Estados Unidos podría estar dando su primer gran paso hacia una transformación profunda en la forma de apoyar a las familias.
Un nuevo programa de cuidado infantil gratuito y universal ya es una realidad y promete aliviar a miles de hogares, reducir la pobreza y reactivar la fuerza laboral, mientras empuja al país a replantearse qué significa invertir en la primera infancia.
Un modelo que cambia las reglas de juego
La puesta en marcha del primer programa de cuidado infantil gratuito universal en Estados Unidos marca un precedente en la política social del país.
La medida, impulsada por el gobierno estatal de Nuevo México y respaldad por fuentes oficiales como la Oficina de la Gobernadora, elimina por completo los requisitos de ingreso y los copagos que tradicionalmente limitaban el acceso a este tipo de servicios.
En la práctica, cualquier familia puede ahora acceder al cuidado infantil sin costo, independientemente de su situación económica.
La gobernadora, Michelle Lujan Grisham, explicó que la decisión responde a una visión clara, y es la de apoyar la estabilidad familiar, facilitar la participación laboral y sentar las bases para un desarrollo infantil más equitativo.
“Invertir en los niños es invertir en el futuro del estado”, afirmó al anunciar el programa, una frase que no tardó en viralizarse y ser citada por medios como Telemundo Nuevo México.
El anuncio generó atención nacional, no solo por su alcance sino por el modelo financiero que lo respalda.
Desde 2019, el estado alimenta un Fondo para la Primera Infancia con recursos provenientes del petróleo y el gas.
Ese fondo creció hasta cerca de 10.000 millones de dólares, lo que permite financiar el programa a largo plazo con los intereses generados.
Este respaldo económico convierte la idea en algo sostenible, al menos en el corto y mediano plazo.
Además, el estado ha lanzado líneas de crédito a bajo interés para construir y renovar centros de cuidado infantil, conscientes de que la infraestructura disponible aún no alcanza para cubrir la demanda creciente.
Un alivio directo para el bolsillo de las familias
Para las familias, la diferencia se siente desde el primer mes.
Medios como Infobae y Telemundo reportan que el ahorro promedio podría rondar los 12.000 dólares anuales por niño.
En un país donde el cuidado infantil suele competir con la renta o las matrículas universitarias, este cambio representa un alivio sin precedentes.
Madres y padres que antes debían elegir entre trabajar o quedarse con sus hijos, ahora pueden reincorporarse a sus empleos o buscar oportunidades mejor remuneradas.
Los analistas aseguran que el impacto en la fuerza laboral podría ser significativo, sobre todo para mujeres que habían pospuesto estudios o carreras por falta de opciones accesibles.
El debut del primer programa de cuidado infantil gratuito universal en Nuevo México, Estados Unidos, abre un debate mayor: ¿debería este modelo extenderse a todo el país?
Mientras se responde esta pregunta, una cosa ya es clara, y es que este paso ha reconfigurado la conversación nacional sobre el bienestar familiar.
Por primera vez, un estado demuestra que financiar el cuidado infantil de manera universal no solo es posible, sino potencialmente transformador.