El 28 de agosto de 2005, el huracán Katrina tocó la Costa del Golfo de de Estados Unidos, con impacto total al sureste de Luisiana, con una enorme afectación en su capital, Nueva Orleans.

Con categoría tipo 3, Katrina dejó una destrucción sin precedentes, con más de 300.000 viviendas destruidas, alrededor de 1.400 personas muertas y vientos de 225 kilómetros por hora.

La mayoría de casas afectadas quedaron inhabitables | Foto: This image is subject to copyright.

80% de la ciudad a orillas del río Misisipi quedó cubierta con aguas con 6 metros de profundidad y dejó daños por cerca de 100 millones de dólares, cifra que se puede duplicar el doble respecto a la inflación actual.

Días antes, Servicio Meteorológico Nacional había emitido una alerta donde se pronosticaban cuantiosos daños, pero el objetivo era salvar vidas.

El huracán llegó en categoría 3 a Louisiana. Pero también afectó varios condados de Alabama. | Foto: x

Nueva Orelans solo alcanzó a tener un grupo de evacuados, antes de que el huracán tocara tierra y produjera el caos.

Varias personas quedaron optaron por quedarse en sus casa ante el aviso del inminente choque de Katrina.

Una vez el agua sobrepasó la capacidad de los diques, el daño ya no era evitable.

Según autoridades Louisiana, la mayoría de víctimas fueron adultos mayores que quedaron atrapadas en sus hogares ante la inclemencia del fenómeno natural.

Miles de habitantes perdieron todas sus pertenencias tras el paso del huracán. | Foto: x

Una de las situaciones más complejas, se basó en la crisis humanitaria que se produjo tras el paso de Katrina.

Nueva Orleans y y sus condados aledaños no tienen la abundancia económica de ciudades como Nueva York, Chicago o Los Ángeles.

Miles de personas que antes estaban en condición de vulnerabilidad, con Katrina perdieron lo poco que tenían.

Es una región con herencia francesa, africana y migrante, e históricamente su población ha padecido discursos estigmatizantes.

Miles de casas quedaron abandonadas, pero la recuperación tuvo que esperar un tiempo mientras las aguas bajaban. | Foto: vichinterlang

Así bien, miles quedaron sin hogar y emigraron a otros estados para reconstruir su vida.

Aunque el presidente de entonces, George Bush, visito la zona días después de la tragedia, las ayudas prometidas del gobierno federal aún no se han terminado de consumar.

Katrina dejó una cicatriz en la ciudad, y sus habitantes hoy siguen expuestos a la desigualdad y racismo por parte de otras regiones de Estados Unidos.

Hoy, Louisiana y Nueva Orleans se siguen levantando del desastre. Han procurado mejorar su preparación ante este tipo de eventos, en medio del cambio climático que está causando más fenómenos naturales extremos.