El sector petrolero sigue siendo el gran dinamizador de la economía colombiana. Según la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), la industria de petróleo y gas representa el 40 por ciento de las exportaciones del país, el 20 por ciento de los ingresos fiscales y el 76 por ciento de las regalías a corte de mayo de 2023.

Además, Ecopetrol sigue siendo la mayor empresa del país, acumulando en el primer semestre de 2023 ingresos por 73,2 billones de pesos.

Estas cifras no solo se traducen en ingresos, también en empleo, desarrollo y bienestar para las comunidades. Precisamente mucho de este impacto positivo se ha logrado gracias a la gestión de compañías como Industrial Consulting Group (ICG), una firma colombiana con 14 años de experiencia que ha hecho parte de la historia de proyectos de alto impacto como la Refinería de Cartagena y los campos Rubiales y Quifa, entre otros, que los ha llevado a hacer negocios en Panamá, Perú y México.

Eduardo Rivodó, su presidente, se declaró “venezolano de nacimiento, y colombiano por adopción”. Este ingeniero, con vasta experiencia en su sector, dejó su país en un escenario de “compañías expropiadas y trabajadores petroleros botados”, que dio pie a la fuga de un valioso talento humano, profesionales venezolanos de mucha experiencia que emigraron en busca de nuevas oportunidades.

En 2009 se instaló en el país para crear ICG, una firma enfocada en prestar servicios técnicos para la industria petrolera en campo. Una de sus principales líneas de negocio es ser el puente entre constructores y operadores a la hora de poner a punto y en marcha las instalaciones para el procesamiento de crudo, en cualquiera de sus fases.

Industrial Consulting Group ha hecho parte de la historia de proyectos de alto impacto como la Refinería de Cartagena y los campos Rubiales y Quifa. | Foto: Industrial Consulting Group

Primer reto

Su primer contrato, ese mismo año, fue con Pacific Rubiales. Consistió en iniciar las pruebas y luego la operación de las instalaciones ampliadas de Campo Rubiales, la operación de su tipo más grande del país, que le permitió a Colombia superar la producción de un millón de barriles de petróleo al día y figurar en los mercados globales.

El crudo de Rubiales es diferente del tradicional y se clasifica como extrapesado, pues requiere de un manejo especial para que su extracción sea verdaderamente eficiente. Fue aquí donde los ingenieros venezolanos lograron marcar la diferencia.

“En principio se producían unos 15.000 barriles al día, porque se desconocían técnicas aplicadas ampliamente en Venezuela. Son campos que hay que producirlos de manera diferente a la convencional. Esa fue la oportunidad de muchos ingenieros de venir a Colombia y aplicar sus conocimientos para aumentar la producción”, destacó Rivodó.

Autosuficiencia

El ejecutivo señaló que hoy las cosas son diferentes y que el país tiene “autosuficiencia tecnológica” con mano de obra calificada y de clase mundial para asumir cualquier tarea productiva.

Eso incluye técnicas de fracking que “si bien ambientalmente no es muy bien recibido por algunas comunidades, pueden sumar provisiones provenientes de yacimientos no convencionales. Estoy convencido de que si se hace adecuadamente es una posibilidad de, incluso, cuadruplicar las reservas”.

Rivodó destacó que “Colombia no es un país petrolero, sino con petróleo”. La diferencia -explicó- es que mientras el territorio nacional tiene un potencial de 2.000 millones de barriles de crudo, solo la franja petrolífera del Orinoco venezolano posee 236.000 millones.

Desde su llegada –afirmó– el horizonte de reservas petroleras colombianas de yacimientos convencionales se ha mantenido entre 6 y 8 años, pero no aumenta sustancialmente y eso tiene un límite. “Colombia está suficientemente estudiada, estructurada y, realmente, tiene que prepararse para una solución pospetrolera, porque no es un recurso a largo plazo”, aseguró.

El talento humano y el equipo que armó Industrial Consulting se basó en la sinergia de migración de venezolanos altamente calificados junto con personal colombiano experto que venía de Ecopetrol. | Foto: Industrial Consulting Group

Reto mayor

María Corina Rivodó, directora de Mercadeo, Comunicaciones y RSE de ICG, recalcó que si bien el hito inicial de la empresa fue traer un conocimiento que no había en el país, su mayor logro estuvo en transmitirlo a los colombianos

“El talento humano y el equipo que armó Industrial Consulting se basó en esa sinergia de migración de venezolanos, altamente calificados, junto con personal colombiano experto, que venía de Ecopetrol”, destacó.

Fue así como se conformó un grupo para el arranque y puesta en marcha de Reficar, una de las refinerías más modernas de América Latina, que produce hoy alrededor de 210.000 barriles diarios y aporta 1 por ciento del PIB de Colombia.

ICG fue la única empresa colombiana con el know how para presentarse al proceso de selección, que finalmente ganó por encima de grandes empresas internacionales del sector provenientes de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, con precios dos o tres veces más competitivos.

“Tú no le entregas un enorme avión a cualquiera para que te lo despegue, debe ser alguien con todos los conocimientos y competencias. En nuestro caso, nos entregaron con toda la confianza a Reficar por cinco años, que tiene un aparataje que costó miles de millones de dólares”, precisó Rivodó.

Panorama

Los anuncios del Gobierno de suspender nuevos proyectos de exploración petrolera, no han hecho que ICG pierda su dinamismo. De hecho, mantiene operaciones clave en Perú y ahora en México, pero como parte del sector tiene algunas preocupaciones.

En mayo pasado Campetrol hizo un llamado a que el Gobierno nacional “tome decisiones que logren asegurar la autosuficiencia energética y fiscal más allá del 2029″, además de “concretar políticas de desarrollo de nuevos contratos de exploración y producción”.

“Parar la exploración afecta la seguridad energética y la autosostenibilidad”, dijo María Corina. “La industria petrolera –advirtió– también aporta al desarrollo regional, y esto se vería afectado, así como la estabilidad macroeconómica del país”. Cifras del sector indicaron que entre enero y junio de 2023 hubo una reducción del 16,8 por ciento en la actividad total de taladros.

La encuesta de la agremiación para ese periodo reflejó que la principal problemática que enfrentan las empresas del sector es la conflictividad social, seguida del costo de materias primas y la falta de demanda.

En ese aspecto, ICG ha aportado a los proyectos de RSE de sus clientes, como ocurre con Petroperú, y mantiene iniciativas propias en educación junto con universidades, así como iniciativas medioambientales que van de la mano de las comunidades. “Tenemos programas como Educando juntos, Construyendo juntos y Trabajando juntos, que aportan a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de Naciones Unidas”, puntualizó la directiva.

“Nuestro mayor logro –resaltó Eduardo Rivodó– ha sido demostrarle al mundo que las cosas se pueden hacer con inteligencia, técnicas y oportunidad. Yo no creo que haya una compañía latinoamericana en el mundo que haya hecho un proyecto de la complejidad del nuestro. Aquí en Colombia hay una capacidad técnica de clase mundial para exportar”.

*Contenido elaborado con apoyo de Industrial Consulting Group