El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado en la madrugada de este miércoles en un ataque perpetrado en su residencia privada, según informó en un comunicado el primer ministro interino, Claude Joseph.

En el ataque resultó herida de bala la primera dama, Martine Moïse, y según reportaron varios medios dominicanos y las agencias Sputnik y RT, ella murió posteriormente por la gravedad de las heridas.

El ataque se produjo sobre la 1.00 (hora local), cuando “un grupo de individuos no identificados”, entre ellos “varios que hablaban español”, asaltó la vivienda, según el comunicado recogido por medios locales como la emisora Juno7 y Gazette Haiti.

Joseph condenó este acto “odioso, inhumano y bárbaro”, y llamó a la población “a la calma”. “La situación de seguridad del país está bajo control de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas”, dijo el primer ministro interino, que confía en que “la democracia y la República vencerán” esta escalada de tensiones.

El ataque se produjo en torno a la 1:00 (hora local), cuando “un grupo de individuos no identificados”, entre ellos “varios que hablaban español”, asaltó la vivienda, según el comunicado recogido por medios locales como la emisora Juno7 y ‘Gazette Haiti’. | Foto: Getty Images

El asesinato de Moïse lleva al límite la grave crisis de seguridad que atraviesa Haití y que amenaza con provocar un vacío de poder, habida cuenta que el presidente ya llevaba más de un año gobernando por decreto por la ausencia de un Parlamento electo.

Vale mencionar que en febrero de este año las autoridades de Haití habían afirmado haber evitado un intento de asesinar al presidente y de tumbar su gobierno a través de un golpe de Estado.

En ese entonces se dijo que el plan fue un “intento de golpe de Estado”, según el ministro de Justicia, Rockefeller Vincent. Otras fuentes oficiales dijeron que 23 personas fueron detenidas, entre ellas un magistrado y una oficial de la Policía Nacional. Leon Charles, director de la Policía Nacional de Haití, dijo que los agentes incautaron documentos, dinero en efectivo y varias armas, incluidos rifles de asalto, una metralleta Uzi, pistolas y machetes.

Moïse había dibujado un calendario electoral que ha ido variando sobre la marcha, a medida que ha empeorado la situación del país más pobre del hemisferio occidental. Inicialmente, se había convocado en abril un referéndum para reformar la Constitución, pero la incertidumbre derivó en un primer aplazamiento a junio y, después, hasta el 26 de septiembre, coincidiendo con la primera vuelta de los comicios legislativos y presidenciales.

La incertidumbre se ha extendido también al Gobierno, cuyas riendas asumió Joseph en forma interina el pasado mes de abril. Esta misma semana, el presidente había designado como nuevo primer ministro a Ariel Henry, un antiguo responsable de Interior al que encargó, entre otras tareas, “solucionar el flagrante problema de la inseguridad y apoyar al Consejo Electoral para la realización de las elecciones generales y el referéndum”.

La crisis política y de seguridad derivó también en un empeoramiento de la situación humanitaria, especialmente en la zona de Puerto Príncipe, donde unas 18.100 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por el repunte de la violencia, 14.700 de ellas en el último mes, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas.

La ONU ha advertido también de que la violencia complica el reparto de la ayuda y dejó con poca o ninguna asistencia a miles de personas, a pesar de que estima que en total 1,1 millones necesitan algún tipo de auxilio para cubrir necesidades o servicios básicos.

“Intentan hacer un golpe de Estado”

En febrero de este año, el presidente Moïse aseguró en entrevista con el diario El País de España que no dejaría el poder, sino solo hasta 2022, costara lo que costara, advirtiendo que había un supuesto plan para hacer un golpe de Estado, desestabilizar la democracia y las instituciones de Haití e incluso un plan para asesinarlo.

Sobre quién estaría detrás del intento de golpe, el mandatario señaló en su momento sin citarlos a los Vorbe, una de las familias más poderosas, dueñas de la electricidad en el país. “El golpe de Estado no es un hecho puntual, sino una secuencia de acciones. Hasta ahora los Gobiernos eran títeres de los grupos económicos, pero esto hoy no sucede y nuestras decisiones sientan muy mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas están detrás del golpe y quiere apoderarse del país”, dijo en esa entrevista.

En declaraciones que dio al medio español, el presidente de Haití aseguró que su plan de gobierno siempre fue luchar contra las bandas criminales que generaban inseguridad y violencia en el país.

“En un país donde hay mucha miseria, es normal entre personas sin conciencia, utilizar a los más débiles para hacer el trabajo sucio y garantizar sus intereses. Por eso tenemos tantas armas en los barrios desfavorecidos. Cuando usted ve a una persona con los pies descalzos y un arma de miles de dólares en la mano, entiendes que trabajan para grupos delictivos. Hay un nuevo jefe de la policía y un plan concreto desde noviembre. Pero, desde mi llegada al poder, estamos persiguiendo a bandas y poderosos narcotraficantes que actúan como si el país les perteneciera. Luchamos contra todo un negocio de armas en el país”, aseguró en su momento el mandatario.

Durante su gestión, el presidente fue acusado de querer perpetrarse en el poder, algo que en distintas ocasiones fue rechazada por él mismo, tal y como lo manifestó en la entrevista con El País. “Mi mandato empezó el 7 de febrero del 2017 y termina el 7 de febrero del 2022. Entregaré el poder a su propietario que es el pueblo de Haití. Los oligarcas corruptos acostumbrados a controlar a los presidentes, a los ministros, al Parlamento y al poder judicial piensan que pueden tomar la presidencia, pero solo hay una camino: elecciones. Y yo no participaré en esas elecciones”, sentenció.

*Con Europa Press.