impulsa la adopción de medios de pago digitales en Colombia. | Foto: Rawpixel Ltd.

Hoy, el 95 % de los adultos y el 84 % de los comercios brasileños utilizan Pix, movilizando dinero equivalente a más del doble del Producto Interno Bruto (PIB) del país vecino. Esta experiencia sirve como ejemplo de cómo un “tsunami regulatorio” puede generar eficiencia y desarrollo económico.

Un camino similar para Colombia

Colombia enfrenta un reto similar: transformar su sistema financiero y de pagos para adaptarlo a las demandas de una economía moderna. Este “tsunami regulatorio” nacional se plantea sobre tres pilares fundamentales: inclusión, competencia e innovación.

Pero un obstáculo mayor sin duda es el efectivo, el cual sigue siendo el medio de pago más utilizado en el país, especialmente en transacciones cotidianas. Según el documento, el 79 % de los pagos habituales aún se realiza con dinero constante y sonante, lo que no solo refleja costumbres arraigadas, sino también la falta de infraestructura financiera digital.

El uso de dinero en efectivo sigue siendo predominante en el país, especialmente entre pequeños comercios y trabajadores informales.

El uso intensivo del efectivo genera múltiples consecuencias negativas: facilita la evasión fiscal, fomenta la economía informal y criminal, obstaculiza la política monetaria y perpetúa la exclusión financiera. Además, su carácter anónimo lo convierte en un medio propicio para actividades ilícitas, mientras impone altos costos logísticos y de seguridad tanto para empresas como para personas.

Por estas razones, se plantea una transición hacia una economía con menos efectivo, basada en pagos digitales, más seguros y trazables.

Una barrera para los pagos digitales

Otro de los obstáculos para la digitalización de los pagos en Colombia son las retenciones tributarias aplicadas a las transacciones con tarjetas de crédito y débito. Estas retenciones, que actúan como cobros anticipados de impuestos, afectan el flujo de caja de las empresas y desincentivan la adopción de medios electrónicos.

Los pagos electrónicos ganan terreno como alternativa segura y trazable frente al uso del efectivo. | Foto: johnkellerman

El documento de Colombia Fintech advierte que los costos derivados de estas retenciones, que ahora se busca aplicar también a los pagos digitales, hacen que muchos pequeños comercios prefieran operar en efectivo, lo que limita el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y retrasa la expansión de los pagos digitales.

Para enfrentar esta situación, el documento de Colombia Fintech propone eliminar los cobros por retención a las transacciones con tarjetas débito y crédito en pequeños y medianos negocios. Con ello, se pretende incentivar el uso de medios electrónicos y fortalecer la inclusión financiera.

En cuanto a la reducción del uso del efectivo, el informe sugiere tres acciones concretas:

  1. Un marco regulatorio integral que limite de manera gradual el uso del efectivo, promueva la formalización y modernice el sistema de pagos.
  2. Alertas tempranas para identificar operaciones en efectivo de alto valor, lo que permitiría a la Dian detectar posibles casos de evasión o lavado de activos.
  3. Control de billetes de alta denominación, con el fin de fomentar la trazabilidad y estimular los pagos digitales.

Con estas propuestas, se busca crear un entorno financiero más equilibrado y moderno, en el que los pagos digitales compitan en igualdad de condiciones con el efectivo.