En los últimos 30 años en Colombia 5.230 mujeres fueron víctimas de desaparición forzada, reveló este jueves una reconocida organización no gubernamental. El estudio "hace un llamado a las autoridades para que visibilicen la violencia contra la mujer: la violencia sexual, la violencia física (porque) muchas mujeres fueron golpeadas, desmembradas", dijo la presidenta de la Fundación Nydia Erika Bautista, Yanette Bautista, durante la presentación del informe ‘Discriminación e impunidad: desapariciones forzadas de mujeres en Colombia’. El documento abordó 39 casos emblemáticos de desaparición de mujeres en todo el país y, según la activista, "hemos concluido que la violencia contra la mujer, que sufrieron en su cautiverio las niñas y mujeres desaparecidas, no ha sido visibilizada por la justicia". Entre los autores de las desapariciones figuran agentes corruptos del Estado, paramilitares y en menor grado grupos guerrilleros, especialmente las FARC. Según Bautista, además de las 5.230 mujeres desaparecidas forzadamente según registros oficiales al menos de otras 15.000 sus familiares no volvieron a tener noticias. La mayoría de las mujeres desaparecidas forzadamente tenían entre 26 y 50 años y en la mayoría de los casos la investigación judicial de su paradero fue archivada. El informe, de 191 páginas, tuvo el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Nydia Erika Bautista fue una activista del pacificado movimiento guerrillero M-19. En agosto de 1987 un grupo de hombres la interceptó en el sur de Bogotá sin que por años se supiera de su paradero. En 1990 la Procuraduría solicitó la exhumación de un cadáver que había sido encontrado en el municipio de Guayabetal (Cundinamarca). Los restos óseos correspondían a Bautista. Un testigo, Bernardo Alfonso Garzón, aseguró ante las autoridades que en un batallón de inteligencia del ejército que dirigía el entonces coronel Álvaro Velandia Hurtado se realizaron varios secuestros, entre ellos el de Bautista. Velandia nunca estuvo en prisión por el caso Bautista. Dos años atrás el Consejo de Estado anuló la sanción que disciplinariamente le había impuesto al otrora oficial por la desaparición y muerte de la activista del M-19. Velandia siempre ha pregonado su inocencia. El hijo de Bautista, el periodista Erik Arellana Bautista, fue amenazado y tuvo que vivir en el exilio durante 10 años.