En medio de los actos fúnebres de la reina Isabel II, y el ascenso al trono oficialmente del príncipe heredero, quien ahora se ha convertido en el rey Carlos III, ha llamado la atención mundial un factor físico del nuevo monarca, referido a una aparente extraña condición en sus manos, las cuales lucen más hinchadas de lo común, y presentan enrojecimiento, despertando una serie de especulaciones sobre sus causas y lo que ello revelaría sobre el estado de salud del nuevo monarca, quien ascendió al trono tras 70 años de espera.

Según medios internacionales, si bien la condición de la inflamación de las manos del rey Carlos III ya había sido notada con antelación, ahora cobra una especial curiosidad y preocupación, al ascender a al curubito del poder británico, advirtiendo que su salud ahora podría considerarse ‘una cuestión de Estado’.

El pasado sábado, cuando este fue oficializado como nuevo rey, y durante la firma de una serie de documentos, lo que supuso que las cámaras del mundo se posaran en sus manos, llamó la atención la apariencia de estas, en una condición que años atrás, el mismo nuevo monarca había descrito como ‘manos de salchicha’, y que evidencia aparentemente una delicada condición de retención de líquidos.

Pese a que el aspecto ha llamado la atención mundial y ha despertado conjeturas, el hecho no ha suscitado un pronunciamiento oficial para esclarecer la condición médica del rey, o las razones del hinchamiento de sus manos.

Según conceptos médicos recogidos por medios internacionales, la actual condición de las extremidades del monarca pueden estar asociadas a una condición de retención de líquidos, que a su vez es vista como una consecuencia ‘habitual’ para algunas personas tras viajes en avión, lo que podría explicar que recientemente dicha condición hubiese sido apreciada en el rey.

No obstante, los expertos apuntan a que dicha condición, también conocida como edema, no solo es causada por cambios físicos derivados de los vuelos, y que encontrarían causas en otros factores.

De acuerdo con especialistas, esta enfermedad que de igual manera podría manifestarse en otras partes de las extremidades, como tobillos y piernas, y en caso de derivarse de la retención de líquidos, podría ser diagnosticado con presiones sobre las zonas afectadas, derivándose el diagnóstico de la reacción corporal.

Según los expertos, esta patología es más común en las mujeres debido a la presencia de una hormona llamada progesterona, que hace que ellas presenten acumulación de líquidos o hinchazón en periodos previos a la menstruación.

En el caso de las personas mayores, esta condición podría desarrollarse en quienes permanecen mucho tiempo sentadas o acostadas, aunque, en el caso del rey, la condición se ha evidenciado tras periodos de extensos vuelos en avión, o el arribo a países cálidos.

Pese a que esa podría ser una hipótesis muy cercana a la realidad del rey, los expertos también han explicado a medios internacionales que, la condición del rey, podría estar asociada a la presencia de padecimientos como artrosis, en que los dedos se pueden tornar rígidos, dolorosos e hinchados.

En ese mismo sentido, la condición también podría derivarse de la ingesta de dietas altas en sal, o puede asociarse como efecto secundario del consumo de algunos medicamentos usados para tratar la alta presión arterial.

En ese sentido, otras voces expertas, citadas por medios internacionales, han referido que la situación médica también podría denotar la eventual existencia de insuficiencias cardíacas o problemas de riñones del monarca.

Aunque el momento de mayor conmoción por las manos hinchadas del rey Carlos se presentó el pasado fin de semana durante la firma de algunos documentos en su oficialización como rey, este miércoles, en medio de la ceremonia de traslado del cuerpo de la reina al lugar donde se adelanta su cámara ardiente, también se pudo apreciar esa apariencia hinchada en las manos del rey.

A sus 73 años, Carlos III es el rey inglés que, en toda su historia, ha ascendido con mayor edad al trono británico.