Perú impuso una multa a la petrolera española Repsol por 1,2 millones de dólares tras incumplir con la identificación de zonas afectadas por el derrame de 12.000 barriles de petróleo en su costa central el 15 de enero.

“El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) multa a Repsol por cinco millones de soles (unos 1,2 millones de dólares) por incumplir con la identificación de las zonas afectadas por el desplazamiento del hidrocarburo derramado el pasado 15 de enero en el mar de Ventanilla”, indica un comunicado de la Oefa, organismo adscrito al ministerio del Ambiente.

Según el organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, tras el desplazamiento de hidrocarburos en las playas a inicios del año, iniciaron los trabajos de supervisión por lo cual se le “ordenó de manera inmediata” a Repsol que procediera con la identificación de las zonas afectadas.

Sin embargo, la Oefa señaló “que Repsol no acreditó el cumplimiento de la medida”. Y determinó “la responsabilidad administrativa” de la empresa y decidió imponer la multa en el marco de los procedimientos administrativos sancionadores iniciados contra Repsol.

La Oefa impuso seis multas a Repsol por un total de unos 740.000 dólares entre enero y junio. El derrame en el mar ocurrió el 15 de enero mientras el buque Mare Doricum, de bandera italiana, descargaba crudo en la refinería de La Pampilla, en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, propiedad de Repsol.

La compañía atribuyó el siniestro al oleaje causado por una erupción volcánica en Tonga, al otro lado del océano Pacífico. El derrame de crudo se esparció por aguas y costas hasta 140 kilómetros al norte de la refinería, provocando la muerte de una cantidad indeterminada de peces, aves y mamíferos marinos.

Repsol informó en abril que culminó las acciones de primera respuesta en 28 playas afectadas por el crudo. Sin embargo, la evaluación del ministerio de Salud mantiene la condición sanitaria de “mala” en 25 playas de seis distritos de Lima y del Callao, desde el Ventanilla hasta Chancay, al norte.

La Fiscalía investiga a ocho directivos de Repsol, quienes no pueden salir del país, entre ellos el presidente de Repsol Perú, el español Jaime Fernández-Cuesta Luca de Tena. Los demás ejecutivos son peruanos.

Las actividades pesqueras y turísticas en la zona se han visto perjudicadas desde el siniestro, considerado la peor emergencia ambiental registrada por Perú.

El derrame dejó sin ingresos a pescadores, dueños y empleados de restaurantes, gente que alquilaba sombrillas en las playas y quienes vendían comida o gaseosas a los bañistas.

Las olas volvieron a tener color esmeralda en la playa Cavero de Ventanilla, próxima a la refinería, pero los pescadores artesanales aseguran que siguen sin poder pescar porque los peces todavía están contaminados. “En mi familia ha habido infecciones, con la pesca que hemos tenido, del mismo petróleo”, dice el pescador Juan Castillo, de 32 años.

El mar se ve limpio, pero “las muestras, los datos, indican que todavía hay una gran cantidad de petróleo dentro del ambiente y esto va a perdurar en el tiempo”, le explica a la AFP el biólogo marino Yuri Hooker, de la ONG Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.

*Con información de AFP.