Quizás una de las ministras más polémicas del Gobierno de Gustavo Petro es Irene Vélez. Desde que asumió la cartera de Minas y Energía no ha dejado de encender controversias, todas alrededor de no firmar nuevos contratos de exploración de combustibles fósiles en el país. Pese a las críticas que pesan en su contra, ella mantiene su férrea posición y no duda en hacerla pública cada vez que puede. En el pasado Foro Económico Mundial de Davos advirtió: “Decidimos que desde la administración Petro no vamos a conceder más contratos de exploración de gas y de petróleo”.

Al día siguiente, Petro respaldó a su ministra y en el caso puntal de la explotación de gas dijo: “La labor que hemos hecho en estos meses ha hecho que las reservas de gas actuales de Colombia ya alcanzan para el consumo interno en un periodo entre 2037 y 2042″ Las declaraciones volvieron a encender la polémica sobre la política petrolera del país y se avivó aún más cuando distintos medios de comunicación afirmaron que el documento en que se basaba la visión del Gobierno no había sido aprobado por algunos funcionarios del ministerio y tenía conclusiones erróneas.

Así comenzó una discusión pública entre los distintos actores del sector de hidrocarburos. Una de las conclusiones que más criticaron del informe fue que con las reservas, los recursos contingentes y los recursos prospectivos de gas, el país podría ser autosuficiente hasta 2042. Al respecto, Armando Zamora, expresidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), dijo en distintos medios de comunicación que, aunque las cifras del informe de la ministra eran ciertas, su análisis contradecía los informes de la ANH que señalan que tanto las reservas de gas como de petróleo ni siquiera alcanzan a cubrir la demanda en 2030.

Ante las críticas, Vélez celebró una rueda de prensa en la que explicó que su cartera no ha afirmado que el país tiene reservas hasta 2037 o 2042, sino que, si los contratos actuales de exploración llegan a feliz término, el país podría ser autosuficiente hasta esos años. Las explicaciones no han apaciguado las aguas y expertos economistas han seguido debatiendo este tema en el que los conceptos técnicos sobrepasan el conocimiento de la opinión pública.

En las páginas de periódicos y portales webs, en los noticieros de televisión o la radio salen a relucir términos como reservas P1, P2 y P3, recursos contingentes, prospectivos y no recuperables, pero todavía no hay claridad sobre cuántas reservas de gas y petróleo tiene el país y hasta cuánto durarán. Por eso, para entender este debate trascendental para el futuro de Colombia es importante dar una claridad sobre los conceptos relacionados.

Cuando se descubre un yacimiento, los ingenieros hacen unas primeras estimaciones y distinguen entre los hidrocarburos efectivamente descubiertos y los que no se han descubierto, pero que podrían encontrarse allí. A su vez, el segmento de hidrocarburos descubiertos se subdivide en reservas probadas y recursos contingentes. Las primeras son las cantidades de hidrocarburos explotables y económicamente rentables. Los segundos son hidrocarburos que se sabe que se encuentran en el yacimiento, pero que por circunstancias tecnológicas, políticas o económicas no generan una rentabilidad. Por ejemplo: cuando el precio internacional del barril de petróleo es bajo, las empresas solo explotan las reservas, pero si hay un aumento inusitado del precio, los recursos contingentes se vuelven atractivos porque a pesar de que se tenga que invertir más en la explotación, se obtienen ganancias.

A su vez, las reservas de hidrocarburos se dividen en: probadas (P1), probables (P2) y posibles (P3). En las P1 hay un 90 por ciento de probabilidad de que el hidrocarburo sea comercialmente recuperable, en las P2 esta posibilidad se reduce al 50 por ciento y en P3, al 10 por ciento. En este sentido, los expertos afirman que los países y las empresas solo pueden contar y hacer cuentas con las reservas P1, pues las reservas P2 y P3 dependen de la exploración.

Finalmente, los recursos prospectivos son aquellos hidrocarburos no descubiertos, pero que podrían serlo en distintas circunstancias a las calculadas en el proyecto de exploración y explotación. Entonces, ¿cuántas reservas de gas y petróleo tiene el país? Estas cifras se encuentran consignadas en un informe que en mayo de cada año saca la ANH. En el de mayo de 2022, con corte a diciembre de 2021, se registró una reserva probada de 2.039 millones de barriles de petróleo que le daría una autosuficiencia de 7,6 años, 782 millones de barriles de reservas probables y 641 millones de barriles de reservas posibles. Si se suman los tres ítems daría un total de 3.462 millones de barriles que durarían 12,9 años, pero los expertos aconsejan no hacer estas cuentas alegres porque pueden pasar muchos años para que las reservas P2 y P3 se conviertan en P1.

En cuanto a las reservas de gas, el citado informe afirma que hay 3.164 giga pies cúbicos de reservas probadas que durarían ocho años, 689 giga pies cúbicos de reservas probables y 640 giga pies cúbicos de reservas probables. De comprobarse todas las reservas, estas sumarían 4.493 giga pies cúbicos que le darían una autosuficiencia al país de 11,4 años.

En el caso del gas, el error del controvertido informe y de la ministra de Minas fue haber dado por sentado que las reservas probables, contingentes y recientes descubrimientos, como el del Bloque Sinú-9, se convertirán en reservas probadas. De hecho, ella misma en la rueda de prensa dijo que, aunque el país solo tiene ocho años de reservas, se dedicará en los próximos cuatro años a adelantar toda una política pública para aumentar las reservas probadas y a sacar adelante los contratos de exploración que se encuentran en marcha. Sin embargo, expertos afirman que esto es pensar con el deseo y que el Gobierno debe hacer cuentas con lo que tiene y no con lo que puede tener.