Una mujer de 56 años se convirtió en la primera paciente que con terapia antirretroviral combinada (cART) con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida) no ha experimentado un rebote viral durante más de 12 años desde que interrumpió el cART.

Hay que señalar que es la primera vez que se evidencia científicamente la posible eliminación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

La paciente fue tratada por las médicas infectólogas Isabel Cassetti y Analía Urueña y, según explicó Cassetti, “este caso abre la puerta para futuras investigaciones que nos llevarán a encontrar los mecanismos del control del virus y diseñar las estrategias que lleven a una cura definitiva del VIH”, según un medio internacional.

“En casos como este preferimos hablar de reversión y no de cura. Hasta ahora lo único probado para tratar el Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida (HIV) consiste en una combinación de drogas antirretrovirales combinadas (cóctel). El objetivo del tratamiento es mejorar la sobrevida, disminuir las complicaciones asociadas y no asociadas al VIH y mejorar la calidad de vida. Esto se logra, disminuyendo la carga viral en sangre (que es la cantidad de virus VIH) a niveles no detectables y por largo tiempo, como también por el aumento de los linfocitos CD4/mm3 que corresponde a una importante fracción del sistema inmune”, añadió la doctora.

Asimismo, añadió: “En los años recientes se ha demostrado que el tratamiento antirretroviral disminuye la transmisión del VIH, por lo tanto, sostener la carga viral indetectable con el tratamiento antirretroviral (TAR), no sólo es clave para la persona infectada, sino para prevenir la transmisión en la comunidad. La gran mayoría de las personas que viven con VIH actualmente, tienen una carga viral suprimida o no detectable y un recuento de linfocitos CD4 adecuados”.

Por su parte, un estudio del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas este caso podría representar el mejor ejemplo de cura funcional posterior al tratamiento y, como muy pocas personas, ofrece la esperanza de que la remisión duradera sea posible sin la necesidad de intervenciones excesivamente tóxicas.

Recientemente se conoció que especialistas en enfermedades infecciosas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, en España, lograran activar células ‘natural killer’ (NK), linfocitos del sistema inmunitario que matan a las células infectadas por virus, bacterias o tumores, mediante una nueva técnica con nanopartículas de oro que contienen anticuerpos y que podrían ayudar a eliminar los reservorios del VIH.

De otro lado, la Agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos aprobó la primera combinación de medicamentos de acción prolongada para el Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), las cuales podrían remplazar las píldoras diarias que deben tomar las personas que padecen de esta enfermedad.

El combo de dos inyecciones, llamado Cabenuva, podría ofrecer a los pacientes más privacidad y la oportunidad de mantenerse al día con sus medicamentos, debido a que solo se tendrá que administrar una dosis al mes y no varias pastas al día como ocurre actualmente.

Este nuevo tratamiento combina rilpivirina, vendida como Edurant por la unidad Janssen de Johnson & Johnson, y un nuevo fármaco, cabotegravir, de ViiV Healthcare. En este momento se está trabajando la posibilidad de dosificar el medicamento cada dos meses.

ViiV Healthcare indicó que el costo de este nuevo medicamento estaría cercano a los US$6.000 en su primera dosis, debido a que es más alta, y luego tendría un valor de US$3.960, lo cual estaría dentro “del rango” de precios del mercado.

Además, un estudio adelantado por la compañía señaló que los pacientes preferirían mucho más las inyecciones mensuales que las píldoras.

Hay que recordar que, el epidemiólogo de la Université de Sherbrooke en Canadá, Jacques Pepin, publicó un libro llamado ‘Los orígenes del Sida’ en el que defiende que un soldado de la Primera Guerra Mundial fue la primera persona en contraer el VIH a través de un chimpancé.

Asimismo, el sida ha matado a más de 33 millones de personas y hasta el momento no hay cura definitiva.