Diputados independientes anunciaron este viernes 17 de marzo que presentarán una moción de censura “transpartidaria” contra el Gobierno francés, firmada también por legisladores de la oposición de izquierda, en respuesta a la polémica adopción de la reforma de las pensiones.

El documento fue firmado por 91 diputados de varios partidos, pero no recibió el respaldo escrito de ninguno del conservador LR, cuyos apoyos serán necesarios en el momento en que se vote para que tenga éxito.

“El voto de esta moción nos permitirá salir airosos de una profunda crisis política”, dijo el presidente del grupo parlamentario LIOT, Bertrand Pancher en declaraciones a la cadena BFMTV.

Los partidos que promueven la moción critican la “brutalidad democrática” del Gobierno, que en la víspera (jueves) volvió a recurrir a una prerrogativa constitucional que le permite sacar adelante una ley sin someterla a votación en la Cámara Baja.

Esta moción de censura “transpartidista”, según el texto, responde a una reforma que los diputados opositores consideran “injusta” y que “maltrata a millones de compatriotas”. “Votar esta moción de censura es votar contra la reforma de las pensiones”, advirtieron los firmantes.

Este mecanismo legal, inscrito en el artículo 49.3 de la Constitución, permite esta adopción a la fuerza, a la que solo podría darse marcha atrás si los diputados aprobaran una moción de censura.

Si esta fuese aprobada, caería el gobierno liderado por la primera ministra Élisabeth Borne, pero no Macron, quien llegó a amenazar con disolver la Asamblea elegida hace menos de un año en caso de un revés para su reforma.

La oposición necesita el voto de 287 diputados para que la moción de censura salga adelante, algo complicado ante la negativa del grupo opositor de derecha Los Republicanos (LR). | Foto: REUTERS

Para que una moción de censura salga adelante, es necesario que la secunden 287 diputados, serían 289 en condiciones normales, pero hay dos escaños vacantes.

El umbral parece lejano, pero no inalcanzable, si bien sería necesario que una gran mayoría de miembros de Los Republicanos, el partido más tradicional del centro-derecha, termine de romper definitivamente con el Gobierno.

Poco después de la formalización de esta primera moción, Agrupación Nacional, el partido ultraderechista de Marine Le Pen, presentó una segunda, como respuesta a lo que consideran es “un atentado grave contra los principios democráticos” de parte del Gobierno.

El partido lamentó en un comunicado que el Ejecutivo haya seguido adelante con una reforma “injusta e inútil” y criticó que, en un momento en que los franceses expresan “masivamente” en las calles su oposición a la reforma, los diputados no hayan terminado oportunidad de votarlo.

Poco después de la formalización de esta primera moción, Agrupación Nacional, el partido ultraderechista de Marine Le Pen, presentó una segunda, como respuesta a lo que consideran es “un atentado grave contra los principios democráticos” por parte del Gobierno.

Pero el partido derechista está dividido y Pancher aumentó la presión sobre los alrededor de veinte diputados que se negaban a votar la reforma para que apoyen la moción.

Según los sondeos, dos de cada tres franceses se oponen a la ley que prevé retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa.

La ley francesa no obliga a Macron a disolver la Asamblea Nacional y, por tanto, convocar nuevas elecciones, algo que vienen reclamando en estos últimos meses algunas de las principales voces de la oposición.

Protestas

Carreteras cortadas, refinerías paralizadas, escuelas secundarias bloqueadas, toneladas de basura acumuladas en París... La batalla contra la impopular reforma de las pensiones continuó este viernes en Francia con una multiplicación de acciones tras su polémica adopción.

“Estamos indignados”, dijo Soumaya Gentet, sindicalista del supermercado Monoprix y una de las 200 personas que bloquearon durante media hora en la mañana la circunvalación que rodea París. “Aguantaremos hasta la retirada” de la reforma, subrayó.

Un manifestante gesticula junto a contenedores de basura en llamas durante una manifestación después de que el gobierno francés aprobara una reforma de las pensiones en el parlamento sin votación. | Foto: AFP or licensors

Las protestas dejan en varias ciudades más de 300 detenidos.

En París, la policía intervino con cargas, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes congregados en la plaza de la Concordia, cerca de la Asamblea. También se registraron incidentes en Rennes, Nantes y Lyon.

“La oposición es legítima, las manifestaciones son legítimas, el desorden no [lo es]”, aseguró en la radio RTL el ministro del Interior, Gérald Darmanin, advirtiendo que el Gobierno no permitirá la aparición de “manifestaciones espontáneas”.

El líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon “alentó”, por su parte, las “movilizaciones espontáneas” en todo al país, a la espera de la nueva jornada de protestas masivas convocadas por los sindicatos el próximo jueves.

Protestas esporádicas y puntuales se multiplicaron en Francia con el bloqueo de centros de secundaria, líneas de ferrocarril, plataformas de reparto de correo... En París, las montañas de basura siguen acumulándose y el gobierno prepara requisas de trabajadores en huelga.

“Los empleados elevaron el tono”, dijo Éric Sellini, sindicalista de la CGT en el grupo TotalEnergies, al anunciar la suspensión de la actividad en la refinería de Normandia (oeste) el fin de semana. Este sector es uno de los más movilizados desde hace más de una semana.

*Con información de AFP y Europa Press.