Pidió hace poco, en la última versión del Encuentro de Periodismo de Investigación en Bogotá, que no lo confundan más con ese youtuber que se llama como él y dejó claro que, aunque el tipo sea calvo igual que él y sus hijos vengan siendo los propios nietos de Samper Pizano, él no tiene nada que ver con su puto libro.  Le puede interesar: Los amigos de Rafael EscalonaNo es ese Daniel Samper. Este Daniel Samper es el hombre que lideró la unidad investigativa  de El Tiempo, diario del que se retiró después de 50 años de una carrera admirada no solamente en Colombia. Estados Unidos le dio el Premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia y España el Premio Rey de España y el Premio Continente de Periodismo.A tres años de su jubilación, el hombre que firmaba Cambalache (la columna de opinión más leída de su época), el argumentista de Dejémonos de Vainas, el libretista de Escalona, el autor de más de 25 libros, opina sobre la realidad periodística, sobre el humor y sobre el pasado:Semana.com: Usted admira al humor porque este ‘ha sido siempre enemigo del poder’ y ‘pone armas notables en manos de los débiles’. ¿Cuenta el periodismo colombiano con suficiente humor político de alta calidad e impacto?D.S.P.: No; falta que se extienda más una sana actitud de distancia mediante el humor para juzgar nuestro tiempo. Hay algunos buenos caricaturistas –principalmente Matador, para mi gusto—y confieso que me divierten mucho las columnas y los videos de mi hijo Daniel.Puede leer: “Yo no creo que el vallenato clásico desaparezca”Semana.com: A propósito, Álvaro Uribe arremetió hace poco en las redes sociales contra dos de los periodistas que lo cuestionan por haberse supuestamente beneficiado por subsidios agrarios siendo presidente. Uno de ellos es su hijo, a quien él llamó ‘payaso‘, ‘bandidito‘ y ‘maltratador de niñas recién nacidas‘. ¿Qué opina?D.S.P.: Uribe no solo es un mentiroso y calumniador consuetudinario que maneja un importante sector de opinión pública a partir de sus reacciones primarias, sino que inyecta irresponsablemente una dosis cotidiana de odio que pone en serio peligro a esta sociedad convaleciente de la violencia en que vivimos.Semana.com: ¿Qué concepto tiene del trabajo periodístico de su hijo Daniel?D.S.P.: Me parece interesante, original y valeroso. Pero no se lo digan a él, porque se “coloca” creído.Semana.com: ¿Considera que las columnas de opinión que usted tuvo le dieron poder?D.S.P.: El poder que me daba la columna era innegable y procuré dirigirlo hacia la crítica de situaciones injustas y la denuncia de políticas erradas y actos de corrupción.Consulte: ¿Qué opina Daniel Samper sobre Diomedes?Semana.com: Una vez conocidos los resultados del brexit, el plebiscito colombiano y las elecciones presidenciales estadounidenses, los medios de comunicación de cada uno de esos países han sido blanco de una avalancha de críticas. ¿Qué está pasando con la prensa?D.S.P.: Cada día es menor el poder de la prensa. Ya pasaron los tiempos en que los periódicos y la radio elegían presidentes. No quiere esto decir que actualmente, con las redes sociales, haya mayor democracia: por el contrario, la mentira corre más rápido, la violencia verbal se exacerba y las calumnias se imponen con más fuerza. Pero la responsabilidad de la prensa en todo ello es mucho menor, incluso en Francia, que ha sido siempre un pueblo muy lector y buena consumidor de prensa.Semana.com: ¿Qué columnistas lee?D.S.P.: Muchos. Tanto los que leo porque en general comparto sus ideas, como aquellos que ofrecen un punto de vista opuesto al mío. De otro modo solo quedaría informado a medias.Semana.com: Usted es hermano de Ernesto Samper. ¿Qué significó en su historia profesional haber tenido lazos de sangre con el poder nacional más alto y más desprestigiado de su momento?D.S.P.: Creo, sinceramente, que el concurso de desprestigio lo ganan otros. Para saberlo, basta con mirar hasta qué punto la corrupción y los vínculos con la violencia salpican a ciertos gobiernos posteriores. De todos modos, siempre he dicho que para un periodista independiente es un obstáculo tener alguien de su familia en el poder.Semana.com: ¿Tiene hoy algún reparo contra usted mismo por el manejo que le dio a esa situación?D.S.P.: No, hice lo único que podía hacer: dejé mi columna en El Tiempo, suspendí mi participación en los editoriales y durante seis años me concentré en una inocente columna de humor costumbrista y mi trabajo como periodista en España. Cuando volví a escribir una columna, por petición de El Tiempo, hacía dos años habría terminado el gobierno de Ernesto y en mis artículos nunca me ocupé de asuntos relacionados con él, ni de defenderlo y ni siquiera lo nombraba, aunque consideraba que era víctima de más de una infamia. Las recientes declaraciones del ex embajador Frechette y del vicepresidente Naranjo lo confirman.* Texto escrito por Veronica Ucrós, estudiante de la maestría de periodismo de la Universidad del Rosario y SEMANA